¡Ay, Dios mío! Ya estamos en 2025 y todavía batallamos con temas que parecieran sacados de otra época. Hablo de cómo tratamos a nuestros abuelos y abuelas, esos que nos dieron duro (en el buen sentido, claro) para tener un futuro decente. Últimamente, la cosa pinta fea, con denuncias de violencia, abandono… ¡qué torta!
Según datos que le conseguimos a unos amigos del Ministerio de Salud, entre 2023 y ahora mismo hemos tenido más de cinco mil quinientos casos de violencia intrafamiliar contra personas de la tercera edad. ¡Eso sí da qué pensar! Y ni hablar del Conapam, que reporta miles de casos de abandono y gente pasando penurias por la calle. Claramente, hay algo bien chungo pasando.
Idalia Alpízar, quien lleva rumbear con el Programa Paipam desde hace más de veinte años, me comentaba que la forma en que mirábamos a los viejitos cambió bastante gracias a trabajos de sensibilización. Antes, parecía que estudiar o querer seguir aprendiendo a edades avanzadas era como irse al traste. ¡Imagínate, hasta la propia familia te volteaba a mirar raro! Ahora vemos más faces contentas y gente mayor haciendo cosas increíbles.
Pero la verdad es que eso no borra toda la mugre. Alpízar dice que las leyes existen, pero no se aplican como deberían. Hay mucha gente que desconoce sus derechos o simplemente les da lástima, y eso les hace quedar a merced de cualquiera. La ley es una cosita, pero la cultura y el respeto verdadero son otras, ¿me entienden?
Y hablando de cultura, tenemos que dejar ya esa idea de que los viejos no sirven para nada o que solo están ahí para gastar la pensión. ¡Qué barbaridad! Muchos tienen talento, experiencia, sabiduría… ¡Una carga de conocimiento que podríamos aprovechar! Además, estar activos, estudiando, trabajando, o simplemente compartiendo tiempo con sus familias les da una calidad de vida mucho mejor.
Para darle más contexto, un estudio gringo de los NIH (Institutos Nacionales de Salud, pa’ los que no sepan) dice que vivir sano a cualquier edad pasa por alimentarte bien, hacer ejercicio, dormir como reyes y cuidar tu salud mental. Comer fruta, caminar un poquito, evitar el cigarrillo y el vicio... ¡cositas sencillas que marcan la diferencia! Esto es clave, porque un adulto mayor sano es un adulto mayor feliz, capaz de aportar y disfrutar la vida.
Ahora, si hablamos de prepararnos para el futuro, ¡agárrense! Para el 2040 tendremos un montón de personas mayores en Costa Rica. Tenemos que empezar a planear ya políticas para la salud, las pensiones y el trabajo. No podemos andar pensando en eso cuando ya la casa esté ardiendo. Además, fortalecer esas leyes que existen, ponerle empeño y terminar con tanta injusticia, es tarea urgente.
En fin, la vara está servida. Hemos avanzado, sí, pero todavía queda muchísimo por hacer para garantizar que nuestros adultos mayores vivan con dignidad, seguridad y respeto. Después de todo, ellos nos enseñaron a caminar, ¿verdad? Entonces, dime tú, ¿qué crees que podemos hacer como sociedad para cambiar esta realidad y demostrarles a nuestros abuelos y abuelas cuánto los queremos y valoramos?
Según datos que le conseguimos a unos amigos del Ministerio de Salud, entre 2023 y ahora mismo hemos tenido más de cinco mil quinientos casos de violencia intrafamiliar contra personas de la tercera edad. ¡Eso sí da qué pensar! Y ni hablar del Conapam, que reporta miles de casos de abandono y gente pasando penurias por la calle. Claramente, hay algo bien chungo pasando.
Idalia Alpízar, quien lleva rumbear con el Programa Paipam desde hace más de veinte años, me comentaba que la forma en que mirábamos a los viejitos cambió bastante gracias a trabajos de sensibilización. Antes, parecía que estudiar o querer seguir aprendiendo a edades avanzadas era como irse al traste. ¡Imagínate, hasta la propia familia te volteaba a mirar raro! Ahora vemos más faces contentas y gente mayor haciendo cosas increíbles.
Pero la verdad es que eso no borra toda la mugre. Alpízar dice que las leyes existen, pero no se aplican como deberían. Hay mucha gente que desconoce sus derechos o simplemente les da lástima, y eso les hace quedar a merced de cualquiera. La ley es una cosita, pero la cultura y el respeto verdadero son otras, ¿me entienden?
Y hablando de cultura, tenemos que dejar ya esa idea de que los viejos no sirven para nada o que solo están ahí para gastar la pensión. ¡Qué barbaridad! Muchos tienen talento, experiencia, sabiduría… ¡Una carga de conocimiento que podríamos aprovechar! Además, estar activos, estudiando, trabajando, o simplemente compartiendo tiempo con sus familias les da una calidad de vida mucho mejor.
Para darle más contexto, un estudio gringo de los NIH (Institutos Nacionales de Salud, pa’ los que no sepan) dice que vivir sano a cualquier edad pasa por alimentarte bien, hacer ejercicio, dormir como reyes y cuidar tu salud mental. Comer fruta, caminar un poquito, evitar el cigarrillo y el vicio... ¡cositas sencillas que marcan la diferencia! Esto es clave, porque un adulto mayor sano es un adulto mayor feliz, capaz de aportar y disfrutar la vida.
Ahora, si hablamos de prepararnos para el futuro, ¡agárrense! Para el 2040 tendremos un montón de personas mayores en Costa Rica. Tenemos que empezar a planear ya políticas para la salud, las pensiones y el trabajo. No podemos andar pensando en eso cuando ya la casa esté ardiendo. Además, fortalecer esas leyes que existen, ponerle empeño y terminar con tanta injusticia, es tarea urgente.
En fin, la vara está servida. Hemos avanzado, sí, pero todavía queda muchísimo por hacer para garantizar que nuestros adultos mayores vivan con dignidad, seguridad y respeto. Después de todo, ellos nos enseñaron a caminar, ¿verdad? Entonces, dime tú, ¿qué crees que podemos hacer como sociedad para cambiar esta realidad y demostrarles a nuestros abuelos y abuelas cuánto los queremos y valoramos?
