- A mí me gustaría que mi suegra fuera una estrella.
- ¿Sí? ¿Para que te lleve a Hollywood?
- No, para que esté a 3.000 años luz.
- Abuelita, cierra los ojos.
- ¿Y por qué quieres que cierre los ojos?
- Porque papá dijo que, cuando vos cierres los ojos, seremos felices.
- ¿Qué pasa, Gregorio?
- Murió mi suegra.
- ¿Cómo fue?
- Tengo un perro Pitbull Terrier, y en un descuido se le lanzó a mi suegra a la garganta y la degolló. Murió al instante.
- ¡Qué pena! Oye, ¿y tu suegra tenía tantos admiradores que la casa está llena de hombres?
- ¡No, son vecinos que se enteraron de lo que pasó y vienen a comprarme el perro!
- ¿Sí? ¿Para que te lleve a Hollywood?
- No, para que esté a 3.000 años luz.
- Abuelita, cierra los ojos.
- ¿Y por qué quieres que cierre los ojos?
- Porque papá dijo que, cuando vos cierres los ojos, seremos felices.
- ¿Qué pasa, Gregorio?
- Murió mi suegra.
- ¿Cómo fue?
- Tengo un perro Pitbull Terrier, y en un descuido se le lanzó a mi suegra a la garganta y la degolló. Murió al instante.
- ¡Qué pena! Oye, ¿y tu suegra tenía tantos admiradores que la casa está llena de hombres?
- ¡No, son vecinos que se enteraron de lo que pasó y vienen a comprarme el perro!