¡Ay, Dios mío! Wall Street anda medio depre, parece que le dio bajón. Según dicen, andan preocupados por cómo le va a unos bancos gringos en sus regiones. Dicen que abrieron a la baja el viernes, moviéndose a paso lento, casi como si estuvieran buscando qué hacer. El Dow Jones ni se movió mucho, el Nasdaq sí sintió el zarpazo y el S&P 500 también anda medio tristoncito.
Pero, ¿y nosotros acá en Costa Rica? Pues seguimos con nuestro propio brete financiero. La aplicación del Banco Central, esa que nos hace la vida imposible a veces, sigue dando problemas a nuestros clientes. Parece que los está pidiendo claves dinámicas de forma rarísima, causando más estrés que otra cosa. Ya saben, la tecnología a veces da esos sustos, ¡qué torta!
Y hablando de temas que nos quitan las pestañas, resulta que los diputados decidieron moverle el manduco a los fondos destinados al pago de intereses de nuestra deuda. Lo que hicieron fue cambiar ese dinerito para meterlo en programas sociales y en cositas de seguridad. ¡Uy, uy, uy! Eso siempre genera polémica, porque algunos dicen que es bueno ayudar a los necesitados, otros creen que estamos jugando con fuego y poniendo en riesgo nuestras finanzas públicas. Un verdadero chunche este, diay.
Ahora, agreguemos unas gotitas más al vaso de preocupaciones. La visita de turistas a nuestro país sigue en picada, ya vamos con un -2.2% hasta septiembre. Esto afecta directamente a muchos negocios, especialmente en zonas turísticas, donde ya se sienten los efectos. A ver si pronto cambian las cosas, porque así no podemos seguir, ¡nos vamos al traste!
Para ponerle un poco de calma a estas malas noticias, tenemos que recordar que la comisión legislativa ya aprobó el presupuesto nacional para el 2026, por unos ¢12,8 billones. Es una suma considerable, y ahora toca esperar a ver cómo lo distribuyen entre todos los sectores. Esperamos que hagan bien su trabajo, porque si no, ¡qué sal!
Volviendo a las inquietudes del mercado internacional, hay un ambiente de tensión con China que tampoco ayuda mucho. Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China siempre han sido un factor importante para la economía global, y cualquier problema ahí se siente en todas partes. Así que, aunque Wall Street esté tratando de recomponerse, todavía hay mucha incertidumbre en el aire, ¿me entienden?
Es curioso cómo estos acontecimientos internacionales terminan afectándonos a nosotros, acá en la pura vida. Uno piensa: “¿Qué tengo yo que ver con eso?”, pero al final, la economía mundial es como una telaraña, y si un hilo se rompe, toda la red tiembla. Por eso es tan importante estar informados y entender cómo funcionan estas cosas, aunque parezcan muy lejanas.
Y para terminar, me pregunto: ¿Creen ustedes que el gobierno debería priorizar los programas sociales o asegurar el pago de la deuda pública, incluso si eso significa recortar otros gastos? ¡Déjenme saber sus opiniones en el foro! Vamos a discutir esto con ganas, porque este tema nos afecta a todos los ticos.
Pero, ¿y nosotros acá en Costa Rica? Pues seguimos con nuestro propio brete financiero. La aplicación del Banco Central, esa que nos hace la vida imposible a veces, sigue dando problemas a nuestros clientes. Parece que los está pidiendo claves dinámicas de forma rarísima, causando más estrés que otra cosa. Ya saben, la tecnología a veces da esos sustos, ¡qué torta!
Y hablando de temas que nos quitan las pestañas, resulta que los diputados decidieron moverle el manduco a los fondos destinados al pago de intereses de nuestra deuda. Lo que hicieron fue cambiar ese dinerito para meterlo en programas sociales y en cositas de seguridad. ¡Uy, uy, uy! Eso siempre genera polémica, porque algunos dicen que es bueno ayudar a los necesitados, otros creen que estamos jugando con fuego y poniendo en riesgo nuestras finanzas públicas. Un verdadero chunche este, diay.
Ahora, agreguemos unas gotitas más al vaso de preocupaciones. La visita de turistas a nuestro país sigue en picada, ya vamos con un -2.2% hasta septiembre. Esto afecta directamente a muchos negocios, especialmente en zonas turísticas, donde ya se sienten los efectos. A ver si pronto cambian las cosas, porque así no podemos seguir, ¡nos vamos al traste!
Para ponerle un poco de calma a estas malas noticias, tenemos que recordar que la comisión legislativa ya aprobó el presupuesto nacional para el 2026, por unos ¢12,8 billones. Es una suma considerable, y ahora toca esperar a ver cómo lo distribuyen entre todos los sectores. Esperamos que hagan bien su trabajo, porque si no, ¡qué sal!
Volviendo a las inquietudes del mercado internacional, hay un ambiente de tensión con China que tampoco ayuda mucho. Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China siempre han sido un factor importante para la economía global, y cualquier problema ahí se siente en todas partes. Así que, aunque Wall Street esté tratando de recomponerse, todavía hay mucha incertidumbre en el aire, ¿me entienden?
Es curioso cómo estos acontecimientos internacionales terminan afectándonos a nosotros, acá en la pura vida. Uno piensa: “¿Qué tengo yo que ver con eso?”, pero al final, la economía mundial es como una telaraña, y si un hilo se rompe, toda la red tiembla. Por eso es tan importante estar informados y entender cómo funcionan estas cosas, aunque parezcan muy lejanas.
Y para terminar, me pregunto: ¿Creen ustedes que el gobierno debería priorizar los programas sociales o asegurar el pago de la deuda pública, incluso si eso significa recortar otros gastos? ¡Déjenme saber sus opiniones en el foro! Vamos a discutir esto con ganas, porque este tema nos afecta a todos los ticos.