¡Ay, Dios mío, qué torta! Parece que algunos personajes sin escrúpulos han estado aprovechándose de nuestros abuelos, esos mae que siempre nos dan cariño y consejos sabios. Resulta que una banda organizada ha estado ofreciendo comida barata a cambio de datos personales, ¡una verdadera vergüenza!
La jugada era así: estos tipos se acercaban a adultos mayores, muchos en situación vulnerable, con la promesa de un diario de comida a precios bajos. Claro, nadie se esperaba el golpe bajo. Una vez que los señores mayor entraban en confianza y entregaban sus cédulas y se dejaban fotografiar junto a ellas, ¡boom!, empezaba la pesadilla.
Al parecer, la información sensible de esas personas era utilizada para crear perfiles falsos en plataformas de créditos online. Con esos perfiles, compraban electrodomésticos y demás cosas, dejando las deudas a nombre de los adultos mayores, ¡una barbaridad! Uno se queda pensando cómo es que estos delincuentes tienen tanta osadía para meterse con gente tan inocente.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ), gracias a Dios, puso el alto a esta operación. Realizaron cinco allanamientos en Alajuelita y Desamparados, sacando de circulación a tres de los principales involucrados: Sosa, Granados y Bermúdez. ¡Buen trabajo, compañeros del OIJ! Que le den duro a estos delincuentes y que paguen por lo que hicieron.
Según Pablo Calvo, jefe interino de Investigaciones Criminales del OIJ, la banda contactaba principalmente a adultos mayores y los invitaban a una casa en Desamparados con la excusa de ayudarles. Ahí, les pedían las copias de sus cédulas y se tomaban fotos con ellas. “En apariencia, cuando las personas llegaban hasta el lugar, entregaban copias de sus cédulas de identidad y a parte de eso, tomarse una fotografía con su cédula de identidad”, recalcó Calvo.
Durante los allanamientos, encontraron un montón de electrodomésticos en las casas y comercios de los sospechosos. Se presume que estos aparatos fueron comprados con los créditos fraudulentos. Además, el Ministerio Público ya pidió medidas cautelares contra los tres detenidos, acusándolos de conformar esta organización dedicada a estafar a personas mayores desde noviembre de 2023 hasta junio de 2024. ¡Qué barra!
Y no solo eso, sino que también están investigando a un tal Solís Acuña, quien resulta ser hermano de Sosa. Aunque no lo capturaron porque ya está preso por otro delito, sí está dentro de la mira del Ministerio Público. Lo importante ahora es que el Ministerio Público pide a todas las personas afectadas que no caigan en trampas si alguien les ofrece arreglos de pago o se hace responsable de sus deudas. ¡Cuidado, mae, que estos delincuentes pueden estar buscando nuevas víctimas!
Todo esto dejó un agujero de ¢55 millones y afectó el buen nombre de 141 personas. Un daño tremendo, diay. Esta situación nos obliga a reflexionar sobre la importancia de proteger a nuestros adultos mayores y denunciar cualquier actividad sospechosa. ¿Será que debemos implementar medidas más estrictas para regular las plataformas de crédito y evitar que se utilicen para cometer fraudes como este?
La jugada era así: estos tipos se acercaban a adultos mayores, muchos en situación vulnerable, con la promesa de un diario de comida a precios bajos. Claro, nadie se esperaba el golpe bajo. Una vez que los señores mayor entraban en confianza y entregaban sus cédulas y se dejaban fotografiar junto a ellas, ¡boom!, empezaba la pesadilla.
Al parecer, la información sensible de esas personas era utilizada para crear perfiles falsos en plataformas de créditos online. Con esos perfiles, compraban electrodomésticos y demás cosas, dejando las deudas a nombre de los adultos mayores, ¡una barbaridad! Uno se queda pensando cómo es que estos delincuentes tienen tanta osadía para meterse con gente tan inocente.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ), gracias a Dios, puso el alto a esta operación. Realizaron cinco allanamientos en Alajuelita y Desamparados, sacando de circulación a tres de los principales involucrados: Sosa, Granados y Bermúdez. ¡Buen trabajo, compañeros del OIJ! Que le den duro a estos delincuentes y que paguen por lo que hicieron.
Según Pablo Calvo, jefe interino de Investigaciones Criminales del OIJ, la banda contactaba principalmente a adultos mayores y los invitaban a una casa en Desamparados con la excusa de ayudarles. Ahí, les pedían las copias de sus cédulas y se tomaban fotos con ellas. “En apariencia, cuando las personas llegaban hasta el lugar, entregaban copias de sus cédulas de identidad y a parte de eso, tomarse una fotografía con su cédula de identidad”, recalcó Calvo.
Durante los allanamientos, encontraron un montón de electrodomésticos en las casas y comercios de los sospechosos. Se presume que estos aparatos fueron comprados con los créditos fraudulentos. Además, el Ministerio Público ya pidió medidas cautelares contra los tres detenidos, acusándolos de conformar esta organización dedicada a estafar a personas mayores desde noviembre de 2023 hasta junio de 2024. ¡Qué barra!
Y no solo eso, sino que también están investigando a un tal Solís Acuña, quien resulta ser hermano de Sosa. Aunque no lo capturaron porque ya está preso por otro delito, sí está dentro de la mira del Ministerio Público. Lo importante ahora es que el Ministerio Público pide a todas las personas afectadas que no caigan en trampas si alguien les ofrece arreglos de pago o se hace responsable de sus deudas. ¡Cuidado, mae, que estos delincuentes pueden estar buscando nuevas víctimas!
Todo esto dejó un agujero de ¢55 millones y afectó el buen nombre de 141 personas. Un daño tremendo, diay. Esta situación nos obliga a reflexionar sobre la importancia de proteger a nuestros adultos mayores y denunciar cualquier actividad sospechosa. ¿Será que debemos implementar medidas más estrictas para regular las plataformas de crédito y evitar que se utilicen para cometer fraudes como este?
