PUBLICIDAD
Wilas

¿Por quién votará? Elecciones Costa Rica Segunda Ronda: Votaciones 2018

¿Quién será el próximo Presidente de Costa Rica?

  • Fabricio Alvarado (PRN)

    Votos: 33 40,2%
  • Carlos Alvarado (PAC)

    Votos: 49 59,8%

  • Votantes totales
    82
  • Encuesta cerrada .
Si las fábricas dejan de producir y la gente muere de hambre, porque el marxista niega la creatividad de la razón humana y atribuye la producción al mero músculo del obrero.

Qué va ser del mundo si negamos la razón ya no sólo en la economía, si no del hombre completamente?
 
Si las fábricas dejan de producir y la gente muere de hambre, porque el marxista niega la creatividad de la razón humana y atribuye la producción al mero músculo del obrero.

Qué va ser del mundo si negamos la razón ya no sólo en la economía, si no del hombre completamente?
El marxista ni siquiera sabe que lo es.

El marxista, progre, posmo es una sabandija representada por políticos que se alimenta de aquí y de allá, vive de la clase media y rica por impuestos, se amuralla de los desprotegidos y usa a las minorías como escudo y fieles sirvientes.

El bien común es su motto pero el bien común es también su menor preocupación.

Odia el trabajo pero ama el dinero, vive en una constante paradoja: predicando libertad al tiempo que usa el poder y la demagogia para cortar libertades esenciales, quiere que todo humano caiga al mismo nivel, le ofende ser puesto en duda, está mas confundido entre más cree saber.



Enviado desde mi ALE-L23 mediante Tapatalk
 
Jajjjaaja ojas..

Por dicha es un grupo donde hay respeto...

3 doritos después...
78dfff6db4f688af064ea05840cfb1ca.jpg
07bcea3ed4a67f32ea0f3aeb62f4dc2e.jpg
ca96fa9671ad02a43a1b6217c804e2fd.jpg
cfc5b542ff0642c91939198898982cce.jpg


Enviado desde mi ALE-L23 mediante Tapatalk
 
El marxista ni siquiera sabe que lo es.

El marxista, progre, posmo es una sabandija representada por políticos que se alimenta de aquí y de allá, vive de la clase media y rica por impuestos, se amuralla de los desprotegidos y usa a las minorías como escudo y fieles sirvientes.

El bien común es su motto pero el bien común es también su menor preocupación.

Odia el trabajo pero ama el dinero, vive en una constante paradoja: predicando libertad al tiempo que usa el poder y la demagogia para cortar libertades esenciales, quiere que todo humano caiga al mismo nivel, le ofende ser puesto en duda, está mas confundido entre más cree saber.



Enviado desde mi ALE-L23 mediante Tapatalk

Si usted dice marxismo y socialismo, lo tratan de paranoico, a pesar de que cada uno de sus argumentos llevan la esencia. Son como leer un manual.

Esa es la comunidad informada que ellos buscan; una que siquiera sabe porque piensa lo que piensa.

Es como si el pensamiento les hubiera caído del cielo, de un pronto a otro, cuestionar y negar la razón con fervor se convirtió en la norma.

Son ovejas con complejo de lobo... qué pastor no desearía tenerlas jaja.
 
Locas, casos de la vida ficticia

Ojo el otro taggeando a FA..usted como agitadorjajajajajaja]
787fc8fd5a1b822b081e06e5607acad6.jpg
ec60761e6c086205d0843ea5ce20bdf3.jpg
d55b744ca7ff5dd7b339c138d6cc151f.jpg
 
Última edición:
No que importe: El simplismo como amenaza social
Es la misma oferta de los populistas que con un "Make America Great Again" o un "Es necesario el cambio" hacen al votante pensar que todo lo que ha pasado hasta hoy en su país es producto de la maldad de algunos, de un complot creado por fuerzas subterráneas y maléficas (la casta, el deep state, los golpistas, el Ibex 35, los masones, los judíos, el FMI, el marxismo cultural, el feminismo, la ideología de género, los enemigos del pueblo) y que lo único que hay que hacer es votar al tipo de turno, habitualmente el del peinado raro, y por fin se inaugurará la república de la vida sin preocupaciones, helados para todos y un futuro con fresco aroma a cítricos que, además, curan el cáncer.

