¡Ay, Dios mío! Esta noticia te llega cerquita al corazón, fíjate. Una mujer, doña Ángela Mariño, decidió tomar una salida adelantada de este brete, y en vez de pedirnos flores, nos dejó un regalo enorme para los peluditos callejeros. Te juro que esto te deja pensando, ¿verdad?
La señora Ángela, originaria de acá del país, enfrentó un cáncer cerebral que la atormentó por años. Ya pasó por varias vueltas de cirugías y tratamientos, y llegó a la conclusión de que era hora de decir adiós, buscando aliviar el sufrimiento y, al mismo tiempo, hacer algo bueno antes de irse.
En un video que compartió en sus redes sociales, doña Ángela, con una sonrisa medio triste pero llena de paz, le pidió a todos que, en lugar de llevarle flores a su velorio, donaran comida para perros y gatos abandonados. Dijo que tenía más sentido ayudar a esos angelitos sin hogar que desperdiciar plata en flores que se marchitan rapidito, ¡qué verdad!
“Tiene más sentido ayudar a un ser vivo que gastar dinero en flores que se marchitan”, recalcó en el video, grabándolo con su amiga Tatiana. Pide que la gente asista vestida de colores vivos, para recordar sus momentos felices, y que compartan risas y anécdotas bonitas. ¡Imagínate la fiestucha, pero con el corazón lleno de amor!
Tatiana, su fiel compañera, prometió continuar con este legado. Ella también planea solicitar lo mismo para su propio funeral: ¡más comida para los coshitos que necesitan! Tatiana, con lágrimas en los ojos, le dijo a Ángela que iba a ayudar a todos los animalitos que la estuvieran esperando “en el cielo”, y doña Ángela respondió con una frase que se quedará grabada: “Voy a tener una fundación en el cielo”. ¡Qué nivel!
La reacción de la gente en redes sociales fue inmediata, ¡una locura! Miles de mensajes de apoyo, admiración y agradecimiento inundaron internet. Muchos comentaron que este gesto demuestra la verdadera esencia de un buen ser humano: pensar en los demás, incluso en sus últimos días. Se armó un revuelo tremendo y mucha gente ya está organizando colectas para alimentar a los animalitos.
Este caso ha puesto a reflexionar sobre cómo celebramos las despedidas. ¿Por qué tantas flores que mueren rápido, cuando podríamos darle un propósito significativo a ese gasto? Doña Ángela nos abrió los ojos a una posibilidad diferente, a transformar nuestra partida en una oportunidad para hacer el bien y marcar la diferencia en el mundo. Un verdadero ejemplo a seguir, te digo yo.
Ahora me pregunto, ¿crees tú que deberíamos cambiar nuestras costumbres funerarias y adoptar prácticas más solidarias como la propuesta de doña Ángela? ¿Qué otras formas innovadoras podemos encontrar para honrar la memoria de nuestros seres queridos mientras contribuimos a causas nobles?
La señora Ángela, originaria de acá del país, enfrentó un cáncer cerebral que la atormentó por años. Ya pasó por varias vueltas de cirugías y tratamientos, y llegó a la conclusión de que era hora de decir adiós, buscando aliviar el sufrimiento y, al mismo tiempo, hacer algo bueno antes de irse.
En un video que compartió en sus redes sociales, doña Ángela, con una sonrisa medio triste pero llena de paz, le pidió a todos que, en lugar de llevarle flores a su velorio, donaran comida para perros y gatos abandonados. Dijo que tenía más sentido ayudar a esos angelitos sin hogar que desperdiciar plata en flores que se marchitan rapidito, ¡qué verdad!
“Tiene más sentido ayudar a un ser vivo que gastar dinero en flores que se marchitan”, recalcó en el video, grabándolo con su amiga Tatiana. Pide que la gente asista vestida de colores vivos, para recordar sus momentos felices, y que compartan risas y anécdotas bonitas. ¡Imagínate la fiestucha, pero con el corazón lleno de amor!
Tatiana, su fiel compañera, prometió continuar con este legado. Ella también planea solicitar lo mismo para su propio funeral: ¡más comida para los coshitos que necesitan! Tatiana, con lágrimas en los ojos, le dijo a Ángela que iba a ayudar a todos los animalitos que la estuvieran esperando “en el cielo”, y doña Ángela respondió con una frase que se quedará grabada: “Voy a tener una fundación en el cielo”. ¡Qué nivel!
La reacción de la gente en redes sociales fue inmediata, ¡una locura! Miles de mensajes de apoyo, admiración y agradecimiento inundaron internet. Muchos comentaron que este gesto demuestra la verdadera esencia de un buen ser humano: pensar en los demás, incluso en sus últimos días. Se armó un revuelo tremendo y mucha gente ya está organizando colectas para alimentar a los animalitos.
Este caso ha puesto a reflexionar sobre cómo celebramos las despedidas. ¿Por qué tantas flores que mueren rápido, cuando podríamos darle un propósito significativo a ese gasto? Doña Ángela nos abrió los ojos a una posibilidad diferente, a transformar nuestra partida en una oportunidad para hacer el bien y marcar la diferencia en el mundo. Un verdadero ejemplo a seguir, te digo yo.
Ahora me pregunto, ¿crees tú que deberíamos cambiar nuestras costumbres funerarias y adoptar prácticas más solidarias como la propuesta de doña Ángela? ¿Qué otras formas innovadoras podemos encontrar para honrar la memoria de nuestros seres queridos mientras contribuimos a causas nobles?