Mae, seamos honestos, cada vez que llega el recibo del ICE uno como que se prepara mentalmente para el susto. Uno ya ni sabe si prender el aire acondicionado o mejor abrir la ventana y aguantar el calorón con tal de que la aguja no se dispare. Pero parece que viene una buena noticia, ¡y qué tuanis que así sea! Resulta que el Instituto Costarricense de Electricidad (el mero mero ICE) se mandó y le propuso a la ARESEP una rebaja en las tarifas de luz para el 2026. No estamos hablando de cualquier cosa, la propuesta es de un -6,9% en generación y un -2,6% en distribución. En español: la plata que pagamos por la electricidad podría bajar un poquito, y a estas alturas, cualquier alivio para el bolsillo se agradece.
El que salió a dar la cara fue el presi del Grupo ICE, Marco Acuña, y el mae básicamente dijo que están cumpliendo la palabra que le dieron al país. Y ojo, que según él, con esta propuesta ya sumarían tres años seguidos con tarifas que van para abajo, a pesar de que acabamos de pasar por el fenómeno de El Niño más rudo de la historia. Lograr tres años seguidos de rebajas con ese panorama, ¡qué carga! Acuña también sacó pecho diciendo que las finanzas del Instituto están más sólidas que nunca y que esta rebaja no solo ayudaría a los hogares, sino también a las industrias grandes, esas que consumen un montón de electricidad y que son clave para mantener y generar brete en el país. La idea es que si a ellas les sale más barata la luz, se animan a invertir más y a contratar más gente.
Diay, ¿y cómo es la vara para que esto sea posible? No es magia. Según explicaron, el secreto está en una combinación de factores bien manejados. Primero, se pusieron las pilas vendiendo más energía afuera, en el Mercado Eléctrico Regional, y al mismo tiempo, comprando menos. Un negocio redondo. Segundo, le bajaron dos rayitas al uso de las plantas térmicas, esas que queman combustible y que nos salen por un ojo de la cara cada vez que hay que encenderlas por la sequía. Y para rematar, parece que ordenaron las finanzas internas y la deuda ya no les pesa tanto como antes. Todo esto junto crea el colchón necesario para poder proponer una rebaja sin que las cuentas del ICE se vayan al traste.
Ahora, no cantemos victoria tan rápido, maes. Esta propuesta del ICE es, por ahora, solo eso: una propuesta. La pelota ahora está en la cancha de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP), que es como el árbitro en este partido. Ellos tienen que sentarse a revisar número por número, analizar todos los informes y asegurarse de que la rebaja esté bien justificada y no sea puro cuento. La ARESEP tiene hasta diciembre de este año para darle el visto bueno (o no) a toda esta vara, incluyendo un ajuste técnico que llaman Costo Variable de la Generación (CVG). Si todo sale bien y le dan luz verde, los nuevos precios empezarían a regir a partir del 1 de enero de 2026.
En resumen, la noticia pinta increíble. Una posible rebaja en la luz es un respiro para todo el mundo, desde la señora de la pulpería hasta la megafábrica. Demuestra, en teoría, una buena gestión y planificación por parte del ICE. Si todo sale como ellos esperan, la billetera podría sentirse un toquecito más a cachete para el 2026. Pero bueno, ahora les toca a ustedes. ¿Ustedes le creen al ICE esta vez? ¿O creen que de aquí a diciembre la vara cambia y nos salen con un domingo siete? ¿Será que esta rebaja, si se da, de verdad se va a sentir en el bolsillo o se la va a comer la inflación por otro lado? ¡Los leo en los comentarios!
El que salió a dar la cara fue el presi del Grupo ICE, Marco Acuña, y el mae básicamente dijo que están cumpliendo la palabra que le dieron al país. Y ojo, que según él, con esta propuesta ya sumarían tres años seguidos con tarifas que van para abajo, a pesar de que acabamos de pasar por el fenómeno de El Niño más rudo de la historia. Lograr tres años seguidos de rebajas con ese panorama, ¡qué carga! Acuña también sacó pecho diciendo que las finanzas del Instituto están más sólidas que nunca y que esta rebaja no solo ayudaría a los hogares, sino también a las industrias grandes, esas que consumen un montón de electricidad y que son clave para mantener y generar brete en el país. La idea es que si a ellas les sale más barata la luz, se animan a invertir más y a contratar más gente.
Diay, ¿y cómo es la vara para que esto sea posible? No es magia. Según explicaron, el secreto está en una combinación de factores bien manejados. Primero, se pusieron las pilas vendiendo más energía afuera, en el Mercado Eléctrico Regional, y al mismo tiempo, comprando menos. Un negocio redondo. Segundo, le bajaron dos rayitas al uso de las plantas térmicas, esas que queman combustible y que nos salen por un ojo de la cara cada vez que hay que encenderlas por la sequía. Y para rematar, parece que ordenaron las finanzas internas y la deuda ya no les pesa tanto como antes. Todo esto junto crea el colchón necesario para poder proponer una rebaja sin que las cuentas del ICE se vayan al traste.
Ahora, no cantemos victoria tan rápido, maes. Esta propuesta del ICE es, por ahora, solo eso: una propuesta. La pelota ahora está en la cancha de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP), que es como el árbitro en este partido. Ellos tienen que sentarse a revisar número por número, analizar todos los informes y asegurarse de que la rebaja esté bien justificada y no sea puro cuento. La ARESEP tiene hasta diciembre de este año para darle el visto bueno (o no) a toda esta vara, incluyendo un ajuste técnico que llaman Costo Variable de la Generación (CVG). Si todo sale bien y le dan luz verde, los nuevos precios empezarían a regir a partir del 1 de enero de 2026.
En resumen, la noticia pinta increíble. Una posible rebaja en la luz es un respiro para todo el mundo, desde la señora de la pulpería hasta la megafábrica. Demuestra, en teoría, una buena gestión y planificación por parte del ICE. Si todo sale como ellos esperan, la billetera podría sentirse un toquecito más a cachete para el 2026. Pero bueno, ahora les toca a ustedes. ¿Ustedes le creen al ICE esta vez? ¿O creen que de aquí a diciembre la vara cambia y nos salen con un domingo siete? ¿Será que esta rebaja, si se da, de verdad se va a sentir en el bolsillo o se la va a comer la inflación por otro lado? ¡Los leo en los comentarios!