¡Ay, patitos! Quién diría que en medio del relajo navideño, con tanto postre y regalo, nos tocaría un cachazo de noticia que nos recordaría lo importante de estas fiestas. Se trata de un gesto simple, pero con la fuerza de un torbellino, que ha levantado la moral de to’a la gente en las redes.
Resulta que una señora de Coto Brus, con el corazón más grande que el Volcán Irazú, decidió darle un respiro a los recolectores de basura de la municipalidad. Mientras todos andábamos disfrutando de la cena familiar, esos mae estaban echándole birria recogiendo la mugrería que nosotros dejamos varada, diay, ¡qué trabajo!
La licenciada Ive Cortes, orgullosa de su madre, compartió un video en sus redes sociales donde se ve a la doña recibiéndolos en su casa con los brazos abiertos. No es broma, mae; le preparó un desayuno digno de reyes: café calientito, panetón con chocolate, fruta fresca… ¡lo máximo! Y para rematar, compartieron unas oraciones juntos. ¡Qué load!
Imagínate la cara de esos mae, después de horas de trabajar bajo el sol pegao’, encontrándose con una sorpresa así. Un abrazo sincero, comida rica y la bendición de Dios. Pura magia navideña, chunches, pura magia. Definitivamente, esto le quitó el polvo a la esencia de lo que realmente significa celebrar la Navidad.
Muchos comentaristas han dicho que esto es lo que necesitamos ahorita en Costa Rica: más amor, más respeto y más ganas de tenderle la mano al prójimo. Porque a veces, con tanta vaina que pasa, olvidamos que somos to’a hermanos y que todos necesitamos un poquito de apoyo. Vamos, que hasta el mae más bruto sabe que un buen gesto vale más que mil juramentos.
Claro, algunos dicen que es “marketing” o que la señora busca fama. Pero, ¡idiay!, yo creo que eso es pura envidia. Si alguien hace algo bueno, que le den gracias. Que siga la corriente. El karma es cabrón y todo llega. Lo importante es inspirarle a otros a hacer cosas lindas, sin necesidad de buscar reconocimiento.
Esta historia sirve como recordatorio de que no hace falta gastar una fortuna para alegrarle el día a alguien. Unas palabritas bonitas, una sonrisa, ofrecerle un vaso de agua… cualquier detalle puede marcar la diferencia. Especialmente a aquellos que trabajan duro para mantener limpio nuestro país, a pesar de que muchas veces no reciben el debido reconocimiento. Son héroes anónimos, mae, y merecen todo nuestro agradecimiento.
Es verdad que la vida nos pone pruebas durísimas, y a veces parece que todo va a jalarse al traste. Pero, si nos enfocamos en los pequeños actos de bondad, podemos encontrar esperanza y fe en la humanidad. Entonces, te pregunto, mi querido lector: ¿Qué pequeño gesto puedes hacer hoy para alegrarle el día a alguien?
Resulta que una señora de Coto Brus, con el corazón más grande que el Volcán Irazú, decidió darle un respiro a los recolectores de basura de la municipalidad. Mientras todos andábamos disfrutando de la cena familiar, esos mae estaban echándole birria recogiendo la mugrería que nosotros dejamos varada, diay, ¡qué trabajo!
La licenciada Ive Cortes, orgullosa de su madre, compartió un video en sus redes sociales donde se ve a la doña recibiéndolos en su casa con los brazos abiertos. No es broma, mae; le preparó un desayuno digno de reyes: café calientito, panetón con chocolate, fruta fresca… ¡lo máximo! Y para rematar, compartieron unas oraciones juntos. ¡Qué load!
Imagínate la cara de esos mae, después de horas de trabajar bajo el sol pegao’, encontrándose con una sorpresa así. Un abrazo sincero, comida rica y la bendición de Dios. Pura magia navideña, chunches, pura magia. Definitivamente, esto le quitó el polvo a la esencia de lo que realmente significa celebrar la Navidad.
Muchos comentaristas han dicho que esto es lo que necesitamos ahorita en Costa Rica: más amor, más respeto y más ganas de tenderle la mano al prójimo. Porque a veces, con tanta vaina que pasa, olvidamos que somos to’a hermanos y que todos necesitamos un poquito de apoyo. Vamos, que hasta el mae más bruto sabe que un buen gesto vale más que mil juramentos.
Claro, algunos dicen que es “marketing” o que la señora busca fama. Pero, ¡idiay!, yo creo que eso es pura envidia. Si alguien hace algo bueno, que le den gracias. Que siga la corriente. El karma es cabrón y todo llega. Lo importante es inspirarle a otros a hacer cosas lindas, sin necesidad de buscar reconocimiento.
Esta historia sirve como recordatorio de que no hace falta gastar una fortuna para alegrarle el día a alguien. Unas palabritas bonitas, una sonrisa, ofrecerle un vaso de agua… cualquier detalle puede marcar la diferencia. Especialmente a aquellos que trabajan duro para mantener limpio nuestro país, a pesar de que muchas veces no reciben el debido reconocimiento. Son héroes anónimos, mae, y merecen todo nuestro agradecimiento.
Es verdad que la vida nos pone pruebas durísimas, y a veces parece que todo va a jalarse al traste. Pero, si nos enfocamos en los pequeños actos de bondad, podemos encontrar esperanza y fe en la humanidad. Entonces, te pregunto, mi querido lector: ¿Qué pequeño gesto puedes hacer hoy para alegrarle el día a alguien?