¡Ay, Dios mío! Otro presupuesto extraordinario, má’ que nos van a sacar las cosquillas del bolsillo, muchachos. Los diputados, pa' su sorpresa, le dieron luz verde al cuarto presupuesto extra de este año, un tanto apresuradito, parece. Dicen que es urgente, pero uno se pregunta si esto no es más bien un parche pa’ cubrir agujeros que ellos mismos hicieron.
La votación, pa' que se hagan una idea, fue casi unanimidad: 42 votos a favor y solo dos voces disidentes, las de las diputadas Kattia Cambronero y Gloria Navas, quienes andan echándose humo porque dicen que esto no está bien encaminado. Entendemos su preocupación, porque sinceramente, uno ya no sabe qué esperar de estos señores. Pero bueno, ahí quedó, aprobado y listo para “ejecutar” –entre comillas– antes del 31 de diciembre. Ya saben cómo va eso, plazo ajustadísimo, pa' que no haya excusas.
Lo interesante, o lo preocupante, dependiendo de cómo se vea, es a dónde van a parar los billetes. Medio puntillazo: mil quinientos millones pa’ pagar las pensiones del régimen no contributivo. O sea, el grupo de personas mayores que dependen de esa ayuda. Eso sí es importante, nadie puede discutirlo. Pero aquí viene el ‘pero’: según el diputado Jonathan Acuña, del Frente Amplio, esos dineros solo servirán para taparle el ojo de la tortería, para ponerle parche a unos pagos atrasados y ni siquiera ayudarán a incorporar nuevos beneficiarios. ¡Qué carga!
Y no es solamente eso, chunches. También le destinaron mil trescientos millones al Ministerio de Educación Pública (MEP), para los comedores escolares. Esto suena bien, claro, alimentar a los niños es una prioridad nacional. Pero uno se acuerda de los bártulos que hemos visto en otras ocasiones con la plata del MEP...esperemos que esta vez no se repitan esas situaciones bochornosas. Porque ¡qué sal si terminamos viendo fotos de comida vencida o cantidades insuficientes para los estudiantes!
El diputado Acuña no se anda con rodeos: dice que el Gobierno anda tan perdido en sus cuentas que tiene que recurrir a estos presupuestos extras como quien busca agua en calamares. Lo acusa directamente de mala planificación y de irse al traste con la administración pública. Él dice, textualmente, que “esta es una irresponsabilidad del Gobierno que manda tardísimo este extraordinario”. Pura verdades, vamos. Ya sabemos cómo funcionan estas cosas.
¿Pero qué significa todo esto realmente para nosotros, la gente de a pie? Significa que probablemente tendremos que aguantar otro año más con impuestos altos y servicios públicos deficitarios, mientras los políticos siguen discutiendo y buscando soluciones a medias. Y todo eso, mientras la economía sigue dando tumbos y la inflación nos come el salario poquito a poco. Uno ya no sabe si reírse o llorar, diay.
El debate original estaba programado para el 11 de diciembre, pero por falta de quórum, tuvieron que posponerlo hasta hoy. Demasiada burocracia, demasiados intereses opacos…uno se pregunta qué criterios utilizan estos diputados para decidir cuándo sesionar y cuándo no. Parece que les da mucha pereza trabajar por el país, o quizás tienen otros bretes más interesantes que atender. En fin, la política es un circo, y nosotros somos los payasos que tenemos que pagar la entrada.
Ahora, díganme ustedes: ¿creen que este presupuesto extraordinario realmente ayudará a resolver los problemas urgentes del país o es simplemente otra cortina de humo para distraernos mientras siguen saqueando las arcas públicas? ¿Deberían exigir responsabilidades más severas a los funcionarios que gestionan estos fondos o estamos condenados a repetir este ciclo indefinidamente?
La votación, pa' que se hagan una idea, fue casi unanimidad: 42 votos a favor y solo dos voces disidentes, las de las diputadas Kattia Cambronero y Gloria Navas, quienes andan echándose humo porque dicen que esto no está bien encaminado. Entendemos su preocupación, porque sinceramente, uno ya no sabe qué esperar de estos señores. Pero bueno, ahí quedó, aprobado y listo para “ejecutar” –entre comillas– antes del 31 de diciembre. Ya saben cómo va eso, plazo ajustadísimo, pa' que no haya excusas.
Lo interesante, o lo preocupante, dependiendo de cómo se vea, es a dónde van a parar los billetes. Medio puntillazo: mil quinientos millones pa’ pagar las pensiones del régimen no contributivo. O sea, el grupo de personas mayores que dependen de esa ayuda. Eso sí es importante, nadie puede discutirlo. Pero aquí viene el ‘pero’: según el diputado Jonathan Acuña, del Frente Amplio, esos dineros solo servirán para taparle el ojo de la tortería, para ponerle parche a unos pagos atrasados y ni siquiera ayudarán a incorporar nuevos beneficiarios. ¡Qué carga!
Y no es solamente eso, chunches. También le destinaron mil trescientos millones al Ministerio de Educación Pública (MEP), para los comedores escolares. Esto suena bien, claro, alimentar a los niños es una prioridad nacional. Pero uno se acuerda de los bártulos que hemos visto en otras ocasiones con la plata del MEP...esperemos que esta vez no se repitan esas situaciones bochornosas. Porque ¡qué sal si terminamos viendo fotos de comida vencida o cantidades insuficientes para los estudiantes!
El diputado Acuña no se anda con rodeos: dice que el Gobierno anda tan perdido en sus cuentas que tiene que recurrir a estos presupuestos extras como quien busca agua en calamares. Lo acusa directamente de mala planificación y de irse al traste con la administración pública. Él dice, textualmente, que “esta es una irresponsabilidad del Gobierno que manda tardísimo este extraordinario”. Pura verdades, vamos. Ya sabemos cómo funcionan estas cosas.
¿Pero qué significa todo esto realmente para nosotros, la gente de a pie? Significa que probablemente tendremos que aguantar otro año más con impuestos altos y servicios públicos deficitarios, mientras los políticos siguen discutiendo y buscando soluciones a medias. Y todo eso, mientras la economía sigue dando tumbos y la inflación nos come el salario poquito a poco. Uno ya no sabe si reírse o llorar, diay.
El debate original estaba programado para el 11 de diciembre, pero por falta de quórum, tuvieron que posponerlo hasta hoy. Demasiada burocracia, demasiados intereses opacos…uno se pregunta qué criterios utilizan estos diputados para decidir cuándo sesionar y cuándo no. Parece que les da mucha pereza trabajar por el país, o quizás tienen otros bretes más interesantes que atender. En fin, la política es un circo, y nosotros somos los payasos que tenemos que pagar la entrada.
Ahora, díganme ustedes: ¿creen que este presupuesto extraordinario realmente ayudará a resolver los problemas urgentes del país o es simplemente otra cortina de humo para distraernos mientras siguen saqueando las arcas públicas? ¿Deberían exigir responsabilidades más severas a los funcionarios que gestionan estos fondos o estamos condenados a repetir este ciclo indefinidamente?