Después de dos años de estar lejos de casa por un intercambio estudiantil Diana habia regresado a casa, muchas cosas habían cambiado en ella en ese tiempo, la adolecente que había dejado su hogar regresaba siendo un mujer en toda forma, su cuerpo ya no era el cuerpo casi infantil de unos años atrás sus formas ahora estaban bien definidas y su mirada mostraba una pasión que no le conocía.
Sus primeros días en casa transcurrieron de forma normal y fue el ponernos al corriente con cada detalle que había pasado en nuestras vidas en los últimos dos años, quizás el hecho de que mi esposa no estuviera tanto en casa ayudo a qué estrecharamos más nuestra relación de padre he hija.
Debo confesar que si bien en nuestra casa acostumbramos andar de manera cómoda no me encontraba preparado para ver a mi hija en todo su esplendor, bien es cierto que muchas veces la había visto en ropa interior la mujer que ahora convivía conmigo era una mujer de firmas rotundas y aunque hice un esfuerzo por no mirarla como mujer el ver sus grandes nalgas y sus perfectos pechos delante de mí me hizo pensar cosas que en ese momento decide dejar pasar .
Un día me encontraba en mi cuarto viendo TV cuando Diana entra en ropa interior y se acuesta a ver la TV a mi lado
-Puedo dormir contigo papi?
-Si claro
- papi puedo preguntar algo?
-Dime
- como haces para aguantar tanto tiempo solo?
- no entiendo cual es sentido de tu pregunta
- si, digo un hombre tiene necesidades y mami está mucho tiempo fuera, como le haces?
- jejeje, bueno sabes uno siempre encuentra la manera.
- quieres decir que te la jalas
- Diana no creo que está plática sea correcta
- no te preocupes papi, no me espanta, al final se que eres hombre y debes satisfacer tus instintos.
- creo que deberíamos dejar aquí está conversación.
- está bien.
Después de nuestra plática nos fuimos durmiendo poco a poco platicando de diversas cosas.
Por la madrugada sentí que mi verga estaba siendo manipulada, al abrir los ojos miré a Diana que pasaba lentamente su lengua por mi glande al tiempo que con su mano hacia el sube y baja por mi verga.
- Diana que esto?
- Creí que era conveniente prestarte un poco de ayuda
- Pero diana soy tu padre esto no es posible
- Y yo soy tu hija y quiero ayudarte
Al tiempo que decía esto se metió de golpe toda mi verga en su boca y la succionó como queriendo sacar todos sus jugos de un solo sorbo, una descarga eléctrica recorrió todo mi cuerpo y me dejó paralizado.
- No diana, para esto no está bien
Ignorando mis palabras diana incremento la frecuencia de sus mamadas, mi verga estaba durísima, al mismo tiempo una lucha dentro de mi se desataba, por una parte tenía ganas de cogerme a esta mujer y por otra sabía que está mujer era mi hija, debía de tomar una decisión y si mi hija estaba dispuesta a satisfacerme no sería yo quien lo impidiera.
Poseído por la excitación a la que diana me había llevado procedi a tomar la iniciativa, inmediatamente la despoje de sus bragas y pude ver su concha rozada y limpia, al quitarse el bra y dejar al descubierto sus grandes tetas firmes y rosadas creí enloquecer , como un animal salvaje la tumbe en la cama y metí mi cara entre sus piernas, empecé a lamber su raja con deseo y amor a la vez, pase mi lengua desde que ano hasta la raja, al tiempo que le metía mi lengua por su rajita le introducía un dedo en su apretado culo.
- Ahhh papi que rico, comete a tu princesita
La dulzura de su concha me habían puesto a mil tenía ganas de penetrarla y hacerla mía de una vez, solo esperaba el momento preciso.
- Metemela papi , metemela
Solo fue escuchar su suplica que inmediatamente me monte en ella, al mismo tiempo que besaba sus carnosos labios bombeaba su linda y apretada concha , así nos fundimos en un largo y profundo beso hasta que los dos pudimos terminar y un orgasmo compartido recorrió nuestros cuerpos.
