¡Ay, Dios mío, qué brete se ha metido el Herediano! La verdad, pinches, nadie esperaba que estuvieran tan apurados en la tabla, luchando como fieras por meterse a las semifinales. Después de levantar la copa el año pasado, ahora andan con la soga al cuello, dependiendo más de los demás que de sus propias manos. Pero claro, el fútbol es así, ¿verdad?
El 'Team' florenses todavía tiene esperanza, sí señor. Quedan cinco partidos, cinco verdaderas batallas campales donde tienen que salir con todo si quieren mantener viva la llama del bicampeonato. Conectar cinco victorias consecutivas, lograr esos 28 puntos… suena fácil en teoría, pero en la práctica, es como intentar subir el Cerro Chirripó caminando descalzo.
El calendario, pa’ colmo, no les regala nada. Primero, reciben la visita del Cartaginés, un clásico que siempre está cargado de sabor. Luego tocan al Sporting, seguido de dos duelos ante el Saprissa, que ni hablar, esos partidos son puro veneno. Finalmente, cierran contra San Carlos y Pérez Zeledón. Un calendario infernal, vamos.
Ahora bien, aquí viene el hueso duro de roer. Aunque gane los cinco juegos, el Herediano necesita que otras variables se alineen de forma perfecta. Equipos como el Saprissa, Alajuelense, Carmelina y otros, tienen sus propios intereses y juegan su propia partida. Depender de ellos es como esperar que aparezca un unicornio en la Plaza de la Cultura.
“Hay quien anda hablando picardías, mae,” soltó Jafet Soto en conferencia de prensa, visiblemente molesto. “Dicen que el Herediano no merece estar ahí, que nos estamos intrometiendo en cosas que no son nuestras. Pero nosotros sabemos quiénes somos y qué podemos hacer. Vamos a demostrarlo dentro de la cancha.” La actitud del profe parece indicar que los muchachos están listos para la guerra.
Esta racha final se va a interrumpir por unas semanas debido a los compromisos de la Selección Nacional, que anda buscando clasificar al Mundial. Una pausa quizás necesaria para recargar energías y aclarar ideas, pero que también puede cortar el buen ritmo que pudieran haber encontrado. Pa’ algunos, un respiro; pa’ otros, una interrupción inoportuna.
Y es que la presión es enorme. El peso de ser campeón, la expectativa de la afición, la crítica de los medios... todo se suma a un ambiente tenso. Pero precisamente en estas situaciones es donde se define la grandeza de un equipo. Si el Herediano quiere levantar otra vez la copa, tendrá que demostrar que tiene temple, coraje y hambre de victoria. Que no se achique ante la adversidad. Se los digo, esto se va a poner bueno...
Con todo esto, y viendo cómo se han puesto las cosas, ¿creen que el Herediano realmente tiene posibilidades de clasificar a las semifinales, o será otro capítulo más de decepciones futboleras? Dejen sus opiniones aquí abajo, ¡quiero saber qué piensan mis compas!
El 'Team' florenses todavía tiene esperanza, sí señor. Quedan cinco partidos, cinco verdaderas batallas campales donde tienen que salir con todo si quieren mantener viva la llama del bicampeonato. Conectar cinco victorias consecutivas, lograr esos 28 puntos… suena fácil en teoría, pero en la práctica, es como intentar subir el Cerro Chirripó caminando descalzo.
El calendario, pa’ colmo, no les regala nada. Primero, reciben la visita del Cartaginés, un clásico que siempre está cargado de sabor. Luego tocan al Sporting, seguido de dos duelos ante el Saprissa, que ni hablar, esos partidos son puro veneno. Finalmente, cierran contra San Carlos y Pérez Zeledón. Un calendario infernal, vamos.
Ahora bien, aquí viene el hueso duro de roer. Aunque gane los cinco juegos, el Herediano necesita que otras variables se alineen de forma perfecta. Equipos como el Saprissa, Alajuelense, Carmelina y otros, tienen sus propios intereses y juegan su propia partida. Depender de ellos es como esperar que aparezca un unicornio en la Plaza de la Cultura.
“Hay quien anda hablando picardías, mae,” soltó Jafet Soto en conferencia de prensa, visiblemente molesto. “Dicen que el Herediano no merece estar ahí, que nos estamos intrometiendo en cosas que no son nuestras. Pero nosotros sabemos quiénes somos y qué podemos hacer. Vamos a demostrarlo dentro de la cancha.” La actitud del profe parece indicar que los muchachos están listos para la guerra.
Esta racha final se va a interrumpir por unas semanas debido a los compromisos de la Selección Nacional, que anda buscando clasificar al Mundial. Una pausa quizás necesaria para recargar energías y aclarar ideas, pero que también puede cortar el buen ritmo que pudieran haber encontrado. Pa’ algunos, un respiro; pa’ otros, una interrupción inoportuna.
Y es que la presión es enorme. El peso de ser campeón, la expectativa de la afición, la crítica de los medios... todo se suma a un ambiente tenso. Pero precisamente en estas situaciones es donde se define la grandeza de un equipo. Si el Herediano quiere levantar otra vez la copa, tendrá que demostrar que tiene temple, coraje y hambre de victoria. Que no se achique ante la adversidad. Se los digo, esto se va a poner bueno...
Con todo esto, y viendo cómo se han puesto las cosas, ¿creen que el Herediano realmente tiene posibilidades de clasificar a las semifinales, o será otro capítulo más de decepciones futboleras? Dejen sus opiniones aquí abajo, ¡quiero saber qué piensan mis compas!
