¡Aguántense!, porque esto sí que es novedad. Las cárceles de Costa Rica, esas que a veces parecen estar en otra vaina, se van a sumar al plan de Votante Informado pa’ las elecciones del 2026. Imagínate, dentro de los candados, pensando quién va a gobernar este brete.
Parece que el Ministerio de Justicia, la Poli Penitenciaria y el TSE se pusieron a jalar juntos para hacer esto realidad. Ya se dieron unas reuniones así para organizar todo bien, pa’ que no haya ningún despiche ni confusión a la hora de marcar la boleta. Al final, todos tenemos derechos, ¡aunque estemos cumpliendo una condena!
Lo primero que hicieron fue entregarles los planes de gobierno a los reclusos que están en nivel de alta contención. Eso sí, ¡a mano!, porque ahora ya no pueden andar con celulares ni tonteras electrónicas adentro. Así que prepárense para leer a conciencia, sin distracciones de TikTok ni Instagram.
Pero no crean que ahí termina la cosa. Además de los planes, también les van a dar copias de las papeletas y los audios de los debates. Pa’ que estén bien informados y puedan tomar una decisión consciente, aunque sea detrás de los barrotes. ¡Eso sí es democracia!
Ahora, una cosita importante: todo este proyecto tuvo que adaptarse a las nuevas reglas de las cárceles. Como saben, desde hace tiempo ya prohibieron los aparatos electrónicos, así que tuvieron que buscar alternativas creativas. Esto demuestra que hasta las leyes más estrictas tienen que ceder ante el derecho fundamental al voto. Aunque a veces, ¡qué carga!
Inicialmente, este plan piloto se va a implementar en tres centros penitenciarios: Terrazas, Jorge Arturo Montero y Máxima Seguridad. La meta es llegar a 1.838 presos. ¡Un número considerable! Pero ojo, esperan ampliarlo a todas las cárceles del país gradualmente, pa’ que nadie se quede fuera del proceso democrático.
Aquí hay que recordar que el Código Electoral de 1996 ya reconoce el derecho al voto de las personas privadas de libertad. Desde 1998 se empezaron a instalar urnas en las cárceles, y la cantidad de personas que ejercen su derecho ha ido cambiando con el tiempo. ¡Es un proceso en constante evolución! Y ahora, con esta iniciativa, se busca facilitar aún más ese ejercicio ciudadano.
Al final, esto nos deja pensando: ¿Cómo podemos mejorar aún más el acceso al voto para las poblaciones vulnerables, incluyendo aquellas que se encuentran privadas de libertad? ¿Sería posible ofrecer talleres de educación cívica dentro de las cárceles para garantizar que tengan toda la información necesaria antes de ir a votar? ¡Díganme sus opiniones en el foro!
Parece que el Ministerio de Justicia, la Poli Penitenciaria y el TSE se pusieron a jalar juntos para hacer esto realidad. Ya se dieron unas reuniones así para organizar todo bien, pa’ que no haya ningún despiche ni confusión a la hora de marcar la boleta. Al final, todos tenemos derechos, ¡aunque estemos cumpliendo una condena!
Lo primero que hicieron fue entregarles los planes de gobierno a los reclusos que están en nivel de alta contención. Eso sí, ¡a mano!, porque ahora ya no pueden andar con celulares ni tonteras electrónicas adentro. Así que prepárense para leer a conciencia, sin distracciones de TikTok ni Instagram.
Pero no crean que ahí termina la cosa. Además de los planes, también les van a dar copias de las papeletas y los audios de los debates. Pa’ que estén bien informados y puedan tomar una decisión consciente, aunque sea detrás de los barrotes. ¡Eso sí es democracia!
Ahora, una cosita importante: todo este proyecto tuvo que adaptarse a las nuevas reglas de las cárceles. Como saben, desde hace tiempo ya prohibieron los aparatos electrónicos, así que tuvieron que buscar alternativas creativas. Esto demuestra que hasta las leyes más estrictas tienen que ceder ante el derecho fundamental al voto. Aunque a veces, ¡qué carga!
Inicialmente, este plan piloto se va a implementar en tres centros penitenciarios: Terrazas, Jorge Arturo Montero y Máxima Seguridad. La meta es llegar a 1.838 presos. ¡Un número considerable! Pero ojo, esperan ampliarlo a todas las cárceles del país gradualmente, pa’ que nadie se quede fuera del proceso democrático.
Aquí hay que recordar que el Código Electoral de 1996 ya reconoce el derecho al voto de las personas privadas de libertad. Desde 1998 se empezaron a instalar urnas en las cárceles, y la cantidad de personas que ejercen su derecho ha ido cambiando con el tiempo. ¡Es un proceso en constante evolución! Y ahora, con esta iniciativa, se busca facilitar aún más ese ejercicio ciudadano.
Al final, esto nos deja pensando: ¿Cómo podemos mejorar aún más el acceso al voto para las poblaciones vulnerables, incluyendo aquellas que se encuentran privadas de libertad? ¿Sería posible ofrecer talleres de educación cívica dentro de las cárceles para garantizar que tengan toda la información necesaria antes de ir a votar? ¡Díganme sus opiniones en el foro!