- Ahhh te amo papi
- Yo también te amo hija.
Sus primeros días en casa transcurrieron de forma normal y fue el ponernos al corriente con cada detalle que había pasado en nuestras vidas en los últimos dos años, quizás el hecho de que mi esposa no estuviera tanto en casa ayudo a qué estrecharamos más nuestra relación de padre he hija.
Debo confesar que si bien en nuestra casa acostumbramos andar de manera cómoda no me encontraba preparado para ver a mi hija en todo su esplendor, bien es cierto que muchas veces la había visto en ropa interior la mujer que ahora convivía conmigo era una mujer de firmas rotundas y aunque hice un esfuerzo por no mirarla como mujer el ver sus grandes nalgas y sus perfectos pechos delante de mí me hizo pensar cosas que en ese momento decide dejar pasar .
Un día me encontraba en mi cuarto viendo TV cuando Diana entra en ropa interior y se acuesta a ver la TV a mi lado
-Puedo dormir contigo papi?
-Si claro
- papi puedo preguntar algo?
-Dime
- como haces para aguantar tanto tiempo solo?
- no entiendo cual es sentido de tu pregunta
- si, digo un hombre tiene necesidades y mami está mucho tiempo fuera, como le haces?
- jejeje, bueno sabes uno siempre encuentra la manera.
- quieres decir que te la jalas
- Diana no creo que está plática sea correcta
- no te preocupes papi, no me espanta, al final se que eres hombre y debes satisfacer tus instintos.
- creo que deberíamos dejar aquí está conversación.
- está bien.
Después de nuestra plática nos fuimos durmiendo poco a poco platicando de diversas cosas.
Por la madrugada sentí que mi verga estaba siendo manipulada, al abrir los ojos miré a Diana que pasaba lentamente su lengua por mi glande al tiempo que con su mano hacia el sube y baja por mi verga.
- Diana que esto?
- Creí que era conveniente prestarte un poco de ayuda
- Pero diana soy tu padre esto no es posible
- Y yo soy tu hija y quiero ayudarte
Al tiempo que decía esto se metió de golpe toda mi verga en su boca y la succionó como queriendo sacar todos sus jugos de un solo sorbo, una descarga eléctrica recorrió todo mi cuerpo y me dejó paralizado.
- No diana, para esto no está bien
Ignorando mis palabras diana incremento la frecuencia de sus mamadas, mi verga estaba durísima, al mismo tiempo una lucha dentro de mi se desataba, por una parte tenía ganas de cogerme a esta mujer y por otra sabía que está mujer era mi hija, debía de tomar una decisión y si mi hija estaba dispuesta a satisfacerme no sería yo quien lo impidiera.
Poseído por la excitación a la que diana me había llevado procedi a tomar la iniciativa, inmediatamente la despoje de sus bragas y pude ver su concha rozada y limpia, al quitarse el bra y dejar al descubierto sus grandes tetas firmes y rosadas creí enloquecer , como un animal salvaje la tumbe en la cama y metí mi cara entre sus piernas, empecé a lamber su raja con deseo y amor a la vez, pase mi lengua desde que ano hasta la raja, al tiempo que le metía mi lengua por su rajita le introducía un dedo en su apretado culo.
- Ahhh papi que rico, comete a tu princesita
La dulzura de su concha me habían puesto a mil tenía ganas de penetrarla y hacerla mía de una vez, solo esperaba el momento preciso.
- Metemela papi , metemela
Solo fue escuchar su suplica que inmediatamente me monte en ella, al mismo tiempo que besaba sus carnosos labios bombeaba su linda y apretada concha , así nos fundimos en un largo y profundo beso hasta que los dos pudimos terminar y un orgasmo compartido recorrió nuestros cuerpos.
- Ahhh te amo papi
- Yo también te amo hija.
