¡Ay, Dios mío, qué papelón! La cosa anda caliente con el juicio contra Gracel María Arguedas González y Paniagua Paniagua, acusados de intentar sobornar a la jueza Hazel Murillo Beita para favorecer al cabecilla narco Darwin González Hernández, alias 'Pancho Villa'. Esto ya parece novela, ¿eh?
Resulta que la abogada, al parecer, intentó corromper a la jueza a cambio de que ésta testificara a favor del cartel y otros trece sospechosos involucrados en delitos de narcotráfico y lavado de dinero. Pero la cosa se puso turbia desde el principio, con contactos entre Arguedas y la jueza que datan de sus tiempos universitarios allá por el 2005, ¡una historia larga!
Según el Ministerio Público, la conexión universitaria fue aprovechada para contactar a la jueza y ofrecerle el soborno. Parece que Arguedas hizo algunas gestiones extrañas en nombre de la estructura criminal esperando recibir un buen dinerito a cambio. ¡Un brete pa' todos!
Pero llegó septiembre del año pasado y la jueza Murillo Beita, dando cumplimiento a su deber, se presentó como testigo ante el Tribunal Penal Especializado en Delincuencia Organizada (JEDO) y contó toda la movida. Se reveló cómo la abogada ofreció un incentivo económico a cambio de que la jueza manipulara el juicio.
Lo más curioso es la forma en que se intentó convencer a la jueza. Según el testimonio del hijo de la jueza, la abogada empezó a hablar de carros nuevos, mostrando imágenes de un Toyota Fortuner y una Ford Ranger, ¡como si fuera un catálogo de ofertas! “Imagínate si a tu mamá le pagaran, podría comprarle ese carro”, le decía al chico. ¡Qué cara! Un verdadero despiche.
Y ahí quedó claro que el objetivo del soborno era torpedear el caso. La defensa de los acusados argumenta que la jueza debió haberse apartado del proceso debido a una supuesta relación sentimental con un ex agente del OIJ, quien habría facilitado información a la red criminal. ¡Esto se pone más picante que salsa Lizano!
Las autoridades ya han hecho varios operativos. Recordarán que en marzo de 2024 arrestaron a Arguedas y registraron su casa, encontrando evidencias relacionadas con el caso. Paniagua Paniagua también cayó posteriormente. Además, decomisaron celulares y armas tanto a él como a 'Pancho Villa', buscando más pruebas incriminatorias. ¡Menos mal que la justicia anda atenta, mae!
Con todo este panorama, resulta inevitable preguntarse: ¿Hasta dónde llega la corrupción en nuestro país y qué medidas debemos tomar para garantizar la integridad del sistema judicial? ¿Creen que este caso abrirá una puerta a nuevas investigaciones sobre vínculos entre funcionarios públicos y organizaciones criminales?
	
		
			
		
		
	
				
			Resulta que la abogada, al parecer, intentó corromper a la jueza a cambio de que ésta testificara a favor del cartel y otros trece sospechosos involucrados en delitos de narcotráfico y lavado de dinero. Pero la cosa se puso turbia desde el principio, con contactos entre Arguedas y la jueza que datan de sus tiempos universitarios allá por el 2005, ¡una historia larga!
Según el Ministerio Público, la conexión universitaria fue aprovechada para contactar a la jueza y ofrecerle el soborno. Parece que Arguedas hizo algunas gestiones extrañas en nombre de la estructura criminal esperando recibir un buen dinerito a cambio. ¡Un brete pa' todos!
Pero llegó septiembre del año pasado y la jueza Murillo Beita, dando cumplimiento a su deber, se presentó como testigo ante el Tribunal Penal Especializado en Delincuencia Organizada (JEDO) y contó toda la movida. Se reveló cómo la abogada ofreció un incentivo económico a cambio de que la jueza manipulara el juicio.
Lo más curioso es la forma en que se intentó convencer a la jueza. Según el testimonio del hijo de la jueza, la abogada empezó a hablar de carros nuevos, mostrando imágenes de un Toyota Fortuner y una Ford Ranger, ¡como si fuera un catálogo de ofertas! “Imagínate si a tu mamá le pagaran, podría comprarle ese carro”, le decía al chico. ¡Qué cara! Un verdadero despiche.
Y ahí quedó claro que el objetivo del soborno era torpedear el caso. La defensa de los acusados argumenta que la jueza debió haberse apartado del proceso debido a una supuesta relación sentimental con un ex agente del OIJ, quien habría facilitado información a la red criminal. ¡Esto se pone más picante que salsa Lizano!
Las autoridades ya han hecho varios operativos. Recordarán que en marzo de 2024 arrestaron a Arguedas y registraron su casa, encontrando evidencias relacionadas con el caso. Paniagua Paniagua también cayó posteriormente. Además, decomisaron celulares y armas tanto a él como a 'Pancho Villa', buscando más pruebas incriminatorias. ¡Menos mal que la justicia anda atenta, mae!
Con todo este panorama, resulta inevitable preguntarse: ¿Hasta dónde llega la corrupción en nuestro país y qué medidas debemos tomar para garantizar la integridad del sistema judicial? ¿Creen que este caso abrirá una puerta a nuevas investigaciones sobre vínculos entre funcionarios públicos y organizaciones criminales?