¡Ay, mi gente! Se armó un berraco en el Auditorio Nacional este miércoles, y no precisamente por un partido de Liga Deportiva Alajuelense. ¡Fue el musical ‘Annie’ protagonizado por unos chamacos del Colegio Blue Valley School que dejaron a todos boquiabiertos! Digamos que nos sacaron del bajón que andábamos con tanta vaina pasando en el país.
Como bien saben, el Auditorio Nacional siempre ha sido escenario de grandes eventos, pero esta vez se respiraba un ambiente diferente, más familiar. La verdad es que la producción, organizada por el colegio, era bastante ambiciosa para ser llevada a cabo por estudiantes de secundaria. Pero ahí estaban, cuarenta y siete jóvenes listos para demostrar que tienen talento de sobra.
La obra, basada en la novela original ambientada en la Nueva York de los años treinta, narra la historia de una niñita huérfana, Annie, quien a pesar de las adversidades busca un lugar en el mundo y encuentra un rayito de esperanza con la millonaria rica Miss Hannigan. La adaptación al inglés fue impecable, sin sacrificar el encanto y la emoción de la historia. Algunos incluso comentaban que eran mejores que algunos espectáculos profesionales que hemos visto por acá, ¡y eso que son puros jovencitos!
Desde que abrieron las puertas, la expectativa era alta. Familias enteras llegaron para apoyar a estos muchachos. La sala estaba repleta, llena de risas y aplausos. Incluso había algunos personajes influyentes, como doña Lorena Vargas, presidenta de la Asamblea Legislativa, quienes no quisieron perdérselo. Dicen que hasta se le humedecieron los ojos con la actuación de la protagonista, quien interpretó a Annie con una madurez impresionante.
Lo que más me sorprendió, siendo honesto, fue la calidad de la puesta en escena. Los vestuarios, la escenografía, la iluminación… todo estuvo cuidado al detalle. Se nota que le echaron ganas, que esto no fue un chunche improvisado. Y ni hablar de la banda sonora, que hizo vibrar el auditorio desde el primer momento. ¡Un trabajo digno de admirar!
Este musical forma parte del Programa de Artes del Blue Valley School, un esfuerzo que va más allá de la excelencia académica y deportiva, buscando formar seres humanos integrales. Es una apuesta valiente, porque a veces se piensa que estas actividades son prescindibles, pero demostraron que enriquecen la experiencia educativa y potencian el desarrollo personal de los estudiantes. Quién sabe, puede que alguno de estos chicos termine triunfando en Broadway, ¡sería tremendo para Costa Rica!
El éxito de “Annie” es una muestra de que el talento juvenil nacional está vivo y coleando. Con dedicación, disciplina y apoyo, nuestros jóvenes pueden lograr cosas increíbles. No solo eso, sino que además logran levantarle el ánimo a la gente en momentos donde necesitamos una dosis de alegría y positividad. De hecho, muchos asistentes salían del Auditorio Nacional con una sonrisa de oreja a oreja, sintiéndose renovados y esperanzados.
Después de ver semejante espectáculo, me queda una pregunta clavada: ¿Consideran ustedes que es importante invertir en programas de arte y cultura en las escuelas públicas para fomentar el talento artístico de nuestros niños y jóvenes?
Como bien saben, el Auditorio Nacional siempre ha sido escenario de grandes eventos, pero esta vez se respiraba un ambiente diferente, más familiar. La verdad es que la producción, organizada por el colegio, era bastante ambiciosa para ser llevada a cabo por estudiantes de secundaria. Pero ahí estaban, cuarenta y siete jóvenes listos para demostrar que tienen talento de sobra.
La obra, basada en la novela original ambientada en la Nueva York de los años treinta, narra la historia de una niñita huérfana, Annie, quien a pesar de las adversidades busca un lugar en el mundo y encuentra un rayito de esperanza con la millonaria rica Miss Hannigan. La adaptación al inglés fue impecable, sin sacrificar el encanto y la emoción de la historia. Algunos incluso comentaban que eran mejores que algunos espectáculos profesionales que hemos visto por acá, ¡y eso que son puros jovencitos!
Desde que abrieron las puertas, la expectativa era alta. Familias enteras llegaron para apoyar a estos muchachos. La sala estaba repleta, llena de risas y aplausos. Incluso había algunos personajes influyentes, como doña Lorena Vargas, presidenta de la Asamblea Legislativa, quienes no quisieron perdérselo. Dicen que hasta se le humedecieron los ojos con la actuación de la protagonista, quien interpretó a Annie con una madurez impresionante.
Lo que más me sorprendió, siendo honesto, fue la calidad de la puesta en escena. Los vestuarios, la escenografía, la iluminación… todo estuvo cuidado al detalle. Se nota que le echaron ganas, que esto no fue un chunche improvisado. Y ni hablar de la banda sonora, que hizo vibrar el auditorio desde el primer momento. ¡Un trabajo digno de admirar!
Este musical forma parte del Programa de Artes del Blue Valley School, un esfuerzo que va más allá de la excelencia académica y deportiva, buscando formar seres humanos integrales. Es una apuesta valiente, porque a veces se piensa que estas actividades son prescindibles, pero demostraron que enriquecen la experiencia educativa y potencian el desarrollo personal de los estudiantes. Quién sabe, puede que alguno de estos chicos termine triunfando en Broadway, ¡sería tremendo para Costa Rica!
El éxito de “Annie” es una muestra de que el talento juvenil nacional está vivo y coleando. Con dedicación, disciplina y apoyo, nuestros jóvenes pueden lograr cosas increíbles. No solo eso, sino que además logran levantarle el ánimo a la gente en momentos donde necesitamos una dosis de alegría y positividad. De hecho, muchos asistentes salían del Auditorio Nacional con una sonrisa de oreja a oreja, sintiéndose renovados y esperanzados.
Después de ver semejante espectáculo, me queda una pregunta clavada: ¿Consideran ustedes que es importante invertir en programas de arte y cultura en las escuelas públicas para fomentar el talento artístico de nuestros niños y jóvenes?