¡Aguanten la chincha, parce! La cosa está cambiando rapidito aquí en Costa Rica. Ya no alcanza con ser bueno a nivel centroamericano, ahora tenemos que enfrentarnos a toda la gente talentosa del planeta. Parece mentira, pero las empresas acá tenemos que ponerse las pilas porque la competencia va a ser más dura que café chorreado.
La onda es que con el teletrabajo y tanta herramienta digital, las barreras geográficas desaparecieron. Antes competíamos con Guatemala o Panamá, ahora estamos midiendo fuerzas con ingenieros de la India y programadores de Ucrania. ¡Qué brete! De repente te encuentras peleándole a alguien que hace lo mismo que tú, pero cobrando la mitad. Así que ahí hay que buscarle la vuelta, diay.
Luis Loaiciga, el máster de American Talent Jobs, nos puso las cosas claras: tenemos que cambiar la mentalidad y modernizar las estrategias. Ya no basta con decir que somos ‘ticos’ y que tenemos buen nivel de inglés. Tenemos que demostrarlo con resultados y ofrecer un valor agregado que los demás no tengan. Sino, nos vamos a ir al traste rápido, créame.
Y ojo, que el caso de la India es un llamado de atención serio. Esa vaina produce talento tecnológico a raudales y a precios accesibles. Las empresas gringas ya andan contratando a patadas a esos chunches, así que nosotros también tenemos que abrirnos a esa posibilidad… aunque eso implique buscar nuevas formas de retener nuestro propio talento, ¿eh?
Pero no todo está perdido, mi pana. Costa Rica aún tiene varias cartas bajo la manga. Nuestro inglés sigue siendo bastante decente, tenemos técnicos capacitados y la fama de ser gente trabajadora y responsable. Además, estamos relativamente cerca de Estados Unidos, lo que facilita la comunicación y la logística. Tenemos que aprovechar esas ventajas al máximo, porque si no, las oportunidades se van a escapar por las ventanas.
Loaiciga también recalcó que las pymes tienen una gran oportunidad de brillar en este nuevo escenario. Como son más ágiles y flexibles, pueden ofrecer servicios especializados a medida, enfocándose en la calidad y la atención personalizada. Eso es algo que las grandes empresas a veces no pueden hacer, ¿me entiende?
Ahora sí, viene el palo: si vamos a contratar gente afuera, tenemos que hacerlo bien. No podemos andar cometiendo errores legales que nos salgan carísimos. Según Loaiciga, las multas en Estados Unidos pueden superar los $35,000, ¡una torta monumental! Y tampoco podemos dejar que nuestros profesionales se vayan al extranjero y se olviden de nosotros, trabajando sin ningún tipo de apoyo ni protección social. Ese sería un daño irreparable para nuestra economía.
Entonces, con todo este panorama, me pregunto: ¿Cómo creen que las pequeñas y medianas empresas costarricenses pueden adaptarse mejor a este mercado laboral globalizado? ¿Será suficiente apostar por nichos de mercado y servicios especializados, o necesitamos una intervención estatal más activa para proteger nuestro talento y garantizar condiciones laborales justas? ¡Dígame vos, ¿qué piensa al respecto?
La onda es que con el teletrabajo y tanta herramienta digital, las barreras geográficas desaparecieron. Antes competíamos con Guatemala o Panamá, ahora estamos midiendo fuerzas con ingenieros de la India y programadores de Ucrania. ¡Qué brete! De repente te encuentras peleándole a alguien que hace lo mismo que tú, pero cobrando la mitad. Así que ahí hay que buscarle la vuelta, diay.
Luis Loaiciga, el máster de American Talent Jobs, nos puso las cosas claras: tenemos que cambiar la mentalidad y modernizar las estrategias. Ya no basta con decir que somos ‘ticos’ y que tenemos buen nivel de inglés. Tenemos que demostrarlo con resultados y ofrecer un valor agregado que los demás no tengan. Sino, nos vamos a ir al traste rápido, créame.
Y ojo, que el caso de la India es un llamado de atención serio. Esa vaina produce talento tecnológico a raudales y a precios accesibles. Las empresas gringas ya andan contratando a patadas a esos chunches, así que nosotros también tenemos que abrirnos a esa posibilidad… aunque eso implique buscar nuevas formas de retener nuestro propio talento, ¿eh?
Pero no todo está perdido, mi pana. Costa Rica aún tiene varias cartas bajo la manga. Nuestro inglés sigue siendo bastante decente, tenemos técnicos capacitados y la fama de ser gente trabajadora y responsable. Además, estamos relativamente cerca de Estados Unidos, lo que facilita la comunicación y la logística. Tenemos que aprovechar esas ventajas al máximo, porque si no, las oportunidades se van a escapar por las ventanas.
Loaiciga también recalcó que las pymes tienen una gran oportunidad de brillar en este nuevo escenario. Como son más ágiles y flexibles, pueden ofrecer servicios especializados a medida, enfocándose en la calidad y la atención personalizada. Eso es algo que las grandes empresas a veces no pueden hacer, ¿me entiende?
Ahora sí, viene el palo: si vamos a contratar gente afuera, tenemos que hacerlo bien. No podemos andar cometiendo errores legales que nos salgan carísimos. Según Loaiciga, las multas en Estados Unidos pueden superar los $35,000, ¡una torta monumental! Y tampoco podemos dejar que nuestros profesionales se vayan al extranjero y se olviden de nosotros, trabajando sin ningún tipo de apoyo ni protección social. Ese sería un daño irreparable para nuestra economía.
Entonces, con todo este panorama, me pregunto: ¿Cómo creen que las pequeñas y medianas empresas costarricenses pueden adaptarse mejor a este mercado laboral globalizado? ¿Será suficiente apostar por nichos de mercado y servicios especializados, o necesitamos una intervención estatal más activa para proteger nuestro talento y garantizar condiciones laborales justas? ¡Dígame vos, ¿qué piensa al respecto?