El simplismo parece una afección grave en el cuerpo social, y para remate, una afección enormemente complicada en cuyo agravamiento intervienen los medios, los políticos, los charlatanes de toda laya, los comerciantes desahogados, los publicistas, los tertulianos bienpagados y las ONG más sospechosas. Combatirlo debería ser prioridad de cualquiera que se dé cuenta de lo que está produciendo a nuestro alrededor.
 
Locas, casos de la vida ficticia

Ojo el otro taggeando a FA..usted como agitadorjajajajajaja]
787fc8fd5a1b822b081e06e5607acad6.jpg
ec60761e6c086205d0843ea5ce20bdf3.jpg
d55b744ca7ff5dd7b339c138d6cc151f.jpg
Yo también vi ese comentario. Si fue cierto pues que tristeza no debería pasar lo curioso es la relación que intentan crear... Entonces basándonos en esa lógica todos los costarricenses que hayan sido asaltados pueden reclamarle a Memo ya que este instó a los delincuentes a actuar de esa manera por que "una golondrina no hace verano"?
En inglés dicen #notanargument

Lo otro de las casas mães donde putas están los celulares para grabar? La imagen puede ser cierta o no pero grabar... Es algo que en USA lo hacen siempre en ese tipo de congresos, marchas etc... Se debería instar a grabar ese tipo de casos

Sent from my MI 5 using Tapatalk
 
Yo también vi ese comentario. Si fue cierto pues que tristeza no debería pasar lo curioso es la relación que intentan crear... Entonces basándonos en esa lógica todos los costarricenses que hayan sido asaltados pueden reclamarle a Memo ya que este instó a los delincuentes a actuar de esa manera por que "una golondrina no hace verano"?
En inglés dicen #notanargument

Lo otro de las casas mães donde putas están los celulares para grabar? La imagen puede ser cierta o no pero grabar... Es algo que en USA lo hacen siempre en ese tipo de congresos, marchas etc... Se debería instar a grabar ese tipo de casos

Sent from my MI 5 using Tapatalk
Así de idiotas son el 80% de los que están en ese grupo.

Enviado desde mi ALE-L23 mediante Tapatalk
 
Costa Rica conoció por fin la droga del populismo y está en riesgo de experimentar, por primera vez, una desviación autoritaria. Desde*Human Rights Watch*hasta*The Economist, pasando por agencias de noticias y universidades del mundo entero, todos observan con preocupación cómo una de las democracias más icónicas de América Latina parece prepararse para ejecutar una acrobacia mortal.

2018 será recordado como el año delshock religioso. Es atípico que un candidato fundamentalista y absolutamente marginal en la papeleta se dispare en las encuestas y gane una votación con menos de un mes efectivo de campaña. Pero que sea atípico no es realmente el problema. No lo es tampoco que al candidato no se le conozcan méritos ni cualidades, que no hable inglés, que tirara la universidad, que fuera un diputado menos que promedio o que esté muy corto de propuestas. El problema real con Fabricio Alvarado es que haya cosechado su éxito por la vía del ataque a valores democráticos (la igualdad entre las personas sin importar su condición) y a instituciones democráticas (el Sistema Interamericano de Derechos Humanos). Puntales de nuestra convivencia política han sido desafiados como nunca antes.

Durante años nos comimos las uñas pensando si algún día llegaría el fantasma del populismo. En un*ensayoque data de hace trece años, Jorge Vargas Cullell se preguntaba si el sistema político costarricense estaba al borde del colapso; en aquel momento, 2005, Vargas pensaba que el país, aunque no estaba por colapsar, sí empezaba a acumular problemas de representación, eficacia y polarización que podían poner en entredicho la estabilidad democrática y propiciar la aparición de un liderazgo anti-democrático si no eran resueltos antes de 2010… ¡Dos mil DIEZ! Dicho de otra forma, la democracia costarricense jugó un añadido de ocho años y ha alcanzado, finalmente, su hora crítica. Las consecuencias son impredecibles.

