¡Ay, Dios mío! Esto pinta feo, camaradas. El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), esos señores que nos garantizan el derecho a elegir, andan con la mosca detrás de la oreja porque parece que hay gente con ganas de armar bronca en redes sociales. Han metido una denuncia ante la Fiscalía General, acusando a unos hilos y comentarios de incitar al odio y la violencia contra la institución. ¡Menuda vaina!
Según Luis Guillermo Chinchilla Mora, el secretario general del TSE, la cosa empezó a ponerse seria luego de una reunión interna el martes pasado, donde le dieron luz verde para ir a la Fiscalía. Imagínense, señores, más de setenta años protegiendo nuestra libertad de expresión, y ahora toca lidiar con trolls y haters que quieren apagar la democracia. Ya se imaginarán, los tiempos que corren…
Chinchilla recalcó que el TSE siempre ha sido un baluarte para que todos puedan opinar libremente, diay, hasta los que piensan diferente. Pero eso, claro, no significa que se pueda andar gritándole improperios a nadie ni atacando a las instituciones del país. Parece que algunos todavía tienen que aprender eso, ¿verdad?
Y ahí radica el problema, mae. En plena época electoral, cuando la tensión ya está alta, alguien decide lanzar bombas verbales en Facebook y Twitter. Según el TSE, estas publicaciones no solo son ofensivas, sino que también buscan desestabilizar el proceso democrático. ¡Un ataque directo a la confianza de los votantes, vamos!
La Fiscalía ahora tendrá que investigar qué tan graves son estas acusaciones. No es cualquier cosa, porque estamos hablando de posibles delitos contra la institucionalidad y la seguridad nacional. Ojalá hagan bien su trabajo y le den pa’ dentro a esos vándalos digitales que creen que pueden meterle mano a nuestro sistema.
Muchos se preguntarán, ¿qué tipo de mensajes fueron los que llevaron al TSE a tomar esta drástica medida? Bueno, fuentes internas me comentaron (¡confidencial!) que había llamados directos a la violencia contra los magistrados, acusaciones falsas sobre manipulación de resultados y campañas coordinadas para desacreditar la labor del tribunal. ¡Una cosa más turbia que la salsa picante!
Este caso reaviva el debate sobre la responsabilidad que tenemos todos en el uso de las redes sociales. Ya no basta con decir que la libertad de expresión es sagrada; también debemos asumir las consecuencias de nuestras palabras y asegurarnos de no estar contribuyendo a la polarización y al ambiente de hostilidad que se vive en el país. La cosa está que arde, y necesitamos calma y sentido común.
En fin, una situación preocupante que pone en entredicho nuestros valores democráticos. ¿Será que estamos perdiendo la capacidad de dialogar y respetar las opiniones ajenas? ¿Cree usted que las redes sociales están siendo utilizadas como armas para atacar a las instituciones y manipular a la opinión pública? Déjeme sus comentarios, ¡quiero saber qué piensa usted sobre este brete!
Según Luis Guillermo Chinchilla Mora, el secretario general del TSE, la cosa empezó a ponerse seria luego de una reunión interna el martes pasado, donde le dieron luz verde para ir a la Fiscalía. Imagínense, señores, más de setenta años protegiendo nuestra libertad de expresión, y ahora toca lidiar con trolls y haters que quieren apagar la democracia. Ya se imaginarán, los tiempos que corren…
Chinchilla recalcó que el TSE siempre ha sido un baluarte para que todos puedan opinar libremente, diay, hasta los que piensan diferente. Pero eso, claro, no significa que se pueda andar gritándole improperios a nadie ni atacando a las instituciones del país. Parece que algunos todavía tienen que aprender eso, ¿verdad?
Y ahí radica el problema, mae. En plena época electoral, cuando la tensión ya está alta, alguien decide lanzar bombas verbales en Facebook y Twitter. Según el TSE, estas publicaciones no solo son ofensivas, sino que también buscan desestabilizar el proceso democrático. ¡Un ataque directo a la confianza de los votantes, vamos!
La Fiscalía ahora tendrá que investigar qué tan graves son estas acusaciones. No es cualquier cosa, porque estamos hablando de posibles delitos contra la institucionalidad y la seguridad nacional. Ojalá hagan bien su trabajo y le den pa’ dentro a esos vándalos digitales que creen que pueden meterle mano a nuestro sistema.
Muchos se preguntarán, ¿qué tipo de mensajes fueron los que llevaron al TSE a tomar esta drástica medida? Bueno, fuentes internas me comentaron (¡confidencial!) que había llamados directos a la violencia contra los magistrados, acusaciones falsas sobre manipulación de resultados y campañas coordinadas para desacreditar la labor del tribunal. ¡Una cosa más turbia que la salsa picante!
Este caso reaviva el debate sobre la responsabilidad que tenemos todos en el uso de las redes sociales. Ya no basta con decir que la libertad de expresión es sagrada; también debemos asumir las consecuencias de nuestras palabras y asegurarnos de no estar contribuyendo a la polarización y al ambiente de hostilidad que se vive en el país. La cosa está que arde, y necesitamos calma y sentido común.
En fin, una situación preocupante que pone en entredicho nuestros valores democráticos. ¿Será que estamos perdiendo la capacidad de dialogar y respetar las opiniones ajenas? ¿Cree usted que las redes sociales están siendo utilizadas como armas para atacar a las instituciones y manipular a la opinión pública? Déjeme sus comentarios, ¡quiero saber qué piensa usted sobre este brete!