¡Aguante! La alcaldesa de Guácimo, Beatriz Mora Valverde, está en el ojo del huracán por unas movidas turbias con equipo municipal. Resulta que usó maquinaria, personal, diésel e incluso un poquito de sudor del ayuntamiento para trasladar cositas a una finca privada en el cantón, y ahora la Fiscalía Adjunta de Probidad, Transparencia y Anticorrupción (FAPTA) anda picoteándole, buscando qué onda con todo esto.
Según fuentes cercanas, la alcaldesa se defendió en un video pa’ sus redes, diciendo que no le habían notificado nada todavía. Pero ahí no paró, justificándose de que tenían que deshacerse de unos escombros que quedaron después de arreglar unas caletones en varios barrios. Dijo que era pura basura que no servía pa’ otra cosa, y que, según procedimientos, se lo dan a gente que necesita pa’ echar en terrenos. Una vaya, pero…
Sin embargo, la Fiscalía está echando humo porque parece que ese “material de desecho” no era pura basura, ¡chuuu! Dicen que anduvieron encontrando evidencia de que era material “virgen”, sacado directo del río. Eso sí que está feo, porque significa que usaron recursos municipales pa’ hacerle el favor a unos cuantos jeques particulares, ¡qué carga!
La alcaldesa enfrenta cargos por prevaricato, lo cual, pa' los que no saben, significa que actuó contrariando la ley o basándose en datos falsos. Esto puede traerle dolor de cabeza, porque si la agarran in fraganti, la van a tener que enfrentar con todas las consecuencias legales, ¡y eso no es moco de pito!
Después de tanto alboroto, intentamos contactar a la alcaldesa para que nos diera su versión de la historia, pero hasta ahora nada. Ni siquiera contestó nuestras llamadas, ni respondió al correo que le mandamos hace días. Parece que se puso la jota y no quiere hablar con nadie, ¡diay!
Y no es pa’ menos, porque además de la alcaldesa, la Fiscalía está mirando con lupa a otros funcionarios municipales: Argüello Morales, Flores Castro, González Calderón y Miranda Soto. Dicen que hubo más de 700 litros de diésel, una retroexcavadora, vagonetas y montón de trabajadores municipales involucrados, todo durante casi dos años, desde mayo del 2024 hasta marzo del 2025. ¡Una torta!
Además, se señala al vicealcalde Sivianny Moya Peraza por darle la orden de usar la retroexcavadora número 109-181, manejada por Jefferson Solano, y por mandar a repartir material en varias propiedades con vagonetas. Lo peor de todo es que ese taller donde se reparaba la maquinaria municipal es el mismo que se estaba beneficiando con todo este movimiento, ¡un conflicto de intereses a morir! Parece que estaban haciendo negocios a costa del pueblo, ¡qué sal!
Con toda esta vaina, ¿ustedes creen que la alcaldesa Mora Valverde va a salir ilesa de esta situación, o será que finalmente la justicia tica le pondrá freno a estas movidas? ¿Deberían pedir la renuncia inmediata de todos los implicados, o esperar a que avance la investigación?
Según fuentes cercanas, la alcaldesa se defendió en un video pa’ sus redes, diciendo que no le habían notificado nada todavía. Pero ahí no paró, justificándose de que tenían que deshacerse de unos escombros que quedaron después de arreglar unas caletones en varios barrios. Dijo que era pura basura que no servía pa’ otra cosa, y que, según procedimientos, se lo dan a gente que necesita pa’ echar en terrenos. Una vaya, pero…
Sin embargo, la Fiscalía está echando humo porque parece que ese “material de desecho” no era pura basura, ¡chuuu! Dicen que anduvieron encontrando evidencia de que era material “virgen”, sacado directo del río. Eso sí que está feo, porque significa que usaron recursos municipales pa’ hacerle el favor a unos cuantos jeques particulares, ¡qué carga!
La alcaldesa enfrenta cargos por prevaricato, lo cual, pa' los que no saben, significa que actuó contrariando la ley o basándose en datos falsos. Esto puede traerle dolor de cabeza, porque si la agarran in fraganti, la van a tener que enfrentar con todas las consecuencias legales, ¡y eso no es moco de pito!
Después de tanto alboroto, intentamos contactar a la alcaldesa para que nos diera su versión de la historia, pero hasta ahora nada. Ni siquiera contestó nuestras llamadas, ni respondió al correo que le mandamos hace días. Parece que se puso la jota y no quiere hablar con nadie, ¡diay!
Y no es pa’ menos, porque además de la alcaldesa, la Fiscalía está mirando con lupa a otros funcionarios municipales: Argüello Morales, Flores Castro, González Calderón y Miranda Soto. Dicen que hubo más de 700 litros de diésel, una retroexcavadora, vagonetas y montón de trabajadores municipales involucrados, todo durante casi dos años, desde mayo del 2024 hasta marzo del 2025. ¡Una torta!
Además, se señala al vicealcalde Sivianny Moya Peraza por darle la orden de usar la retroexcavadora número 109-181, manejada por Jefferson Solano, y por mandar a repartir material en varias propiedades con vagonetas. Lo peor de todo es que ese taller donde se reparaba la maquinaria municipal es el mismo que se estaba beneficiando con todo este movimiento, ¡un conflicto de intereses a morir! Parece que estaban haciendo negocios a costa del pueblo, ¡qué sal!
Con toda esta vaina, ¿ustedes creen que la alcaldesa Mora Valverde va a salir ilesa de esta situación, o será que finalmente la justicia tica le pondrá freno a estas movidas? ¿Deberían pedir la renuncia inmediata de todos los implicados, o esperar a que avance la investigación?