Autoritarismos competitivos y polarización

Con Fabricio Alvarado, la amenaza de irrupción de un líder carismático y anti-democrático temida desde hace más de una década se cumple aquí y ahora. Es la tentación delegativa (la práctica ruinosa de entregarle cheques en blanco a políticos mesiánicos para que hagan con el país lo que quieran) encarnada en un tipo que promete salvar a la familia tradicional y gobernar bajo el mandato de Cristo, no de la ciudadanía. Para liderazgos de esta naturaleza, que quieren ganar en democracia pero no gobernar democráticamente, la literatura especializada acuñó el concepto deautoritarismos competitivos. Son presidentes como Hugo Chávez en Venezuela o Vladimir Putin en Rusia, presidentes con respaldo masivo y maquinaria para no temerle a las votaciones (por eso son competitivos), pero que una vez en el poder persiguen a sus rivales políticos y restringen derechos constitucionales a segmentos enteros de la población (por eso son autoritarios).

Una especialidad de los presidentes en la liga del autoritarismo competitivo es la polarización.*Aníbal Pérez-Liñán*ha descrito la ruta: el líder radical moviliza a sus votantes frustrados con la política mediante un discurso intransigente; gana las elecciones y se apodera de las instituciones representativas; aprovecha su nueva posición para ejercer influencia sobre las instituciones no representativas (Poder Judicial, burocracia) y, con ello, se arroja con furia contra los medios de comunicación vigilantes, los rivales políticos y las organizaciones civiles adversas. Actitudes, por cierto, que ya hemos ido mirando en el candidato quepromete*acabar con el decreto ejecutivo que sanciona la discriminación contra las personas LGBTI en las instituciones públicas.

Esta mezcla de poder político y poder religioso es particularmente tóxica, sobre todo, porque recrudece el problema de la polarización. Convencer a la gente de que existe un candidato de Dios es el curso para principiantes de un currículo que a largo plazo gradúa a gente convencida de que el candidato de Dios no puede perder elecciones, no puede ser escrutado por la prensa, no puede someterse a períodos fijos de gobierno, etcétera. Este mecanismo de manipulación religiosa es de efectividad milenaria y pérdidas conocidas.

Milan Svolik*ha explicado genialmente cómo la polarización, después de sobrepasar ciertos límites, se convierte en veneno puro para la democracia. Cuando la preferencia partidaria se vuelve altamente dominante, los políticos en el poder saben que será improbable que los votantes los castiguen votando por otros candidatos y, ya desaparecida la posibilidad de destitución, se sienten liberados para actuar con absoluto desprecio de controles y límites. Así, las democracias mueren pisoteadas por políticos que, aun siendo electos democráticamente, no gobiernan democráticamente. La clave, de nuevo, yace en radicalizar las preferencias partidarias hasta que el voto pierda credibilidad como mecanismo de castigo a un mal gobierno. ¿Acaso a alguien se le ocurre que exista algo más poderoso para cimentar afinidades partidarias que el sentimiento religioso?

Por supuesto, alguien podrá alegar que, dadas las características de Costa Rica, un escenario en el que la polarización fracture la democracia es tan solo una posibilidad remota. ¿Podría haber una ruptura democrática en un país sin ejército? Lamentablemente, sí. Es más, la ruptura de la democracia por parte de los presidentes en ejercicio, no el golpe militar, es la forma más común de ruptura democrática desde de la Guerra Fría, tal como lo explica Svolik. Un presidente puede arreglárselas bastante bien para pegarle a la democracia por su propia cuenta, solito, sin ayuda de los militares.

En suma, Fabricio Alvarado representa una seria posibilidad de caer en una variedad de autoritarismo tanto por sus ideas, que él puede controlar, como por el efecto polarizador que pueden desencadenar sus acciones y que no podrá controlar una vez rebasado cierto límite.

Una democracia para*cuidar

Seguramente no muchas personas sepan que Costa Rica no es solo la democracia más antigua y estable de América Latina, sino también un país que históricamente se ha acomodado en lo más alto de los rankings sobre calidad de la democracia. En los ochenta y noventa, especialistas en política comparada de todo el planeta observaban a Centroamérica por ser un laboratorio idóneo para el estudio de la democratización: países con características similares presentaban regímenes políticos diametralmente diferentes. El nuestro era el único caso de democracia liberal en una zona dominada por regímenes autoritarios.

