¡Ay, Dios mío, qué torta nos está dando el clima! Las lluvias no dan tregua y ahora siete escuelas en Costa Rica amanecieron cerradas este jueves. El MEP tuvo que tomar la decisión, y ni hablar del coraje de los padres que tuvieron que buscar alternativas a última hora. Parece que septiembre va a dejar secuelas bien feas.
La situación se puso fea luego de varios días de aguaceros torrenciales que han inundado caminos, hecho deslaves e incluso complicado el acceso a algunas comunidades, especialmente en la zona de Puntarenas y Occidente. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ya había lanzado la alerta #33, avisándonos de que los suelos estaban sacudidos y que cualquier lluvia podía traer problemas serios. ¡Y vaya si la trajo!
En la Dirección Regional de Occidente, la Escuela La Constancia (Circuito 3) tuvo que levantar las banderas blancas, así como algunas clases de la Escuela Río Landia, donde algunos grupos sí llegaron a ser llamados por la dirección para ver qué onda. En Puntarenas, las escuelas Augusto Colombari, El Chagüite, Flora Guevara Barahona, Barrio San Luis y hasta el IPEC sede central (que anda chambeando a medias en las instalaciones de Río Landia) tuvieron que suspender actividades. ¡Un brete pa’ esos maestros!
Lo bueno es que el MEP no se quedó de brazos cruzados. Mandó al personal docente y administrativo a reincorporarse para preparar guías didácticas a distancia. Imagínate, mientras afuera llueve a mares, los maestros ahí metidos preparando material pa' que los niños no se queden atrás. ¡Se rifan, diay!
Además, el MEP dice estar coordinándose con la CNE, el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) y los comités municipales de emergencia. Revisando el clima y viendo cómo mejorar el acceso a las comunidades afectadas. Esperemos que pronto puedan volver a abrir las puertas de esas escuelas y que todo vuelva a la normalidad. La verdad es que, con este tipo de situaciones, uno nunca sabe cuándo va a salir el sol.
Muchos padres se preguntan cómo van a hacer para cuidar de sus hijos con la escuela cerrada. Algunos tendrán que faltar al trabajo, otros tendrán que buscar ayuda de familiares o vecinos. ¡Qué sal, tener que lidiar con esto encima de todo! Pero bueno, toca adaptarse y buscar soluciones creativas. Lo importante es mantener a los niños seguros y tranquilos.
Desde mi punto de vista, este episodio pone de manifiesto la vulnerabilidad de nuestra infraestructura educativa ante los efectos del cambio climático. Necesitamos invertir en obras de mantenimiento y prevención, fortalecer la capacidad de respuesta de las instituciones y educar a la población sobre cómo actuar frente a emergencias. Porque, seamos sinceros, esto no es la primera vez que pasa y seguramente tampoco será la última. Tenemos que empezar a tomar cartas en el asunto antes de que la cosa se ponga peor.
Ahora bien, con toda esta situación, me pregunto… ¿Cuál creen ustedes que debería ser la prioridad del MEP: acelerar la entrega de materiales educativos a distancia o enfocarse en evaluar y reforzar la infraestructura escolar dañada por las lluvias? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan mis panas!
La situación se puso fea luego de varios días de aguaceros torrenciales que han inundado caminos, hecho deslaves e incluso complicado el acceso a algunas comunidades, especialmente en la zona de Puntarenas y Occidente. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ya había lanzado la alerta #33, avisándonos de que los suelos estaban sacudidos y que cualquier lluvia podía traer problemas serios. ¡Y vaya si la trajo!
En la Dirección Regional de Occidente, la Escuela La Constancia (Circuito 3) tuvo que levantar las banderas blancas, así como algunas clases de la Escuela Río Landia, donde algunos grupos sí llegaron a ser llamados por la dirección para ver qué onda. En Puntarenas, las escuelas Augusto Colombari, El Chagüite, Flora Guevara Barahona, Barrio San Luis y hasta el IPEC sede central (que anda chambeando a medias en las instalaciones de Río Landia) tuvieron que suspender actividades. ¡Un brete pa’ esos maestros!
Lo bueno es que el MEP no se quedó de brazos cruzados. Mandó al personal docente y administrativo a reincorporarse para preparar guías didácticas a distancia. Imagínate, mientras afuera llueve a mares, los maestros ahí metidos preparando material pa' que los niños no se queden atrás. ¡Se rifan, diay!
Además, el MEP dice estar coordinándose con la CNE, el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) y los comités municipales de emergencia. Revisando el clima y viendo cómo mejorar el acceso a las comunidades afectadas. Esperemos que pronto puedan volver a abrir las puertas de esas escuelas y que todo vuelva a la normalidad. La verdad es que, con este tipo de situaciones, uno nunca sabe cuándo va a salir el sol.
Muchos padres se preguntan cómo van a hacer para cuidar de sus hijos con la escuela cerrada. Algunos tendrán que faltar al trabajo, otros tendrán que buscar ayuda de familiares o vecinos. ¡Qué sal, tener que lidiar con esto encima de todo! Pero bueno, toca adaptarse y buscar soluciones creativas. Lo importante es mantener a los niños seguros y tranquilos.
Desde mi punto de vista, este episodio pone de manifiesto la vulnerabilidad de nuestra infraestructura educativa ante los efectos del cambio climático. Necesitamos invertir en obras de mantenimiento y prevención, fortalecer la capacidad de respuesta de las instituciones y educar a la población sobre cómo actuar frente a emergencias. Porque, seamos sinceros, esto no es la primera vez que pasa y seguramente tampoco será la última. Tenemos que empezar a tomar cartas en el asunto antes de que la cosa se ponga peor.
Ahora bien, con toda esta situación, me pregunto… ¿Cuál creen ustedes que debería ser la prioridad del MEP: acelerar la entrega de materiales educativos a distancia o enfocarse en evaluar y reforzar la infraestructura escolar dañada por las lluvias? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan mis panas!
