¡Ay, Dios mío! Se armó un pincho tremendo aquí en Costa Rica, pura bronca. El OIJ y la Fiscalía de Heredia le dieron duro a una banda internacional dedicada a la trata de personas, y la cosa está más turbia que café corrido. Parece que hasta abogados y polis andaban metidos en este brete, ¡qué pena ajena!
La movida empezó hace unos meses, cuando desapareció una jovencita de 14 años, diay, qué susto nos dimos todos. De ahí salió toda la investigación que llevó a destapar esta red criminal bien organizada. El OIJ realizó 17 allanamientos a lo largo del país – desde Filadelfia hasta San Ramón – capturando a 16 adultos y tres menores involucrados, ¡una barbaridad!
Lo que más me sacudió es cómo estaban reclutando a estas muchachas: a través de Instagram y TikTok, ofreciéndoles paguitos por aparecer en videos o ir a “fiestas”. Imagínate, utilizar las redes sociales para engañar y explotar a menores de edad, ¡qué poca vergüenza! Según el director del OIJ, Randall Zúñiga, dos personas de origen asiático estarían detrás de la operación, subcontratando a mujeres para captar a las chicas. ¡Un negocio sucio y cruel!
Y no quedó ahí, chunches. Resulta que entre los detenidos hay un abogado del Ministerio de Trabajo, ¡tremendo escándalo! Aparentemente, estaba en contacto con algunas menores para, ay, ya saben… cosas feas. También cayó un policía de Fuerza Pública, acusado de facilitar el tráfico de dos migrantes. ¡Parece mentira, pero así pasa, mae! Además, encontraron gente comprando pornografía infantil, choferes haciendo viajes nocturnos sospechosos y otros facilitadores logísticos en Guanacaste.
La investigación reveló que estas jóvenes eran llevadas primero a Heredia y luego a Playas del Coco, donde sufrían todo tipo de abusos. Las obligaban a tener relaciones sexuales o a grabar videos que luego se vendían en internet. ¡Una verdadera pesadilla para esas pobres muchachas! El grupo estaba ganando entre ¢250.000 y ¢500.000 por cada víctima, ¡pura avaricia y falta de escrúpulos!
Hasta ahora, las autoridades han identificado a unas 10 víctimas, pero temen que haya muchas más. La Fiscalía Adjunta de Heredia ha calificado este caso como “de extrema gravedad”, señalando que evidencia la forma en que las redes criminales se aprovechan de los medios digitales para captar y explotar a menores. ¡Es alarmante ver cómo estos delincuentes usan la tecnología para cometer atrocidades!
Los detenidos ya están bajo custodia de la Fiscalía, y los menores fueron entregados a la Fiscalía Penal Juvenil. Este caso debería servirnos como una llamada de atención a todos nosotros. Tenemos que estar más alertas y proteger a nuestros niños y adolescentes de estas amenazas. Denunciemos cualquier sospecha y trabajemos juntos para erradicar este flagelo de nuestra sociedad. ¡No podemos permitir que esto siga pasando!
Ahora, te pregunto, compa: ¿Crees que las redes sociales están haciendo más daño que bien a nuestra juventud, o que estamos simplemente tardando en adaptarnos a los nuevos tiempos? Déjame tu opinión abajo y pongamos esta vara encima de la mesa – necesitamos soluciones reales para proteger a nuestros niños.
La movida empezó hace unos meses, cuando desapareció una jovencita de 14 años, diay, qué susto nos dimos todos. De ahí salió toda la investigación que llevó a destapar esta red criminal bien organizada. El OIJ realizó 17 allanamientos a lo largo del país – desde Filadelfia hasta San Ramón – capturando a 16 adultos y tres menores involucrados, ¡una barbaridad!
Lo que más me sacudió es cómo estaban reclutando a estas muchachas: a través de Instagram y TikTok, ofreciéndoles paguitos por aparecer en videos o ir a “fiestas”. Imagínate, utilizar las redes sociales para engañar y explotar a menores de edad, ¡qué poca vergüenza! Según el director del OIJ, Randall Zúñiga, dos personas de origen asiático estarían detrás de la operación, subcontratando a mujeres para captar a las chicas. ¡Un negocio sucio y cruel!
Y no quedó ahí, chunches. Resulta que entre los detenidos hay un abogado del Ministerio de Trabajo, ¡tremendo escándalo! Aparentemente, estaba en contacto con algunas menores para, ay, ya saben… cosas feas. También cayó un policía de Fuerza Pública, acusado de facilitar el tráfico de dos migrantes. ¡Parece mentira, pero así pasa, mae! Además, encontraron gente comprando pornografía infantil, choferes haciendo viajes nocturnos sospechosos y otros facilitadores logísticos en Guanacaste.
La investigación reveló que estas jóvenes eran llevadas primero a Heredia y luego a Playas del Coco, donde sufrían todo tipo de abusos. Las obligaban a tener relaciones sexuales o a grabar videos que luego se vendían en internet. ¡Una verdadera pesadilla para esas pobres muchachas! El grupo estaba ganando entre ¢250.000 y ¢500.000 por cada víctima, ¡pura avaricia y falta de escrúpulos!
Hasta ahora, las autoridades han identificado a unas 10 víctimas, pero temen que haya muchas más. La Fiscalía Adjunta de Heredia ha calificado este caso como “de extrema gravedad”, señalando que evidencia la forma en que las redes criminales se aprovechan de los medios digitales para captar y explotar a menores. ¡Es alarmante ver cómo estos delincuentes usan la tecnología para cometer atrocidades!
Los detenidos ya están bajo custodia de la Fiscalía, y los menores fueron entregados a la Fiscalía Penal Juvenil. Este caso debería servirnos como una llamada de atención a todos nosotros. Tenemos que estar más alertas y proteger a nuestros niños y adolescentes de estas amenazas. Denunciemos cualquier sospecha y trabajemos juntos para erradicar este flagelo de nuestra sociedad. ¡No podemos permitir que esto siga pasando!
Ahora, te pregunto, compa: ¿Crees que las redes sociales están haciendo más daño que bien a nuestra juventud, o que estamos simplemente tardando en adaptarnos a los nuevos tiempos? Déjame tu opinión abajo y pongamos esta vara encima de la mesa – necesitamos soluciones reales para proteger a nuestros niños.
