¡Aguante! La data no miente: Costa Rica está viviendo un momentazo complicado con el tema del VIH. Después de varios años con números relativamente controlados, parece que estamos viendo un repunte que nos debería poner a todos los alarmados, desde el mae que anda buscando carreta hasta el político que promete bajarle al dengue. Según el Ministerio de Salud, los primeros seis meses de este año ya suman 467 nuevos casos, lo que significa casi 18 nuevos diagnósticos cada semana. ¡Esto no es pa’ echarles flores!
Para poner esto en perspectiva, Costa Rica lleva rato rondando entre los 700 y 900 nuevos casos anuales. Aunque hay que recordar que el VIH ataca directamente al sistema inmunológico, y con tratamiento adecuado, las personas pueden vivir vidas largas y saludables. Pero ahí radica la clave: el tratamiento. Detectarlo tarde puede tener consecuencias serias, y eso es precisamente lo que preocupa a los expertos.
Marianela Arias Lamicq, sexóloga de Durex®, ha levantado la voz alertando sobre la detección tardía, las desigualdades que afectan más a ciertos grupos y las brechas en la educación sexual. Ella misma recalca que el VIH afecta, lamentablemente, con mayor fuerza a hombres jóvenes entre los 25 y 29 años y a poblaciones vulnerables. ¡Y eso nos dice que todavía tenemos mucho por hacer en términos de sensibilización y acceso a información clara y precisa!
Pero ojo, no todo es bronca. En septiembre de este año, lanzamos oficialmente la autoprueba de VIH, una iniciativa que busca democratizar el acceso a la prueba, facilitar la privacidad y llegar a gente que quizás nunca se acercaría a un centro de salud. Hasta ahora, se han realizado 763 autopruebas, y aunque 29 hayan resultado reactivas, eso significa que esas personas pudieron acceder rápidamente al diagnóstico y tratamiento. Un paso importante, sin duda, pero ¿será suficiente?
Volviendo a los datos globales, la ONU asegura que desde 1997 hemos visto una reducción del 52% en las nuevas infecciones a nivel mundial, lo cual demuestra que la lucha contra el SIDA sí da frutos. En 2020, más del 80% de las personas con VIH sabían que estaban contagiadas y tenían acceso a tratamiento, y de esos, el 90% lograron controlar el virus. Pero a pesar de estos avances, cada semana siguen contagiándose miles de mujeres jóvenes, especialmente en África subsahariana. Nos recuerda que la batalla está lejos de terminar.
Hablemos claro: el tema del condón siempre será el rey de la prevención. Con razón y constancia, reduce el riesgo de contagio en un impresionante 85%, según ONUSIDA. Y no solo el condón, sino también otras opciones como la masturbación mutua, el sexo virtual y otras prácticas consensuadas. La idea es simple: evitar que los fluidos corporales entren en contacto con nuestro cuerpo. ¡Más respeto por nosotros mismos y por nuestros pares!
Ahora bien, ¿qué podemos esperar del futuro? La implementación de la autoprueba es prometedora, pero necesitamos fortalecer la educación sexual desde edades tempranas, eliminar estigmas asociados al VIH y garantizar que todas las personas tengan acceso a pruebas, tratamientos y apoyo emocional. No basta con lanzar herramientas; debemos crear un ambiente de confianza y apertura donde nadie tenga miedo de buscar ayuda. Esto requiere inversión, compromiso político y, sobre todo, una sociedad informada y solidaria.
Con toda esta data y reflexiones, me pregunto: ¿Crees que la autoprueba de VIH y las campañas de educación sexual actuales son suficientes para frenar el repunte del VIH en Costa Rica, o necesitamos cambiar radicalmente nuestra estrategia? Déjanos tus ideas en el foro, ¡y hagamos esta conversación productiva!
Para poner esto en perspectiva, Costa Rica lleva rato rondando entre los 700 y 900 nuevos casos anuales. Aunque hay que recordar que el VIH ataca directamente al sistema inmunológico, y con tratamiento adecuado, las personas pueden vivir vidas largas y saludables. Pero ahí radica la clave: el tratamiento. Detectarlo tarde puede tener consecuencias serias, y eso es precisamente lo que preocupa a los expertos.
Marianela Arias Lamicq, sexóloga de Durex®, ha levantado la voz alertando sobre la detección tardía, las desigualdades que afectan más a ciertos grupos y las brechas en la educación sexual. Ella misma recalca que el VIH afecta, lamentablemente, con mayor fuerza a hombres jóvenes entre los 25 y 29 años y a poblaciones vulnerables. ¡Y eso nos dice que todavía tenemos mucho por hacer en términos de sensibilización y acceso a información clara y precisa!
Pero ojo, no todo es bronca. En septiembre de este año, lanzamos oficialmente la autoprueba de VIH, una iniciativa que busca democratizar el acceso a la prueba, facilitar la privacidad y llegar a gente que quizás nunca se acercaría a un centro de salud. Hasta ahora, se han realizado 763 autopruebas, y aunque 29 hayan resultado reactivas, eso significa que esas personas pudieron acceder rápidamente al diagnóstico y tratamiento. Un paso importante, sin duda, pero ¿será suficiente?
Volviendo a los datos globales, la ONU asegura que desde 1997 hemos visto una reducción del 52% en las nuevas infecciones a nivel mundial, lo cual demuestra que la lucha contra el SIDA sí da frutos. En 2020, más del 80% de las personas con VIH sabían que estaban contagiadas y tenían acceso a tratamiento, y de esos, el 90% lograron controlar el virus. Pero a pesar de estos avances, cada semana siguen contagiándose miles de mujeres jóvenes, especialmente en África subsahariana. Nos recuerda que la batalla está lejos de terminar.
Hablemos claro: el tema del condón siempre será el rey de la prevención. Con razón y constancia, reduce el riesgo de contagio en un impresionante 85%, según ONUSIDA. Y no solo el condón, sino también otras opciones como la masturbación mutua, el sexo virtual y otras prácticas consensuadas. La idea es simple: evitar que los fluidos corporales entren en contacto con nuestro cuerpo. ¡Más respeto por nosotros mismos y por nuestros pares!
Ahora bien, ¿qué podemos esperar del futuro? La implementación de la autoprueba es prometedora, pero necesitamos fortalecer la educación sexual desde edades tempranas, eliminar estigmas asociados al VIH y garantizar que todas las personas tengan acceso a pruebas, tratamientos y apoyo emocional. No basta con lanzar herramientas; debemos crear un ambiente de confianza y apertura donde nadie tenga miedo de buscar ayuda. Esto requiere inversión, compromiso político y, sobre todo, una sociedad informada y solidaria.
Con toda esta data y reflexiones, me pregunto: ¿Crees que la autoprueba de VIH y las campañas de educación sexual actuales son suficientes para frenar el repunte del VIH en Costa Rica, o necesitamos cambiar radicalmente nuestra estrategia? Déjanos tus ideas en el foro, ¡y hagamos esta conversación productiva!
