¡Ay, Dios mío! Se armó el jaleo en los colegios técnicos del país. Más de 19.500 estudiantes de duodécimo grado ya están sudando la gota gorda preparándose para la Prueba Nacional Comprensiva Escrita de Especialidades Técnicas 2025. Entre este miércoles y jueves, van a estar enfrentándola, así que, ¡a darle duro al chunche!
La prueba, ahora totalmente digitalizada, busca medir cuánto saben estos jóvenes de sus respectivas carreras técnicas. Imagínense, tres horas encerrados frente a una pantalla, respondiendo 60 preguntas que determinarán gran parte de su futuro. No es juego de niños, brete.
Las especialidades abarcan un montón de cosas que le sirven al país, desde diseño gráfico, que es para los que les gusta crear, hasta producción agrícola y pecuaria, esencial para nuestro rancho. También tienen electrónica industrial, mecánica de precisión, contabilidad y finanzas – indispensable para que no nos claven –, secretariado ejecutivo y desarrollo web. ¡Un arsenal completo de habilidades!
Pero aquí viene el changarro: desde el año pasado, el Consejo Superior de Educación cambió las reglas del juego. Ahora, la prueba vale un 40% de la nota final, ¡casi la mitad! El otro 60% depende de la presentación del proyecto final, así que ni se les ocurra ir relajados. Es un golpe certero a la nota, diay.
Álvaro Artavia Medrado, el jefe de Gestión y Evaluación de la Calidad, dejó claro que esta prueba es crucial. “Además de la práctica profesional o el proyecto final, cada estudiante debe aprobarla como requisito para obtener el título de técnico en nivel medio”, recalcó. Así que, ¡a estudiar, mae!
Para ayudar a los estudiantes a no jalársela una torta, la Dirección de Gestión y Evaluación de la Calidad hizo un esfuerzo tremendo. Coordinaron todo con las 27 direcciones regionales, entregaron orientaciones, guías de práctica y hasta ejemplos de preguntas con las respuestas correctas. Quieren que lleguen preparados, pa’ no andar corriendo como pollo sin cabeza.
Y eso no es todo. Implementaron la Plataforma de Apoyo Institucional (PAI), donde los directores pueden gestionar listados de estudiantes, horarios y credenciales para acceder a la plataforma digital. Un sistema bien organizado, pa’ que todo funcione como relojito. La prueba inaugural se llevó a cabo en el Colegio Técnico Profesional de San Isidro de Heredia, con 156 estudiantes divididos en bloques según la disponibilidad de computadoras. ¡Organización de lujo!
En fin, esto es lo que hay. Una prueba importante, con cambios significativos en la forma de calificar, y muchos estudiantes con la esperanza de sacar adelante sus carreras. Así que, cuéntenme, ustedes que han pasado por esto... ¿creen que ponerle tanto peso a la prueba es justo, o debería haber más énfasis en el proyecto final y la experiencia práctica?
La prueba, ahora totalmente digitalizada, busca medir cuánto saben estos jóvenes de sus respectivas carreras técnicas. Imagínense, tres horas encerrados frente a una pantalla, respondiendo 60 preguntas que determinarán gran parte de su futuro. No es juego de niños, brete.
Las especialidades abarcan un montón de cosas que le sirven al país, desde diseño gráfico, que es para los que les gusta crear, hasta producción agrícola y pecuaria, esencial para nuestro rancho. También tienen electrónica industrial, mecánica de precisión, contabilidad y finanzas – indispensable para que no nos claven –, secretariado ejecutivo y desarrollo web. ¡Un arsenal completo de habilidades!
Pero aquí viene el changarro: desde el año pasado, el Consejo Superior de Educación cambió las reglas del juego. Ahora, la prueba vale un 40% de la nota final, ¡casi la mitad! El otro 60% depende de la presentación del proyecto final, así que ni se les ocurra ir relajados. Es un golpe certero a la nota, diay.
Álvaro Artavia Medrado, el jefe de Gestión y Evaluación de la Calidad, dejó claro que esta prueba es crucial. “Además de la práctica profesional o el proyecto final, cada estudiante debe aprobarla como requisito para obtener el título de técnico en nivel medio”, recalcó. Así que, ¡a estudiar, mae!
Para ayudar a los estudiantes a no jalársela una torta, la Dirección de Gestión y Evaluación de la Calidad hizo un esfuerzo tremendo. Coordinaron todo con las 27 direcciones regionales, entregaron orientaciones, guías de práctica y hasta ejemplos de preguntas con las respuestas correctas. Quieren que lleguen preparados, pa’ no andar corriendo como pollo sin cabeza.
Y eso no es todo. Implementaron la Plataforma de Apoyo Institucional (PAI), donde los directores pueden gestionar listados de estudiantes, horarios y credenciales para acceder a la plataforma digital. Un sistema bien organizado, pa’ que todo funcione como relojito. La prueba inaugural se llevó a cabo en el Colegio Técnico Profesional de San Isidro de Heredia, con 156 estudiantes divididos en bloques según la disponibilidad de computadoras. ¡Organización de lujo!
En fin, esto es lo que hay. Una prueba importante, con cambios significativos en la forma de calificar, y muchos estudiantes con la esperanza de sacar adelante sus carreras. Así que, cuéntenme, ustedes que han pasado por esto... ¿creen que ponerle tanto peso a la prueba es justo, o debería haber más énfasis en el proyecto final y la experiencia práctica?