¡Ay, Dios mío! Esto se puso caliente, changui. Resulta que el Presidente Chaves anduvo apretando botones en el Banco Nacional para que le dieran una mano a la empresa mexicana Tradeco, justo cuando necesitaba una póliza de garantía para agarrarle al proyecto de la ruta Barranca Limonal. Parece que Tradeco no tenía la lana suficiente para asegurar el contrato, y ahí fue donde el Presidente entró en acción, buscando que el BN cubriera la brecha.
Según la declaración del exministro Luis Amador ante la Fiscalía, como testigo en la causa por peculado que pesa contra Chaves y Batalla, todo empezó porque el BID, que es quien paga la onda del proyecto, exigía una garantía de cumplimiento de 18 palos. Tradeco no la tenía, así que intentó engatusar al BID diciendo que tenían plata invertida en la construcción de una cárcel en El Salvador, ¡pero ni regalada lo aceptaron! Entonces, Chaves, dicen, sacó el teléfono y llamó directamente a Alejandro Acón, director corporativo del Banco Nacional, para ver si podían echarle la mano.
Y acá viene el juguito: Amador relata que Chaves, desde su celular personal, le pidió explícitamente a Acón que le diera la póliza a Tradeco. Pero el Banco Nacional, con toda la razón del mundo, le dijo que no se puede, que la empresa no tenía la capacidad financiera para respaldar semejante compromiso. ¡Imagínate el bronca! Pero eso no detuvo al Presidente, según la versión del exministro, que parece que no se quedó callado con la respuesta del Banco.
Para ponerles en contexto, este proyecto es parte de la ampliación de la carretera Interamericana Norte, con dos tramos que suman un costazo de 182.5 millones de dólares, financiados precisamente por el BID. Inicialmente, las obras estaban a cargo del consorcio H-Solís-La Estrella, pero, gracias a la intermediación de Chaves, el consorcio le cedió el proyecto a Tradeco, después de un finiquito millonario de 14 palos. ¡Un trueque bastante peculiar, díganme!
Pero la cosa se pone aún más interesante, porque al parecer, Chaves intentó por todos lados conseguir que Tradeco se quedara con el contrato. Amador contó que llegó a llamar al BID, molesto, exigiendo que la obra se direccionara a la empresa mexicana. En una reunión con Hernán Solís, Roberto Acosta Mora, Francisco Javier Urra del BID, Yves Loustalot Laclette (representante de Tradeco) y otros, el Presidente supuestamente gritó y golpeó la mesa, exigiendo que se le diera el proyecto a Tradeco, ¡como si fuera un juego de niños! Por supuesto, la gente del BID le dijo que iba a revisarlo y a regresar con una propuesta… que salió a favor de Tradeco poco después.
Cuando el Banco Nacional se negó a darle la garantía, aparentemente Chaves buscó presionar al Instituto Nacional de Seguros (INS) a través de su entonces presidenta, Mónica Araya. Según Amador, el Presidente le solicitó una garantía de cumplimiento a favor de Tradeco, aunque la empresa no cumplía con los requisitos. Resultado: Araya fue despedida en mayo de 2024, con el argumento oficial de una “pérdida de confianza” y un “desempeño negativo”. ¡Qué manera de mandar a alguien a pastar!
Araya, en su propia declaración ante la Fiscalía, confirmó que Chaves insistió mucho para que le dieran la garantía, incluso facilitándole su número de teléfono para que los funcionarios del INS lo contactaran. Después de varios intentos fallidos, incluyendo una propuesta de colateral del 10%, la Junta Directiva del INS finalmente se negó. ¡Parece que hasta las paredes tienen oídos! Ahora, sumemos que la Sala Constitucional tuvo que meterse pa’ arriba y ordenar la reinstalación de los exdirectivos del Banco Nacional, luego de unas movidas sospechosas por parte del Consejo de Gobierno presidido por el mismísimo Chaves. ¡Una verdadera novela!