En un ranking del promedio de todas las puntuaciones obtenidas por cada país en el índice de calidad de la democracia deFreedom House*después de 1977 (justo antes de arrancar la tercera ola de la democracia en América Latina), el primer lugar lo ocupa Costa Rica. Por eso, he de admitir que para quienes nos hemos recibido de politólogos estudiar la literatura científica al respecto siempre lo hacía sentir a uno bien orgulloso, mucho más cuando uno era el único costarricense en el salón.

[https://cdn-images-1]

Fuente: Pérez-Liñán & Mainwaring 2013

Un académico canadiense solía decir que la vida política en Costa Rica podría describirse como desesperadamente aburrida en comparación con la de sus vecinos. Razones no le faltan. En general, la ciudadanía costarricense, hasta ahora, había visto pasar de lejos los excesos y las grandes tendencias regionales. No tuvimos dictaduras militares en los sesenta, setenta y ochenta. No tuvimos un proceso de liberalización económica con terapia de shock en los ochenta y noventa. No tuvimos giro a la izquierda a inicios de este siglo. Lo que no tuvimos esta vez es la suerte de escapar del giro conservador que atraviesa la región.

También nos habíamos acostumbrado a que el cambio de gobierno no trajera consigo cambio de régimen político. Sócrates, el futbolista brasileño, tenía una frase célebre: “Ganar o perder, pero siempre con democracia”. Para nuestro caso: “Gobernar bien o gobernar mal, pero siempre con democracia”. El episodio actual no marca necesariamente el fin de la democracia costarricense (aunque la amenaza de raíz), pero seguramente sí sea el fin de su época dorada. Tenemos el infortunio de ver morir frente a nuestros ojos una era de desarrollo político que nos permitió crecer en una nación de paz. Procuremos que el resultado no sea peor.

De este tamaño son los demonios que estamos soltando. Yo votaré por Carlos Alvarado porque es el único candidato del que se puede esperar que, cuando deje el poder en 2022, entregue a su sucesor una democracia.

Fabricio y el fin de la epoca dorada de la democracia costarricense


Interesante no?

Lo resumo : PAC-Frente Amplio : Comunismo. Sin pruebas ni nada solo lo digo por que si. Jajaja tanto artículo para resumir con una analogía lo que quiso exponer

Sent from my MI 5 using Tapatalk
 
Costa Rica conoció por fin la droga del populismo y está en riesgo de experimentar, por primera vez, una desviación autoritaria. Desde*Human Rights Watch*hasta*The Economist, pasando por agencias de noticias y universidades del mundo entero, todos observan con preocupación cómo una de las democracias más icónicas de América Latina parece prepararse para ejecutar una acrobacia mortal.


Esa llamada "acrobacia mortal" y el efecto del populismo en la decisión del costarricense, se dio ya por primera vez hace 4 años.

Un candidato desconocido, proveniente de un partido minoritario, cuya falta de preparación e inexperiencia la demostró durante su gestión... quien ganó debido a estrategias de mercadeo, asesoría de imagen y una fuerte impulsación en redes sociales.

Al final resultó un completo inútil, quien continuo su campaña y echando mano al populismo durante su gobierno... LGS no deseaba ni desea ser presidente... él anhelaba ser un superstar... una celebridad.
 
Última edición:
Costa Rica conoció por fin la droga del populismo y está en riesgo de experimentar, por primera vez, una desviación autoritaria. Desde*Human Rights Watch*hasta*The Economist, pasando por agencias de noticias y universidades del mundo entero, todos observan con preocupación cómo una de las democracias más icónicas de América Latina parece prepararse para ejecutar una acrobacia mortal.

2018 será recordado como el año delshock religioso. Es atípico que un candidato fundamentalista y absolutamente marginal en la papeleta se dispare en las encuestas y gane una votación con menos de un mes efectivo de campaña. Pero que sea atípico no es realmente el problema. No lo es tampoco que al candidato no se le conozcan méritos ni cualidades, que no hable inglés, que tirara la universidad, que fuera un diputado menos que promedio o que esté muy corto de propuestas. El problema real con Fabricio Alvarado es que haya cosechado su éxito por la vía del ataque a valores democráticos (la igualdad entre las personas sin importar su condición) y a instituciones democráticas (el Sistema Interamericano de Derechos Humanos). Puntales de nuestra convivencia política han sido desafiados como nunca antes.

