¡Ay, mae! Se nos fue Don Franklin, una figura entrañable para todos los costarricenses. Después de más de siete décadas dedicado al Benemérito Cuerpo de Bomberos, el Coronel Franklin Meléndez Campos dejó este mundo, dejándonos un vacío enorme y un legado imborrable. La noticia cayó como un balde de agua fría, especialmente para quienes conocimos su dedicación incansable y su espíritu servicial.
Don Franklin no era simplemente un bombero; era una institución. Su nombre resonaba en cada estación, en cada curso de capacitación, en cada operación de rescate. Empezó sus labores muy jovencito, allá por los años 50, y desde entonces nunca flaqueó en su compromiso con la seguridad de nuestro país. Imagínate, ¡más de 70 años protegiendo a la gente! Eso sí que es sacrificio, eso sí que es poner el hombro.
El Cuerpo de Bomberos emitió un comunicado oficial confirmando el fallecimiento y resaltando la importancia de Meléndez en la historia de la institución. Dijeron que su “entrega, ejemplo y legado permanecerán siempre”. ¡Y tienen toda la razón! Él encarnaba esos valores que tanto necesitamos en estos tiempos: honestidad, valentía, y una vocación inigualable. La verdad es que muchos jóvenes bomberos tomaron a Don Franklin como modelo a seguir, aprendiendo de su experiencia y sabiduría.
Este viernes, la estación de Bomberos Metropolitana Sur se convirtió en un punto de encuentro para rendir homenaje a Don Franklin. Gente de todas partes acudió a despedirlo, dejando flores y mensajes de agradecimiento. La iglesia Templo Votivo Corazón de Jesús también se preparó para recibirlo, pues allí se realizarían las honras fúnebres a partir de las tres de la tarde. Que momento más triste, diay… ver tanta gente consternada por su partida.
Recordamos a Don Franklin en aquel incendio en Escazú hace unos años, donde rescató a una familia atrapada en medio del humo. Nadie olvidará su temple, ni su forma de mantener la calma en situaciones extremas. Siempre decía que “la vida humana es lo primero” y eso lo demostraba con hechos. Era un mae tranquilo, siempre dispuesto a ayudar, aunque fuera con una simple sonrisa y unas palabras de aliento. Un verdadero ejemplo de cómo servir a la comunidad con humildad y profesionalismo.
Más allá de su rol como líder del Cuerpo de Bomberos, Don Franklin era un hombre de principios, un esposo ejemplar y un padre orgulloso de sus hijos. Le gustaba jugar dominó los fines de semana, escuchar música tradicional costarricense y disfrutar de una buena taza de café bien cargado. Era un mae sencillo, conectado con sus raíces, y eso lo hacía aún más querido por todos. Un tipo de esos que ya casi no quedan, ¿eh?
Esta pérdida es un duro golpe para la comunidad bomberil y para todo el país. Don Franklin representaba la perseverancia, la lealtad y el amor por Costa Rica. Dejó una huella profunda en la memoria colectiva, y su legado seguirá inspirando a futuras generaciones de bomberos a proteger a nuestros ciudadanos con valentía y dedicación. En fin, una verdadera leyenda se ha ido, y nos queda la tarea de honrar su memoria viviendo con los mismos valores que él defendió.
Ahora, me pregunto... ¿Cómo podemos, como sociedad costarricense, inspirarnos en el legado de figuras como el Coronel Meléndez para fortalecer nuestra cultura de servicio y voluntariado? ¿Qué acciones concretas podríamos implementar para fomentar el valor del trabajo bien hecho y el compromiso con el bienestar común, tal como lo hizo Don Franklin durante toda su vida?
Don Franklin no era simplemente un bombero; era una institución. Su nombre resonaba en cada estación, en cada curso de capacitación, en cada operación de rescate. Empezó sus labores muy jovencito, allá por los años 50, y desde entonces nunca flaqueó en su compromiso con la seguridad de nuestro país. Imagínate, ¡más de 70 años protegiendo a la gente! Eso sí que es sacrificio, eso sí que es poner el hombro.
El Cuerpo de Bomberos emitió un comunicado oficial confirmando el fallecimiento y resaltando la importancia de Meléndez en la historia de la institución. Dijeron que su “entrega, ejemplo y legado permanecerán siempre”. ¡Y tienen toda la razón! Él encarnaba esos valores que tanto necesitamos en estos tiempos: honestidad, valentía, y una vocación inigualable. La verdad es que muchos jóvenes bomberos tomaron a Don Franklin como modelo a seguir, aprendiendo de su experiencia y sabiduría.
Este viernes, la estación de Bomberos Metropolitana Sur se convirtió en un punto de encuentro para rendir homenaje a Don Franklin. Gente de todas partes acudió a despedirlo, dejando flores y mensajes de agradecimiento. La iglesia Templo Votivo Corazón de Jesús también se preparó para recibirlo, pues allí se realizarían las honras fúnebres a partir de las tres de la tarde. Que momento más triste, diay… ver tanta gente consternada por su partida.
Recordamos a Don Franklin en aquel incendio en Escazú hace unos años, donde rescató a una familia atrapada en medio del humo. Nadie olvidará su temple, ni su forma de mantener la calma en situaciones extremas. Siempre decía que “la vida humana es lo primero” y eso lo demostraba con hechos. Era un mae tranquilo, siempre dispuesto a ayudar, aunque fuera con una simple sonrisa y unas palabras de aliento. Un verdadero ejemplo de cómo servir a la comunidad con humildad y profesionalismo.
Más allá de su rol como líder del Cuerpo de Bomberos, Don Franklin era un hombre de principios, un esposo ejemplar y un padre orgulloso de sus hijos. Le gustaba jugar dominó los fines de semana, escuchar música tradicional costarricense y disfrutar de una buena taza de café bien cargado. Era un mae sencillo, conectado con sus raíces, y eso lo hacía aún más querido por todos. Un tipo de esos que ya casi no quedan, ¿eh?
Esta pérdida es un duro golpe para la comunidad bomberil y para todo el país. Don Franklin representaba la perseverancia, la lealtad y el amor por Costa Rica. Dejó una huella profunda en la memoria colectiva, y su legado seguirá inspirando a futuras generaciones de bomberos a proteger a nuestros ciudadanos con valentía y dedicación. En fin, una verdadera leyenda se ha ido, y nos queda la tarea de honrar su memoria viviendo con los mismos valores que él defendió.
Ahora, me pregunto... ¿Cómo podemos, como sociedad costarricense, inspirarnos en el legado de figuras como el Coronel Meléndez para fortalecer nuestra cultura de servicio y voluntariado? ¿Qué acciones concretas podríamos implementar para fomentar el valor del trabajo bien hecho y el compromiso con el bienestar común, tal como lo hizo Don Franklin durante toda su vida?