¡Aguafiestas! Resulta que el Banco Central no descansa y ya nos sacó la última moneda de colección de ¢50 de la serie “Fauna de los ecosistemas”. Esta vez, el protagonista es el querido conejo de monte, esa criatura sigilosa que anda correteando por el páramo tal como si nada. Parece que quieren recordarnos que todavía tenemos biodiversidad por valorar, aunque a veces no les demos la importancia que tienen.
Para quienes no estén enterados, esta es la sexta y última moneda de la serie. Desde que lanzaron la primera hace unos años, la gente se ha puesto a coleccionarlas como si no hubiera mañana, buscando completar el set entero. Hay quien dice que es una inversión, hay quien dice que es pasatiempo… yo digo que es pura curiosidad tica, querer tener cositas diferentes para presumirle al vecino. Y ahora, la cereza del pastel: el conejo de monte, con su diseño bien detalladito y todo.
El Banco Central anunció que van a poner a la venta 10,000 monedas en acrílico y otras 7,000 en estuche. Eso significa que habrá bastante competencia para conseguirlas, porque ya saben cómo se ponen los coleccionistas cuando hay algo nuevo y limitado. Con ¢8,600, te llevas una de esas bellezas, ya sea protegida en acrílico o elegante dentro de un estuche. Así que preparen el bolsillo, ¡porque esto va a volar!
Si le echan un ojo al reverso, verán escrito “Páramo”, “Conejo de monte” (su nombre original, porque Sylvilagus dicei suena un poco complicado), y “Sylvilagus dicei” (el nombre científico, pa' los entendidos). También pusieron el año 2023, cuando aprobaron el diseño. El arte está bien logrado, parece que el conejo está posando sobre un pedacito del mapa del páramo, mostrando orgullosamente su hábitat natural. Un buen detalle para resaltar la importancia de conservar estos espacios.
Ahora, hablemos del conejo en sí. Este animalito es pequeñito, con la cola corta y las orejas igual. Les gusta vivir por encima de los 1,100 metros sobre el nivel del mar, principalmente en el Parque Internacional La Amistad, esa joya que compartimos con Panamá. Son más activos al amanecer y al atardecer, buscando hojas y ramitas para comer. Lo bueno es que, a diferencia de otros animales que andan en peligro de extinción, acá en Costa Rica son comunes y se ven seguido en zonas protegidas. ¡Un alivio!
Pero ojo, porque no cualquiera puede llevarse una de estas monedas. Para evitar que se las queden los especuladores (que ya estarán pensando en venderlas a precios inflados), el Banco Central puso un límite: solamente se pueden comprar dos monedas por persona, sin importar si es la versión en acrílico o en estuche. Así, más gente tendrá la oportunidad de conseguirla y no se irá al traste toda la producción con unos pocos revendedores. Las entidades financieras decidirán dónde y cuándo estarán disponibles, así que hay que estar pendientes.
Y no olviden que a partir del 26 de noviembre también entra en circulación la moneda de ¢50 normal, con el mismo diseño del conejo de monte. Servirá para pagar en los supermercados, en el bus, donde sea. Ya se han producido más de 47 millones de estas monedas y tienen una reserva de más de 85 millones en las bóvedas, listos para salir cuando las necesiten los bancos. ¡Una verdadera avalancha de conejitos en nuestros bolsillos!
En fin, otra moneda nueva para sumar a la colección y otro recordatorio de la riqueza natural que tenemos en Costa Rica. Pero dime, ¿crees que el gobierno debería invertir más en conservación de estos ecosistemas únicos, o prefieres que se enfoquen en proyectos económicos que generen más empleos? ¡Déjame tu opinión en los comentarios!
Para quienes no estén enterados, esta es la sexta y última moneda de la serie. Desde que lanzaron la primera hace unos años, la gente se ha puesto a coleccionarlas como si no hubiera mañana, buscando completar el set entero. Hay quien dice que es una inversión, hay quien dice que es pasatiempo… yo digo que es pura curiosidad tica, querer tener cositas diferentes para presumirle al vecino. Y ahora, la cereza del pastel: el conejo de monte, con su diseño bien detalladito y todo.
El Banco Central anunció que van a poner a la venta 10,000 monedas en acrílico y otras 7,000 en estuche. Eso significa que habrá bastante competencia para conseguirlas, porque ya saben cómo se ponen los coleccionistas cuando hay algo nuevo y limitado. Con ¢8,600, te llevas una de esas bellezas, ya sea protegida en acrílico o elegante dentro de un estuche. Así que preparen el bolsillo, ¡porque esto va a volar!
Si le echan un ojo al reverso, verán escrito “Páramo”, “Conejo de monte” (su nombre original, porque Sylvilagus dicei suena un poco complicado), y “Sylvilagus dicei” (el nombre científico, pa' los entendidos). También pusieron el año 2023, cuando aprobaron el diseño. El arte está bien logrado, parece que el conejo está posando sobre un pedacito del mapa del páramo, mostrando orgullosamente su hábitat natural. Un buen detalle para resaltar la importancia de conservar estos espacios.
Ahora, hablemos del conejo en sí. Este animalito es pequeñito, con la cola corta y las orejas igual. Les gusta vivir por encima de los 1,100 metros sobre el nivel del mar, principalmente en el Parque Internacional La Amistad, esa joya que compartimos con Panamá. Son más activos al amanecer y al atardecer, buscando hojas y ramitas para comer. Lo bueno es que, a diferencia de otros animales que andan en peligro de extinción, acá en Costa Rica son comunes y se ven seguido en zonas protegidas. ¡Un alivio!
Pero ojo, porque no cualquiera puede llevarse una de estas monedas. Para evitar que se las queden los especuladores (que ya estarán pensando en venderlas a precios inflados), el Banco Central puso un límite: solamente se pueden comprar dos monedas por persona, sin importar si es la versión en acrílico o en estuche. Así, más gente tendrá la oportunidad de conseguirla y no se irá al traste toda la producción con unos pocos revendedores. Las entidades financieras decidirán dónde y cuándo estarán disponibles, así que hay que estar pendientes.
Y no olviden que a partir del 26 de noviembre también entra en circulación la moneda de ¢50 normal, con el mismo diseño del conejo de monte. Servirá para pagar en los supermercados, en el bus, donde sea. Ya se han producido más de 47 millones de estas monedas y tienen una reserva de más de 85 millones en las bóvedas, listos para salir cuando las necesiten los bancos. ¡Una verdadera avalancha de conejitos en nuestros bolsillos!
En fin, otra moneda nueva para sumar a la colección y otro recordatorio de la riqueza natural que tenemos en Costa Rica. Pero dime, ¿crees que el gobierno debería invertir más en conservación de estos ecosistemas únicos, o prefieres que se enfoquen en proyectos económicos que generen más empleos? ¡Déjame tu opinión en los comentarios!