Durante años nos comimos las uñas pensando si algún día llegaría el fantasma del populismo. En un*ensayoque data de hace trece años, Jorge Vargas Cullell se preguntaba si el sistema político costarricense estaba al borde del colapso; en aquel momento, 2005, Vargas pensaba que el país, aunque no estaba por colapsar, sí empezaba a acumular problemas de representación, eficacia y polarización que podían poner en entredicho la estabilidad democrática y propiciar la aparición de un liderazgo anti-democrático si no eran resueltos antes de 2010… ¡Dos mil DIEZ! Dicho de otra forma, la democracia costarricense jugó un añadido de ocho años y ha alcanzado, finalmente, su hora crítica. Las consecuencias son impredecibles.

Autoritarismos competitivos y polarización

Con Fabricio Alvarado, la amenaza de irrupción de un líder carismático y anti-democrático temida desde hace más de una década se cumple aquí y ahora. Es la tentación delegativa (la práctica ruinosa de entregarle cheques en blanco a políticos mesiánicos para que hagan con el país lo que quieran) encarnada en un tipo que promete salvar a la familia tradicional y gobernar bajo el mandato de Cristo, no de la ciudadanía. Para liderazgos de esta naturaleza, que quieren ganar en democracia pero no gobernar democráticamente, la literatura especializada acuñó el concepto deautoritarismos competitivos. Son presidentes como Hugo Chávez en Venezuela o Vladimir Putin en Rusia, presidentes con respaldo masivo y maquinaria para no temerle a las votaciones (por eso son competitivos), pero que una vez en el poder persiguen a sus rivales políticos y restringen derechos constitucionales a segmentos enteros de la población (por eso son autoritarios).

Una especialidad de los presidentes en la liga del autoritarismo competitivo es la polarización.*Aníbal Pérez-Liñán*ha descrito la ruta: el líder radical moviliza a sus votantes frustrados con la política mediante un discurso intransigente; gana las elecciones y se apodera de las instituciones representativas; aprovecha su nueva posición para ejercer influencia sobre las instituciones no representativas (Poder Judicial, burocracia) y, con ello, se arroja con furia contra los medios de comunicación vigilantes, los rivales políticos y las organizaciones civiles adversas. Actitudes, por cierto, que ya hemos ido mirando en el candidato quepromete*acabar con el decreto ejecutivo que sanciona la discriminación contra las personas LGBTI en las instituciones públicas.

Esta mezcla de poder político y poder religioso es particularmente tóxica, sobre todo, porque recrudece el problema de la polarización. Convencer a la gente de que existe un candidato de Dios es el curso para principiantes de un currículo que a largo plazo gradúa a gente convencida de que el candidato de Dios no puede perder elecciones, no puede ser escrutado por la prensa, no puede someterse a períodos fijos de gobierno, etcétera. Este mecanismo de manipulación religiosa es de efectividad milenaria y pérdidas conocidas.

Milan Svolik*ha explicado genialmente cómo la polarización, después de sobrepasar ciertos límites, se convierte en veneno puro para la democracia. Cuando la preferencia partidaria se vuelve altamente dominante, los políticos en el poder saben que será improbable que los votantes los castiguen votando por otros candidatos y, ya desaparecida la posibilidad de destitución, se sienten liberados para actuar con absoluto desprecio de controles y límites. Así, las democracias mueren pisoteadas por políticos que, aun siendo electos democráticamente, no gobiernan democráticamente. La clave, de nuevo, yace en radicalizar las preferencias partidarias hasta que el voto pierda credibilidad como mecanismo de castigo a un mal gobierno. ¿Acaso a alguien se le ocurre que exista algo más poderoso para cimentar afinidades partidarias que el sentimiento religioso?

Por supuesto, alguien podrá alegar que, dadas las características de Costa Rica, un escenario en el que la polarización fracture la democracia es tan solo una posibilidad remota. ¿Podría haber una ruptura democrática en un país sin ejército? Lamentablemente, sí. Es más, la ruptura de la democracia por parte de los presidentes en ejercicio, no el golpe militar, es la forma más común de ruptura democrática desde de la Guerra Fría, tal como lo explica Svolik. Un presidente puede arreglárselas bastante bien para pegarle a la democracia por su propia cuenta, solito, sin ayuda de los militares.

