¡Duro! Resulta que el señor Bezos, el mismo de Amazon, pusole buen ojo a nuestros mares tropicales y ahora le está metiendo unos 24.5 millones de dólares pa’ ayudar a cuidarlos. Esto sí que es una buena vara, porque aquí andamos batallando con plásticos y gente que no respeta la naturaleza. No sé ustedes, pero yo me pregunto si esto significa que finalmente vamos a empezar a tomar nosotras nosostras esto de la conservación en serio… o si será otro truco pa’ verse bien.
El caso es que este “Bezos Earth Fund” – suena a película, ¿no? – dice que quiere fortalecer la seguridad en el mar, mejorar los patrullajes y hasta involucrar a las comunidades locales para que cuiden nuestras costas. Lo van a hacer aquí en Costa Rica, pero también en Panamá, Colombia y Ecuador. Imagínense, cuatro países trabajando juntos pa’ proteger lo que nos toca del Pacifico. Eso sí que es ambicioso.
Dicen que esto casi duplica lo que ya había invertido el Fondo en la zona, acumulando más de 60 palazos verdes desde el 2021. ¿Y qué buscan exactamente? Pues apoyar el monitoreo de toda la fauna marina: tiburones, tortugas, ballenas, atún... ¡hasta los mangles y los estuarios! Todo eso que sirve pa’ que estos animalitos puedan reproducirse tranquilamente. Parece una jugada maestra, pero hay que ver cómo se traduce todo esto en acciones reales en el terreno.
Lo bueno es que varios países de la zona, incluyendo nosotras, ya estamos haciendo nuestro brete. Ya tenemos protegido más del 30% de nuestras aguas nacionales, ampliando la conservación a gran escala. Desde el 2021, nosotr@s junt@s con Panama y Colombia hemos creado más de 154.000 kilómetros cuadrados de áreas marinas protegidas. ¡Eso sí que es un cambio significativo! Triplicamos la cobertura en la región. Esto demuestra que si le echamos ganas, podemos lograr cosas importantes.
Tom Taylor, el presidente del Bezos Earth Fund, soltó unas frases bonitas diciendo que “cuando las comunidades tienen las herramientas necesarias, protegen las especies y el océano vuelve a la vida”. Suena lindo, pero aquí en Costa Rica sabemos que las intenciones no siempre se traducen en resultados concretos. Necesitamos ver que estas donaciones realmente lleguen a quienes están en la primera línea, luchando día a día contra la pesca ilegal, la contaminación y la destrucción de los ecosistemas.
Además, parece que quieren conectar todas esas áreas protegidas entre países, creando uno de los corredores marinos más grandes del mundo. Imagínense el potencial: animales migrando libremente, ecosistemas interconectados, una red de protección que abarca toda la región. Pero claro, eso implica coordinación y colaboración entre gobiernos, organizaciones y comunidades. No es tarea fácil, ¿eh?
Esto de invertir en tecnología satelital para los patrullajes y capacitar a los guardaparques suena excelente. Pero también es fundamental desarrollar modelos de financiamiento que empoderen a las comunidades costeras. Porque al final del día, son ellas las que viven de estos mares y las que más interesadas deberían estar en protegerlos. Que el dinero no se vaya directo a oficinas gubernamentales, sino que llegue a las manos de los pescadores artesanales, los biólogos locales y todos aquellos que están comprometidos con la conservación.
Sin embargo, me queda la duda: ¿Será que esta inversión masiva de un multimillonario como Bezos es genuina preocupación por el medio ambiente o parte de una estrategia de marketing corporativo? ¿Nos estamos convirtiendo en dependientes de la filantropía privada para cuidar nuestros propios recursos naturales? Y hablando de eso, ¿ustedes creen que esta inyección de capital realmente cambiará la forma en que nos relacionamos con el océano, o simplemente será un parche temporal ante una crisis ambiental creciente? Dejenme saber su opinión en los comentarios!
El caso es que este “Bezos Earth Fund” – suena a película, ¿no? – dice que quiere fortalecer la seguridad en el mar, mejorar los patrullajes y hasta involucrar a las comunidades locales para que cuiden nuestras costas. Lo van a hacer aquí en Costa Rica, pero también en Panamá, Colombia y Ecuador. Imagínense, cuatro países trabajando juntos pa’ proteger lo que nos toca del Pacifico. Eso sí que es ambicioso.
Dicen que esto casi duplica lo que ya había invertido el Fondo en la zona, acumulando más de 60 palazos verdes desde el 2021. ¿Y qué buscan exactamente? Pues apoyar el monitoreo de toda la fauna marina: tiburones, tortugas, ballenas, atún... ¡hasta los mangles y los estuarios! Todo eso que sirve pa’ que estos animalitos puedan reproducirse tranquilamente. Parece una jugada maestra, pero hay que ver cómo se traduce todo esto en acciones reales en el terreno.
Lo bueno es que varios países de la zona, incluyendo nosotras, ya estamos haciendo nuestro brete. Ya tenemos protegido más del 30% de nuestras aguas nacionales, ampliando la conservación a gran escala. Desde el 2021, nosotr@s junt@s con Panama y Colombia hemos creado más de 154.000 kilómetros cuadrados de áreas marinas protegidas. ¡Eso sí que es un cambio significativo! Triplicamos la cobertura en la región. Esto demuestra que si le echamos ganas, podemos lograr cosas importantes.
Tom Taylor, el presidente del Bezos Earth Fund, soltó unas frases bonitas diciendo que “cuando las comunidades tienen las herramientas necesarias, protegen las especies y el océano vuelve a la vida”. Suena lindo, pero aquí en Costa Rica sabemos que las intenciones no siempre se traducen en resultados concretos. Necesitamos ver que estas donaciones realmente lleguen a quienes están en la primera línea, luchando día a día contra la pesca ilegal, la contaminación y la destrucción de los ecosistemas.
Además, parece que quieren conectar todas esas áreas protegidas entre países, creando uno de los corredores marinos más grandes del mundo. Imagínense el potencial: animales migrando libremente, ecosistemas interconectados, una red de protección que abarca toda la región. Pero claro, eso implica coordinación y colaboración entre gobiernos, organizaciones y comunidades. No es tarea fácil, ¿eh?
Esto de invertir en tecnología satelital para los patrullajes y capacitar a los guardaparques suena excelente. Pero también es fundamental desarrollar modelos de financiamiento que empoderen a las comunidades costeras. Porque al final del día, son ellas las que viven de estos mares y las que más interesadas deberían estar en protegerlos. Que el dinero no se vaya directo a oficinas gubernamentales, sino que llegue a las manos de los pescadores artesanales, los biólogos locales y todos aquellos que están comprometidos con la conservación.
Sin embargo, me queda la duda: ¿Será que esta inversión masiva de un multimillonario como Bezos es genuina preocupación por el medio ambiente o parte de una estrategia de marketing corporativo? ¿Nos estamos convirtiendo en dependientes de la filantropía privada para cuidar nuestros propios recursos naturales? Y hablando de eso, ¿ustedes creen que esta inyección de capital realmente cambiará la forma en que nos relacionamos con el océano, o simplemente será un parche temporal ante una crisis ambiental creciente? Dejenme saber su opinión en los comentarios!