Ay, Dios mío, mándale saludos a Hannah Caldas, la nadadora gringita que está causando tremendo revuelo. Resulta que la suspendieron por cinco añitos, ¡cinco años!, por negarse a hacerse unas pruebas para comprobar si es hombre o mujer. Esto del deporte, a veces te saca cosas que ni Don Chepe.
La jugada es así: Caldas, que era pura máquina en las categorías Masters, empezó a tener problemas con World Aquatics, el órgano que manda en eso del nado. Parece que le pidieron unos exámenes cromosómicos o genéticos, todo a sus costas, para confirmar que sí es mujercita. Imagínate el rollazo, ahí andabas pagándole al doctor para que te entraran a hurgar donde no te han hurgado. ¡Qué sal!
Cosas de la vida, resulta que Caldas no estaba muy convencida, porque dice que esas pruebas eran invasivas, costosas, y encima, su seguro médico ni quería cubrirlas. ¡Imagínate, el seguro diciendo que no es médicamente necesario! Y además, puso el dedo en la llaga argumentando que ni en Estados Unidos exigen eso para andar nadando en piscinas públicas, mucho menos para competencia recreativa. Total, la mae le puso el grito entero.
El club de New York Aquatics, que la representa, salió a defenderla como nunca, explicando que Caldas simplemente no quiere que le metan mano a su información médica privada. Ella ha dicho bien claro que prefiere irse al traste en el mundo de la natación antes que sacrificar su intimidad. Y tienen razón, ¿hasta dónde puede llegar el escrutinio?
Lo peor de todo es que ya le descalificaron todos los resultados desde junio del 2022, ¡incluyendo un récord mundial en relevo mixto! Se imaginan el sapo que se tragó la pobre. Eso es darle duro, no haberle dado y encima quitarle lo ganado. Pero bueno, dicen que a río revuelto, ganancia de pescadores... aunque acá, los únicos que perdemos somos nosotros, los espectadores.
Antes de esto, el panel de U.S. Masters Swimming había concluido que Caldas cumplía con todas las reglas para competir en la rama femenina. Pero parece que World Aquatics tenía otros planes y siguió investigándola, llegando a esta suspensión que ha encendido las alarmas entre muchos deportistas y activistas. A nadie le gusta que te pisen los derechos por buscarse la vida haciendo ejercicio.
Ahora, Caldas ya dijo que no piensa volver a meterse en líos con World Aquatics ni con U.S. Masters Swimming. Dice que lo suyo ahora es cuidar la salud, la seguridad y la privacidad. Quién le va a echar la piedra, mándale un abrazo. Después de más de treinta años en la pileta, a cualquiera le da por echarse pa' atrás y poner su vida en orden, especialmente cuando te quieren tratar como un objeto de estudio.
Esta vainera nos deja pensando: ¿Es justo que las federaciones deportivas exijan pruebas médicas tan invasivas para competencias recreativas? ¿Dónde queda el derecho a la privacidad de los atletas? Y lo más importante, ¿cree usted que estas regulaciones realmente protegen la equidad en el deporte, o son una exageración que afecta injustamente a personas inocentes? Déjeme su opinión en los comentarios, quiero saber qué piensan mis compas del Foro sobre este rollo.
La jugada es así: Caldas, que era pura máquina en las categorías Masters, empezó a tener problemas con World Aquatics, el órgano que manda en eso del nado. Parece que le pidieron unos exámenes cromosómicos o genéticos, todo a sus costas, para confirmar que sí es mujercita. Imagínate el rollazo, ahí andabas pagándole al doctor para que te entraran a hurgar donde no te han hurgado. ¡Qué sal!
Cosas de la vida, resulta que Caldas no estaba muy convencida, porque dice que esas pruebas eran invasivas, costosas, y encima, su seguro médico ni quería cubrirlas. ¡Imagínate, el seguro diciendo que no es médicamente necesario! Y además, puso el dedo en la llaga argumentando que ni en Estados Unidos exigen eso para andar nadando en piscinas públicas, mucho menos para competencia recreativa. Total, la mae le puso el grito entero.
El club de New York Aquatics, que la representa, salió a defenderla como nunca, explicando que Caldas simplemente no quiere que le metan mano a su información médica privada. Ella ha dicho bien claro que prefiere irse al traste en el mundo de la natación antes que sacrificar su intimidad. Y tienen razón, ¿hasta dónde puede llegar el escrutinio?
Lo peor de todo es que ya le descalificaron todos los resultados desde junio del 2022, ¡incluyendo un récord mundial en relevo mixto! Se imaginan el sapo que se tragó la pobre. Eso es darle duro, no haberle dado y encima quitarle lo ganado. Pero bueno, dicen que a río revuelto, ganancia de pescadores... aunque acá, los únicos que perdemos somos nosotros, los espectadores.
Antes de esto, el panel de U.S. Masters Swimming había concluido que Caldas cumplía con todas las reglas para competir en la rama femenina. Pero parece que World Aquatics tenía otros planes y siguió investigándola, llegando a esta suspensión que ha encendido las alarmas entre muchos deportistas y activistas. A nadie le gusta que te pisen los derechos por buscarse la vida haciendo ejercicio.
Ahora, Caldas ya dijo que no piensa volver a meterse en líos con World Aquatics ni con U.S. Masters Swimming. Dice que lo suyo ahora es cuidar la salud, la seguridad y la privacidad. Quién le va a echar la piedra, mándale un abrazo. Después de más de treinta años en la pileta, a cualquiera le da por echarse pa' atrás y poner su vida en orden, especialmente cuando te quieren tratar como un objeto de estudio.
Esta vainera nos deja pensando: ¿Es justo que las federaciones deportivas exijan pruebas médicas tan invasivas para competencias recreativas? ¿Dónde queda el derecho a la privacidad de los atletas? Y lo más importante, ¿cree usted que estas regulaciones realmente protegen la equidad en el deporte, o son una exageración que afecta injustamente a personas inocentes? Déjeme su opinión en los comentarios, quiero saber qué piensan mis compas del Foro sobre este rollo.