En suma, Fabricio Alvarado representa una seria posibilidad de caer en una variedad de autoritarismo tanto por sus ideas, que él puede controlar, como por el efecto polarizador que pueden desencadenar sus acciones y que no podrá controlar una vez rebasado cierto límite.

Una democracia para*cuidar

Seguramente no muchas personas sepan que Costa Rica no es solo la democracia más antigua y estable de América Latina, sino también un país que históricamente se ha acomodado en lo más alto de los rankings sobre calidad de la democracia. En los ochenta y noventa, especialistas en política comparada de todo el planeta observaban a Centroamérica por ser un laboratorio idóneo para el estudio de la democratización: países con características similares presentaban regímenes políticos diametralmente diferentes. El nuestro era el único caso de democracia liberal en una zona dominada por regímenes autoritarios.

En un ranking del promedio de todas las puntuaciones obtenidas por cada país en el índice de calidad de la democracia deFreedom House*después de 1977 (justo antes de arrancar la tercera ola de la democracia en América Latina), el primer lugar lo ocupa Costa Rica. Por eso, he de admitir que para quienes nos hemos recibido de politólogos estudiar la literatura científica al respecto siempre lo hacía sentir a uno bien orgulloso, mucho más cuando uno era el único costarricense en el salón.

[https://cdn-images-1]

Fuente: Pérez-Liñán & Mainwaring 2013

Un académico canadiense solía decir que la vida política en Costa Rica podría describirse como desesperadamente aburrida en comparación con la de sus vecinos. Razones no le faltan. En general, la ciudadanía costarricense, hasta ahora, había visto pasar de lejos los excesos y las grandes tendencias regionales. No tuvimos dictaduras militares en los sesenta, setenta y ochenta. No tuvimos un proceso de liberalización económica con terapia de shock en los ochenta y noventa. No tuvimos giro a la izquierda a inicios de este siglo. Lo que no tuvimos esta vez es la suerte de escapar del giro conservador que atraviesa la región.

También nos habíamos acostumbrado a que el cambio de gobierno no trajera consigo cambio de régimen político. Sócrates, el futbolista brasileño, tenía una frase célebre: “Ganar o perder, pero siempre con democracia”. Para nuestro caso: “Gobernar bien o gobernar mal, pero siempre con democracia”. El episodio actual no marca necesariamente el fin de la democracia costarricense (aunque la amenaza de raíz), pero seguramente sí sea el fin de su época dorada. Tenemos el infortunio de ver morir frente a nuestros ojos una era de desarrollo político que nos permitió crecer en una nación de paz. Procuremos que el resultado no sea peor.

De este tamaño son los demonios que estamos soltando. Yo votaré por Carlos Alvarado porque es el único candidato del que se puede esperar que, cuando deje el poder en 2022, entregue a su sucesor una democracia.

Fabricio y el fin de la epoca dorada de la democracia costarricense


Interesante no?

Lo resumo : PAC-Frente Amplio : Comunismo. Sin pruebas ni nada solo lo digo por que si. Jajaja tanto artículo para resumir con una analogía lo que quiso exponer

Sent from my MI 5 using Tapatalk
A fin de cuentas: voten por el PAC, eso quiere decir esa hablada.

Enviado desde mi ALE-L23 mediante Tapatalk
 
Costa Rica conoció por fin la droga del populismo y está en riesgo de experimentar, por primera vez, una desviación autoritaria. Desde*Human Rights Watch*hasta*The Economist, pasando por agencias de noticias y universidades del mundo entero, todos observan con preocupación cómo una de las democracias más icónicas de América Latina parece prepararse para ejecutar una acrobacia mortal.

2018 será recordado como el año delshock religioso. Es atípico que un candidato fundamentalista y absolutamente marginal en la papeleta se dispare en las encuestas y gane una votación con menos de un mes efectivo de campaña. Pero que sea atípico no es realmente el problema. No lo es tampoco que al candidato no se le conozcan méritos ni cualidades, que no hable inglés, que tirara la universidad, que fuera un diputado menos que promedio o que esté muy corto de propuestas. El problema real con Fabricio Alvarado es que haya cosechado su éxito por la vía del ataque a valores democráticos (la igualdad entre las personas sin importar su condición) y a instituciones democráticas (el Sistema Interamericano de Derechos Humanos). Puntales de nuestra convivencia política han sido desafiados como nunca antes.

