¡Ay, Dios mío! Parece que octubre llegó con toda su fuerza, papi. El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) nos avisó que octubre iba a estar lluvioso, pero esto ya se puso serio. Lluvias torrenciales han dejado varias zonas del país bajo alerta, con comunidades enteras evacuadas y carreteras cerradas. Una verdadera torta.
Desde la madrugada de este viernes, el Pacífico ha sido el epicentro de la problemática, con fuertes aguaceros y cielos encapotados. Las autoridades llevan días pidiendo mantener la calma, pero con esta intensidad, hasta el más tranquilo se pone nervioso. El suelo, ya empapado de semanas de lluvia, no puede absorber más agua, lo que ha provocado inundaciones y deslizamientos en varios puntos del territorio nacional.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ha confirmado un total de 141 incidentes relacionados con inundaciones desde el principio de la semana. Las zonas más afectadas son Esparza, Puntarenas y los Montes de Oro, donde comunidades como Fray Casiano, Parcelas, El Progreso y Fiesta del Mar han sido duramente golpeadas. Imagínate la bronca de la gente, perdiendo sus pertenencias y teniendo que abandonar sus hogares a cualquier hora. ¡Qué pena!
Y ni hablar de Guanacaste, donde los ríos Javilla, Higuerón y Paraíso se desbordaron, causando la apertura de un albergue temporal para unas 14 personas. Un brete para esas familias, tener que dejarlo todo atrás. Además, la famosa Ruta 32, que conecta San José con Limón, tuvo que cerrar debido a los aguaceros, dejando varados a muchos viajeros. ¡Un chunche para nadie!
La Cruz Roja Costarricense, trabajando día y noche, coordinó la evacuación de más de 210 personas de la comunidad de Bellavista, en Puntarenas. Los damnificados fueron trasladados a un albergue habilitado en Barranca, donde reciben atención y apoyo. Ver a esos compañeros buscando refugio da tristeza, pero también da esperanza ver la solidaridad de los costarricenses.
El Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) ha estado luchando contra reloj para limpiar los derrumbes en la Ruta 1 entre Puntarenas y Esparza, en Cambronero, y los árboles caídos en Montes de Oro. Pero con estas condiciones, el trabajo es duro y lento. A pesar de todo, los funcionarios hacen lo posible para restablecer la circulación lo antes posible. Se necesita mucho esfuerzo, diay.
La Alerta Amarilla sigue vigente en todo el país, lo que significa que debemos extremar las precauciones. Las autoridades insisten en mantenerse alejados de ríos y quebradas, especialmente si han llovido mucho. Hay que escuchar las indicaciones de los comités locales de emergencia y no arriesgarse. Mejor prevenir que lamentar, como dicen por ahí.
Con este panorama, me pregunto: ¿Cómo crees tú que podemos prepararnos mejor como sociedad para enfrentar estos fenómenos climáticos extremos y proteger a nuestras comunidades más vulnerables? ¿Deberíamos invertir más en sistemas de alerta temprana o fortalecer la infraestructura de drenaje? ¡Compárteme tu opinión, mae!
Desde la madrugada de este viernes, el Pacífico ha sido el epicentro de la problemática, con fuertes aguaceros y cielos encapotados. Las autoridades llevan días pidiendo mantener la calma, pero con esta intensidad, hasta el más tranquilo se pone nervioso. El suelo, ya empapado de semanas de lluvia, no puede absorber más agua, lo que ha provocado inundaciones y deslizamientos en varios puntos del territorio nacional.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ha confirmado un total de 141 incidentes relacionados con inundaciones desde el principio de la semana. Las zonas más afectadas son Esparza, Puntarenas y los Montes de Oro, donde comunidades como Fray Casiano, Parcelas, El Progreso y Fiesta del Mar han sido duramente golpeadas. Imagínate la bronca de la gente, perdiendo sus pertenencias y teniendo que abandonar sus hogares a cualquier hora. ¡Qué pena!
Y ni hablar de Guanacaste, donde los ríos Javilla, Higuerón y Paraíso se desbordaron, causando la apertura de un albergue temporal para unas 14 personas. Un brete para esas familias, tener que dejarlo todo atrás. Además, la famosa Ruta 32, que conecta San José con Limón, tuvo que cerrar debido a los aguaceros, dejando varados a muchos viajeros. ¡Un chunche para nadie!
La Cruz Roja Costarricense, trabajando día y noche, coordinó la evacuación de más de 210 personas de la comunidad de Bellavista, en Puntarenas. Los damnificados fueron trasladados a un albergue habilitado en Barranca, donde reciben atención y apoyo. Ver a esos compañeros buscando refugio da tristeza, pero también da esperanza ver la solidaridad de los costarricenses.
El Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) ha estado luchando contra reloj para limpiar los derrumbes en la Ruta 1 entre Puntarenas y Esparza, en Cambronero, y los árboles caídos en Montes de Oro. Pero con estas condiciones, el trabajo es duro y lento. A pesar de todo, los funcionarios hacen lo posible para restablecer la circulación lo antes posible. Se necesita mucho esfuerzo, diay.
La Alerta Amarilla sigue vigente en todo el país, lo que significa que debemos extremar las precauciones. Las autoridades insisten en mantenerse alejados de ríos y quebradas, especialmente si han llovido mucho. Hay que escuchar las indicaciones de los comités locales de emergencia y no arriesgarse. Mejor prevenir que lamentar, como dicen por ahí.
Con este panorama, me pregunto: ¿Cómo crees tú que podemos prepararnos mejor como sociedad para enfrentar estos fenómenos climáticos extremos y proteger a nuestras comunidades más vulnerables? ¿Deberíamos invertir más en sistemas de alerta temprana o fortalecer la infraestructura de drenaje? ¡Compárteme tu opinión, mae!
