Joseph Ratzinger hace coro con un mundo hipócrita y de doble cara inmoral, "exigiendo" que el Legítimo Estado de Israel detenga sus acciones de Legítima Defensa contra los filisteos terroristas árabes alias "palestinos" de Hamas que asesinan ciudadanos inocentes del Estado de Israel lanzado cohetes desde la tierra del desorden de Gaza prácticamente sin gobierno solo matones tipo SS´, digo ""mártires musulmanes" alardeando en las calles.
Ratzinger tiene una oportunidad única de reconciliar al Vaticano con el Islam.
Luego de la metida de patas de la declaración de Ratisbona que aunque no fue ninguna mentira tampoco se debe decir en público.
Muy sencillo, que acoja en su lujoso palacio de Castel Gandolfo a unos cuantos cientos de refugiados palestinos que huyen desesperados de Gaza hacia otros lugares.
De los cuales no se ocupan sus "hermanos "solidarios" musulmanes", ni siquiera los primos "islámicos" ricos del Golfo, como los Saud de Arabia Fascista.
Sería muy “evangélico en el más alto grado”, para utilizar una inmejorable expresión nietzschiana, ver a esos niños desamparados que observamos en fotos de las agencias internacionales, jugar en los lujosísimos salones de aquella monumental construcción vaticana muy en contraestecon el pesebre donde nació el judío Jeshu el "Cristo" de los "cristianos".
Y ver tiendas de refugiados palestinos instaladas en los enormes jardines del aquel babilónico edificio vaticano, residencia veraniega de Ratzinger.
Palestinos que podrían ser atendidos por Hermanas de la Caridad y monjes franciscanos que si darían una muestra sincera de caridad y reconciliación por encima de diferencias religiosas. Los costos serían la de menos, para eso está el Instituto per le Opere di Religione, Banco Vaticano para el lego mundo. Sería algo muy digno de un Ratzinger quién se autoproclama sucesor de aquel humilde judío hijo de carpintero nacido en un pesebre. Y es que un drama humanitario vuelve a hacer correr la sangre de los llamados árabes palestinos.
Ahora partidos entre Cisjordania supuestamente controlada por un remedo de “gobierno” de Fatá (mejor dicho fatal), y una Gaza en anarquía absoluta bajo la bota de los terroristas de Hamas.
Y hablando de posible ayuda a palestinos, no solo Joseph Ratzinger téngase por aludido, sino también las millonarias iglesias protestantes estadounidenses verdaderas “multinacionales del “evangelio””.
Aunque ese “evangelio” se haya hecho financiero, como en el multimillonario Canal 23 de Costa Rica.
Atte, Nimrod
Ratzinger tiene una oportunidad única de reconciliar al Vaticano con el Islam.
Luego de la metida de patas de la declaración de Ratisbona que aunque no fue ninguna mentira tampoco se debe decir en público.
Muy sencillo, que acoja en su lujoso palacio de Castel Gandolfo a unos cuantos cientos de refugiados palestinos que huyen desesperados de Gaza hacia otros lugares.
De los cuales no se ocupan sus "hermanos "solidarios" musulmanes", ni siquiera los primos "islámicos" ricos del Golfo, como los Saud de Arabia Fascista.
Sería muy “evangélico en el más alto grado”, para utilizar una inmejorable expresión nietzschiana, ver a esos niños desamparados que observamos en fotos de las agencias internacionales, jugar en los lujosísimos salones de aquella monumental construcción vaticana muy en contraestecon el pesebre donde nació el judío Jeshu el "Cristo" de los "cristianos".
Y ver tiendas de refugiados palestinos instaladas en los enormes jardines del aquel babilónico edificio vaticano, residencia veraniega de Ratzinger.
Palestinos que podrían ser atendidos por Hermanas de la Caridad y monjes franciscanos que si darían una muestra sincera de caridad y reconciliación por encima de diferencias religiosas. Los costos serían la de menos, para eso está el Instituto per le Opere di Religione, Banco Vaticano para el lego mundo. Sería algo muy digno de un Ratzinger quién se autoproclama sucesor de aquel humilde judío hijo de carpintero nacido en un pesebre. Y es que un drama humanitario vuelve a hacer correr la sangre de los llamados árabes palestinos.
Ahora partidos entre Cisjordania supuestamente controlada por un remedo de “gobierno” de Fatá (mejor dicho fatal), y una Gaza en anarquía absoluta bajo la bota de los terroristas de Hamas.
Y hablando de posible ayuda a palestinos, no solo Joseph Ratzinger téngase por aludido, sino también las millonarias iglesias protestantes estadounidenses verdaderas “multinacionales del “evangelio””.
Aunque ese “evangelio” se haya hecho financiero, como en el multimillonario Canal 23 de Costa Rica.
Atte, Nimrod