Durante años nos comimos las uñas pensando si algún día llegaría el fantasma del populismo. En un*ensayoque data de hace trece años, Jorge Vargas Cullell se preguntaba si el sistema político costarricense estaba al borde del colapso; en aquel momento, 2005, Vargas pensaba que el país, aunque no estaba por colapsar, sí empezaba a acumular problemas de representación, eficacia y polarización que podían poner en entredicho la estabilidad democrática y propiciar la aparición de un liderazgo anti-democrático si no eran resueltos antes de 2010… ¡Dos mil DIEZ! Dicho de otra forma, la democracia costarricense jugó un añadido de ocho años y ha alcanzado, finalmente, su hora crítica. Las consecuencias son impredecibles.

Autoritarismos competitivos y polarización

Con Fabricio Alvarado, la amenaza de irrupción de un líder carismático y anti-democrático temida desde hace más de una década se cumple aquí y ahora. Es la tentación delegativa (la práctica ruinosa de entregarle cheques en blanco a políticos mesiánicos para que hagan con el país lo que quieran) encarnada en un tipo que promete salvar a la familia tradicional y gobernar bajo el mandato de Cristo, no de la ciudadanía. Para liderazgos de esta naturaleza, que quieren ganar en democracia pero no gobernar democráticamente, la literatura especializada acuñó el concepto deautoritarismos competitivos. Son presidentes como Hugo Chávez en Venezuela o Vladimir Putin en Rusia, presidentes con respaldo masivo y maquinaria para no temerle a las votaciones (por eso son competitivos), pero que una vez en el poder persiguen a sus rivales políticos y restringen derechos constitucionales a segmentos enteros de la población (por eso son autoritarios).

Una especialidad de los presidentes en la liga del autoritarismo competitivo es la polarización.*Aníbal Pérez-Liñán*ha descrito la ruta: el líder radical moviliza a sus votantes frustrados con la política mediante un discurso intransigente; gana las elecciones y se apodera de las instituciones representativas; aprovecha su nueva posición para ejercer influencia sobre las instituciones no representativas (Poder Judicial, burocracia) y, con ello, se arroja con furia contra los medios de comunicación vigilantes, los rivales políticos y las organizaciones civiles adversas. Actitudes, por cierto, que ya hemos ido mirando en el candidato quepromete*acabar con el decreto ejecutivo que sanciona la discriminación contra las personas LGBTI en las instituciones públicas.

Esta mezcla de poder político y poder religioso es particularmente tóxica, sobre todo, porque recrudece el problema de la polarización. Convencer a la gente de que existe un candidato de Dios es el curso para principiantes de un currículo que a largo plazo gradúa a gente convencida de que el candidato de Dios no puede perder elecciones, no puede ser escrutado por la prensa, no puede someterse a períodos fijos de gobierno, etcétera. Este mecanismo de manipulación religiosa es de efectividad milenaria y pérdidas conocidas.

Milan Svolik*ha explicado genialmente cómo la polarización, después de sobrepasar ciertos límites, se convierte en veneno puro para la democracia. Cuando la preferencia partidaria se vuelve altamente dominante, los políticos en el poder saben que será improbable que los votantes los castiguen votando por otros candidatos y, ya desaparecida la posibilidad de destitución, se sienten liberados para actuar con absoluto desprecio de controles y límites. Así, las democracias mueren pisoteadas por políticos que, aun siendo electos democráticamente, no gobiernan democráticamente. La clave, de nuevo, yace en radicalizar las preferencias partidarias hasta que el voto pierda credibilidad como mecanismo de castigo a un mal gobierno. ¿Acaso a alguien se le ocurre que exista algo más poderoso para cimentar afinidades partidarias que el sentimiento religioso?

