Bueno, maes, el chisme del día que tiene a media Costa Rica con el celular en la mano es el cierre de Planet Outlet en Heredia. Para los que viven debajo de una piedra, el local amaneció cerrado a cal y canto por orden del Ministerio de Salud. La publicación oficial en su Facebook es una joya de la comunicación corporativa: un cierre "indefinido" debido a "circunstancias imprevistas". Diay, claro. "Circunstancias imprevistas" que, curiosamente, llegaron justo después de una mega fiscalización interinstitucional. En buen tico, eso se traduce a: "nos cayó la ley y no estábamos listos para la foto". ¡Qué torta se jalaron!
Pero aquí es donde la vara se pone más interesante y, francamente, más preocupante. El cierre de este outlet no es un caso aislado, es apenas la punta de un iceberg que moja a casi todo el sector. Resulta que días atrás, el MEIC, Hacienda y Salud se fueron de gira a inspeccionar 23 comercios de este tipo. ¿El resultado? Un aplastante 96% de ellos, o sea 22 de 23, incumplían con al menos una norma. ¡Un 96%! Mae, eso no es un error, es un patrón. Es un sistema que, al parecer, opera en una zona gris donde los derechos del consumidor son más una sugerencia que una regla.
El principal clavo, el que más nos duele en el bolsillo, es el de la garantía. La Ley 7472 (Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor) es clarísima: todo producto nuevo tiene, como mínimo, 30 días hábiles de garantía. Pues bueno, el estudio reveló que un 61% de los outlets visitados se estaban pasando esa ley por donde no pega el sol. Ofrecían menos tiempo, ponían condiciones absurdas o, simplemente, se hacían los locos. Y no solo eso, la lista de incumplimientos parece un menú de restaurante malo: información en otros idiomas, precios poco claros, políticas de cambio inexistentes y ni hablemos de la obligación de advertir si un chunche es usado o reconstruido. Se estaban jalando una torta monumental con la confianza de la gente.
Seamos honestos, a todos nos cuadra encontrar una buena oferta. La emoción de comprar ese chunche que queríamos a un precio más bajo es real. Los outlets se convirtieron en el paraíso para muchos que buscan estirar el salario. Pero una cosa es buscar un buen precio y otra muy distinta es que nos vendan la idea de un ahorro a costa de nuestros derechos más básicos. Porque si uno compra algo y a la semana se daña, y la tienda te sale con un cuento chino, al final uno sale más salado que un ceviche de Puntarenas. El ahorro se va al traste y queda la frustración.
Al final, este cierre, aunque le duela a los fiebres de Planet Outlet, es un necesario jalón de orejas. Es un recordatorio de que el "ahorro" no puede ser sinónimo de "desprotección". El brete de fiscalización que están haciendo las autoridades es aplaudible, pero también destapa un despiche generalizado que nos pone a pensar. Esto va más allá de un local en Heredia; es una llamada de atención para todo el comercio y para nosotros como consumidores. Ahora la pregunta queda en el aire: ¿será este el inicio de una limpieza general en el sector o solo un susto pasajero? ¿Qué opinan ustedes, foreros? ¿Han tenido alguna mala experiencia con garantías en outlets? ¿Creen que vale la pena el riesgo por el precio o prefieren pagar un poco más por seguridad?
Pero aquí es donde la vara se pone más interesante y, francamente, más preocupante. El cierre de este outlet no es un caso aislado, es apenas la punta de un iceberg que moja a casi todo el sector. Resulta que días atrás, el MEIC, Hacienda y Salud se fueron de gira a inspeccionar 23 comercios de este tipo. ¿El resultado? Un aplastante 96% de ellos, o sea 22 de 23, incumplían con al menos una norma. ¡Un 96%! Mae, eso no es un error, es un patrón. Es un sistema que, al parecer, opera en una zona gris donde los derechos del consumidor son más una sugerencia que una regla.
El principal clavo, el que más nos duele en el bolsillo, es el de la garantía. La Ley 7472 (Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor) es clarísima: todo producto nuevo tiene, como mínimo, 30 días hábiles de garantía. Pues bueno, el estudio reveló que un 61% de los outlets visitados se estaban pasando esa ley por donde no pega el sol. Ofrecían menos tiempo, ponían condiciones absurdas o, simplemente, se hacían los locos. Y no solo eso, la lista de incumplimientos parece un menú de restaurante malo: información en otros idiomas, precios poco claros, políticas de cambio inexistentes y ni hablemos de la obligación de advertir si un chunche es usado o reconstruido. Se estaban jalando una torta monumental con la confianza de la gente.
Seamos honestos, a todos nos cuadra encontrar una buena oferta. La emoción de comprar ese chunche que queríamos a un precio más bajo es real. Los outlets se convirtieron en el paraíso para muchos que buscan estirar el salario. Pero una cosa es buscar un buen precio y otra muy distinta es que nos vendan la idea de un ahorro a costa de nuestros derechos más básicos. Porque si uno compra algo y a la semana se daña, y la tienda te sale con un cuento chino, al final uno sale más salado que un ceviche de Puntarenas. El ahorro se va al traste y queda la frustración.
Al final, este cierre, aunque le duela a los fiebres de Planet Outlet, es un necesario jalón de orejas. Es un recordatorio de que el "ahorro" no puede ser sinónimo de "desprotección". El brete de fiscalización que están haciendo las autoridades es aplaudible, pero también destapa un despiche generalizado que nos pone a pensar. Esto va más allá de un local en Heredia; es una llamada de atención para todo el comercio y para nosotros como consumidores. Ahora la pregunta queda en el aire: ¿será este el inicio de una limpieza general en el sector o solo un susto pasajero? ¿Qué opinan ustedes, foreros? ¿Han tenido alguna mala experiencia con garantías en outlets? ¿Creen que vale la pena el riesgo por el precio o prefieren pagar un poco más por seguridad?