¡Ay, Dios mío! Esto sí que es jugadón. Resulta que Rolando Alberto Vindas Abarca, alias 'El R', el mismo que salió con sentencia de más de veinte años en Estados Unidos por tráfico de droga, andaba sobornando a nuestros propios guardacostas para que le dieran vía libre a sus cargamentos. ¡Qué barbaridad!
La Fiscalía de Estados Unidos destapó este breu tras analizar conversaciones telefónicas intervenidas por la DEA. Parece que ‘El R’ estaba pagando hasta $80,000 por cada cargamento que quería pasar sin problemas. Una suma considerable, digámoslo así. Todo esto salió a la luz después de que lo declararan culpable y lo sentenciaran en Texas.
Pero eso no es todo, chunches. Las investigaciones apuntan a que Vindas Abarca tenía conexiones directas con el Clan del Golfo, allá en Colombia, y con el temido Cartel de Sinaloa, de México. Imagínate la red que se armaba ahí… Envíos de cocaína desde Sudamérica hasta Estados Unidos, todo coordinado por nuestro querido ‘El R’. ¡Qué nivel de maraña!
Según la DEA, Vindas Abarca era el encargado de organizar esos envíos marítimos, y movilizó más de mil kilos de cocaína. Lo peor de todo es que usaba la corrupción de algunos funcionarios del SNG para evadir controles. Parece que el dinero hablaba más que la ley, brete.
El caso, que se llevó a cabo en el Tribunal del Distrito Este de Texas, demostró cómo se financiaban estos movimientos ilícitos. Transferencias por unos $450,000 fueron rastreadas, y las grabaciones telefónicas confirman los acuerdos turbios con los guardacostas. Ahí te queda, palito a palito, cómo operaba la banda.
La captura de ‘El R’ ocurrió en 2021 en Cúcuta, Colombia, donde permaneció prófugo durante meses. Luego, lo extraditaron a Estados Unidos gracias a la colaboración entre varios organismos internacionales, incluyendo la Oficina de Asuntos Internacionales del Departamento de Justicia y la Sección de Lavado de Dinero de EE.UU. en Bogotá. ¡Trabajo en equipo para ponerle fin a este tipo!
Además, la investigación reveló que ‘El R’ también tenía contactos en Honduras y Guatemala para facilitar el paso de la droga por Centroamérica. Se mencionan nombres clave dentro de la organización, como “Felipe”, “Manchas”, “Trompa” y “Cholo”, todos ellos señalan como figuras importantes del hampa. Un verdadero aquelarre de maleantes, diay.
Ahora, me pregunto: ¿Cómo podemos fortalecer nuestras instituciones para evitar que la corrupción penetre en lugares tan sensibles como el Servicio Nacional de Guardacostas? ¿Deberíamos implementar medidas más estrictas de control interno y transparencia, o simplemente esperar que la suerte nos acompañe?
La Fiscalía de Estados Unidos destapó este breu tras analizar conversaciones telefónicas intervenidas por la DEA. Parece que ‘El R’ estaba pagando hasta $80,000 por cada cargamento que quería pasar sin problemas. Una suma considerable, digámoslo así. Todo esto salió a la luz después de que lo declararan culpable y lo sentenciaran en Texas.
Pero eso no es todo, chunches. Las investigaciones apuntan a que Vindas Abarca tenía conexiones directas con el Clan del Golfo, allá en Colombia, y con el temido Cartel de Sinaloa, de México. Imagínate la red que se armaba ahí… Envíos de cocaína desde Sudamérica hasta Estados Unidos, todo coordinado por nuestro querido ‘El R’. ¡Qué nivel de maraña!
Según la DEA, Vindas Abarca era el encargado de organizar esos envíos marítimos, y movilizó más de mil kilos de cocaína. Lo peor de todo es que usaba la corrupción de algunos funcionarios del SNG para evadir controles. Parece que el dinero hablaba más que la ley, brete.
El caso, que se llevó a cabo en el Tribunal del Distrito Este de Texas, demostró cómo se financiaban estos movimientos ilícitos. Transferencias por unos $450,000 fueron rastreadas, y las grabaciones telefónicas confirman los acuerdos turbios con los guardacostas. Ahí te queda, palito a palito, cómo operaba la banda.
La captura de ‘El R’ ocurrió en 2021 en Cúcuta, Colombia, donde permaneció prófugo durante meses. Luego, lo extraditaron a Estados Unidos gracias a la colaboración entre varios organismos internacionales, incluyendo la Oficina de Asuntos Internacionales del Departamento de Justicia y la Sección de Lavado de Dinero de EE.UU. en Bogotá. ¡Trabajo en equipo para ponerle fin a este tipo!
Además, la investigación reveló que ‘El R’ también tenía contactos en Honduras y Guatemala para facilitar el paso de la droga por Centroamérica. Se mencionan nombres clave dentro de la organización, como “Felipe”, “Manchas”, “Trompa” y “Cholo”, todos ellos señalan como figuras importantes del hampa. Un verdadero aquelarre de maleantes, diay.
Ahora, me pregunto: ¿Cómo podemos fortalecer nuestras instituciones para evitar que la corrupción penetre en lugares tan sensibles como el Servicio Nacional de Guardacostas? ¿Deberíamos implementar medidas más estrictas de control interno y transparencia, o simplemente esperar que la suerte nos acompañe?