Por supuesto, alguien podrá alegar que, dadas las características de Costa Rica, un escenario en el que la polarización fracture la democracia es tan solo una posibilidad remota. ¿Podría haber una ruptura democrática en un país sin ejército? Lamentablemente, sí. Es más, la ruptura de la democracia por parte de los presidentes en ejercicio, no el golpe militar, es la forma más común de ruptura democrática desde de la Guerra Fría, tal como lo explica Svolik. Un presidente puede arreglárselas bastante bien para pegarle a la democracia por su propia cuenta, solito, sin ayuda de los militares.

En suma, Fabricio Alvarado representa una seria posibilidad de caer en una variedad de autoritarismo tanto por sus ideas, que él puede controlar, como por el efecto polarizador que pueden desencadenar sus acciones y que no podrá controlar una vez rebasado cierto límite.

Una democracia para*cuidar

Seguramente no muchas personas sepan que Costa Rica no es solo la democracia más antigua y estable de América Latina, sino también un país que históricamente se ha acomodado en lo más alto de los rankings sobre calidad de la democracia. En los ochenta y noventa, especialistas en política comparada de todo el planeta observaban a Centroamérica por ser un laboratorio idóneo para el estudio de la democratización: países con características similares presentaban regímenes políticos diametralmente diferentes. El nuestro era el único caso de democracia liberal en una zona dominada por regímenes autoritarios.

En un ranking del promedio de todas las puntuaciones obtenidas por cada país en el índice de calidad de la democracia deFreedom House*después de 1977 (justo antes de arrancar la tercera ola de la democracia en América Latina), el primer lugar lo ocupa Costa Rica. Por eso, he de admitir que para quienes nos hemos recibido de politólogos estudiar la literatura científica al respecto siempre lo hacía sentir a uno bien orgulloso, mucho más cuando uno era el único costarricense en el salón.

[https://cdn-images-1]

Fuente: Pérez-Liñán & Mainwaring 2013

Un académico canadiense solía decir que la vida política en Costa Rica podría describirse como desesperadamente aburrida en comparación con la de sus vecinos. Razones no le faltan. En general, la ciudadanía costarricense, hasta ahora, había visto pasar de lejos los excesos y las grandes tendencias regionales. No tuvimos dictaduras militares en los sesenta, setenta y ochenta. No tuvimos un proceso de liberalización económica con terapia de shock en los ochenta y noventa. No tuvimos giro a la izquierda a inicios de este siglo. Lo que no tuvimos esta vez es la suerte de escapar del giro conservador que atraviesa la región.

También nos habíamos acostumbrado a que el cambio de gobierno no trajera consigo cambio de régimen político. Sócrates, el futbolista brasileño, tenía una frase célebre: “Ganar o perder, pero siempre con democracia”. Para nuestro caso: “Gobernar bien o gobernar mal, pero siempre con democracia”. El episodio actual no marca necesariamente el fin de la democracia costarricense (aunque la amenaza de raíz), pero seguramente sí sea el fin de su época dorada. Tenemos el infortunio de ver morir frente a nuestros ojos una era de desarrollo político que nos permitió crecer en una nación de paz. Procuremos que el resultado no sea peor.

De este tamaño son los demonios que estamos soltando. Yo votaré por Carlos Alvarado porque es el único candidato del que se puede esperar que, cuando deje el poder en 2022, entregue a su sucesor una democracia.

Fabricio y el fin de la epoca dorada de la democracia costarricense


Interesante no?

Lo resumo : PAC-Frente Amplio : Comunismo. Sin pruebas ni nada solo lo digo por que si. Jajaja tanto artículo para resumir con una analogía lo que quiso exponer

Sent from my MI 5 using Tapatalk
La alienación en su máxima expresión...

Qué fácil les hacen coco wash a los paclovers

Enviado con mi pene
 

Nuevos temas

📑 Evite Incurrir en Multas y Sanciones: Ofrecemos servicios de presentación de declaraciones de IVA (D104), alquileres (D125) y renta (D101) a partir de $20 mensuales.

Posts recientes

¿Costa Rica debería reelegir inmediatamente a Rodrigo Chaves?

  • Sí, es el mejor presidente de todos los tiempos

    Votos: 65 50,4%
  • No, mejor elegir otro candidato

    Votos: 64 49,6%
💼 Factura Electrónica sin Mensualidades ni Anualidades. Inscripción gratis en Hacienda.
#1 en FACTURA ELECTRÓNICA
Arriba Pie