¿Será posible que estas acciones constituyan un intento de influenciar indebidamente a instituciones públicas para favorecer intereses particulares? Considerando todas estas revelaciones, ¿cree usted que el Presidente Chaves debería enfrentar consecuencias legales por sus presuntas acciones? ¡Déjeme saber su opinión en los comentarios!
Según la declaración del exministro Luis Amador ante la Fiscalía, como testigo en la causa por peculado que pesa contra Chaves y Batalla, todo empezó porque el BID, que es quien paga la onda del proyecto, exigía una garantía de cumplimiento de 18 palos. Tradeco no la tenía, así que intentó engatusar al BID diciendo que tenían plata invertida en la construcción de una cárcel en El Salvador, ¡pero ni regalada lo aceptaron! Entonces, Chaves, dicen, sacó el teléfono y llamó directamente a Alejandro Acón, director corporativo del Banco Nacional, para ver si podían echarle la mano.
Y acá viene el juguito: Amador relata que Chaves, desde su celular personal, le pidió explícitamente a Acón que le diera la póliza a Tradeco. Pero el Banco Nacional, con toda la razón del mundo, le dijo que no se puede, que la empresa no tenía la capacidad financiera para respaldar semejante compromiso. ¡Imagínate el bronca! Pero eso no detuvo al Presidente, según la versión del exministro, que parece que no se quedó callado con la respuesta del Banco.
Para ponerles en contexto, este proyecto es parte de la ampliación de la carretera Interamericana Norte, con dos tramos que suman un costazo de 182.5 millones de dólares, financiados precisamente por el BID. Inicialmente, las obras estaban a cargo del consorcio H-Solís-La Estrella, pero, gracias a la intermediación de Chaves, el consorcio le cedió el proyecto a Tradeco, después de un finiquito millonario de 14 palos. ¡Un trueque bastante peculiar, díganme!
Pero la cosa se pone aún más interesante, porque al parecer, Chaves intentó por todos lados conseguir que Tradeco se quedara con el contrato. Amador contó que llegó a llamar al BID, molesto, exigiendo que la obra se direccionara a la empresa mexicana. En una reunión con Hernán Solís, Roberto Acosta Mora, Francisco Javier Urra del BID, Yves Loustalot Laclette (representante de Tradeco) y otros, el Presidente supuestamente gritó y golpeó la mesa, exigiendo que se le diera el proyecto a Tradeco, ¡como si fuera un juego de niños! Por supuesto, la gente del BID le dijo que iba a revisarlo y a regresar con una propuesta… que salió a favor de Tradeco poco después.
Cuando el Banco Nacional se negó a darle la garantía, aparentemente Chaves buscó presionar al Instituto Nacional de Seguros (INS) a través de su entonces presidenta, Mónica Araya. Según Amador, el Presidente le solicitó una garantía de cumplimiento a favor de Tradeco, aunque la empresa no cumplía con los requisitos. Resultado: Araya fue despedida en mayo de 2024, con el argumento oficial de una “pérdida de confianza” y un “desempeño negativo”. ¡Qué manera de mandar a alguien a pastar!
Araya, en su propia declaración ante la Fiscalía, confirmó que Chaves insistió mucho para que le dieran la garantía, incluso facilitándole su número de teléfono para que los funcionarios del INS lo contactaran. Después de varios intentos fallidos, incluyendo una propuesta de colateral del 10%, la Junta Directiva del INS finalmente se negó. ¡Parece que hasta las paredes tienen oídos! Ahora, sumemos que la Sala Constitucional tuvo que meterse pa’ arriba y ordenar la reinstalación de los exdirectivos del Banco Nacional, luego de unas movidas sospechosas por parte del Consejo de Gobierno presidido por el mismísimo Chaves. ¡Una verdadera novela!
¿Será posible que estas acciones constituyan un intento de influenciar indebidamente a instituciones públicas para favorecer intereses particulares? Considerando todas estas revelaciones, ¿cree usted que el Presidente Chaves debería enfrentar consecuencias legales por sus presuntas acciones? ¡Déjeme saber su opinión en los comentarios!
