¡Ay, Dios mío! Imagínate esto: andabas tranquilamente en el trabajo, recibiendo unos papeles de alguien desconocido, y de repente… ¡boom!, te sientes fatal. Pues eso le pasó a dos empleados en Texas, que terminaron en el hospital tras tocar un folleto que resultó estar cargadito de fentanilo. ¡Una locura!
Según las autoridades del Condado de Montgomery, el incidente ocurrió hace poco más de una semana, el 30 de octubre, en el estacionamiento de la biblioteca pública de New Caney. Un amable desconocido –o quizás no tanto– le extendió unos folletos rosas a estos pobres tipos, y ahí empezó el relajo. Lo que parecía una simple cortesía, casi les cuesta la vida.
Y ni hablar del susto que cayó encima de todo el personal de la biblioteca y de la comunidad entera. La cosa es que, unas media horitas después de recibir esos folletos, los trabajadores comenzaron a sentir temblores, mareos, bochornitos… Sí, diay, señales claras de intoxicación por fentanilo. Afortunadamente, pidieron ayuda rápido y los mandaron corriendo al hospital, donde los pudieron estabilizar. ¡Menos mal!
Los laboratorios forenses no tardaron mucho en confirmar lo peor: el papel estaba empapado de fentanilo, esa drogaza tan peligrosa que ha estado causando estragos en Estados Unidos. Para darle aún más escalofríos, el fentanilo es hasta 50 veces más potente que la heroína. ¡Imagínate la cantidad mínima que necesitas para meter la pata! En pocas palabras, un respiro profundo ya es suficiente para armar tremendo problema.
Ante semejante panorama, la oficina del Precinto 4 lanzó una alerta a toda la población: “¡Porfa, no acepten cositas de desconocidos!”. Suena obvio, ¿verdad? Pero la realidad nos demuestra que a veces somos muy confiados. Dicen que la precaución nunca viene mal, especialmente cuando hablamos de sustancias peligrosas como estas. Además, están revisando las cámaras de seguridad para tratar de identificar a la personita que distribuyó esos folletos malditos.
Mark Stephens, un exagente de policía de Houston, comentó a algunos medios que este caso es una muestra de los graves riesgos que implica tener contacto accidental con fentanilo. Relató historias escalofriantes de colegas que se desmayaron después de inhalar un poquito de polvo arrastrado por el viento. ¡Es que la cosa es realmente seria! Por eso, los cuerpos de emergencia están recibiendo capacitaciones especiales para poder manejar cualquier rastro de esta droga sin ponerse en peligro.
Ahora mismo, las autoridades texanas están investigando a fondo para descubrir quién está detrás de esta jugada macabra y si se trata de un acto aislado o parte de una nueva estrategia para distribuir fentanilo. Se rumorea que podría haber conexiones con el Cartel del Caribe Sur, pero todavía no hay nada concreto. ¡Esperemos que atrapen pronto a esos maes y los metan donde sí anden bien quietecitos!
Esta noticia nos deja pensando: ¿hasta dónde llegará la delincuencia para sacar provecho de la desgracia ajena? Y aquí va la pregunta pa’ el foro: ¿creen que las campañas de concientización sobre los peligros del fentanilo son suficientes, o necesitamos medidas más drásticas para proteger a la gente?
Según las autoridades del Condado de Montgomery, el incidente ocurrió hace poco más de una semana, el 30 de octubre, en el estacionamiento de la biblioteca pública de New Caney. Un amable desconocido –o quizás no tanto– le extendió unos folletos rosas a estos pobres tipos, y ahí empezó el relajo. Lo que parecía una simple cortesía, casi les cuesta la vida.
Y ni hablar del susto que cayó encima de todo el personal de la biblioteca y de la comunidad entera. La cosa es que, unas media horitas después de recibir esos folletos, los trabajadores comenzaron a sentir temblores, mareos, bochornitos… Sí, diay, señales claras de intoxicación por fentanilo. Afortunadamente, pidieron ayuda rápido y los mandaron corriendo al hospital, donde los pudieron estabilizar. ¡Menos mal!
Los laboratorios forenses no tardaron mucho en confirmar lo peor: el papel estaba empapado de fentanilo, esa drogaza tan peligrosa que ha estado causando estragos en Estados Unidos. Para darle aún más escalofríos, el fentanilo es hasta 50 veces más potente que la heroína. ¡Imagínate la cantidad mínima que necesitas para meter la pata! En pocas palabras, un respiro profundo ya es suficiente para armar tremendo problema.
Ante semejante panorama, la oficina del Precinto 4 lanzó una alerta a toda la población: “¡Porfa, no acepten cositas de desconocidos!”. Suena obvio, ¿verdad? Pero la realidad nos demuestra que a veces somos muy confiados. Dicen que la precaución nunca viene mal, especialmente cuando hablamos de sustancias peligrosas como estas. Además, están revisando las cámaras de seguridad para tratar de identificar a la personita que distribuyó esos folletos malditos.
Mark Stephens, un exagente de policía de Houston, comentó a algunos medios que este caso es una muestra de los graves riesgos que implica tener contacto accidental con fentanilo. Relató historias escalofriantes de colegas que se desmayaron después de inhalar un poquito de polvo arrastrado por el viento. ¡Es que la cosa es realmente seria! Por eso, los cuerpos de emergencia están recibiendo capacitaciones especiales para poder manejar cualquier rastro de esta droga sin ponerse en peligro.
Ahora mismo, las autoridades texanas están investigando a fondo para descubrir quién está detrás de esta jugada macabra y si se trata de un acto aislado o parte de una nueva estrategia para distribuir fentanilo. Se rumorea que podría haber conexiones con el Cartel del Caribe Sur, pero todavía no hay nada concreto. ¡Esperemos que atrapen pronto a esos maes y los metan donde sí anden bien quietecitos!
Esta noticia nos deja pensando: ¿hasta dónde llegará la delincuencia para sacar provecho de la desgracia ajena? Y aquí va la pregunta pa’ el foro: ¿creen que las campañas de concientización sobre los peligros del fentanilo son suficientes, o necesitamos medidas más drásticas para proteger a la gente?