¡Ay, Dios mío! Resulta que el gobierno, específicamente Comex y Procomer, se mandaron una varona pa' contratar a una firma gringa llamada Akin, Gump, Strauss, Hauer & Feld LLP. Sí, la misma que anda por ahí haciendo negocios en Washington D.C. Parece que nos quieren asegurar que no nos vaya a pasar ningún susto con los americanos… o quizás sí. Ya saben cómo son estos bretes.
La jugada salió a la luz gracias a registros públicos y, ¡ojo!, esto no es barato. Estamos hablando de unos 60 mil dólares al mes, por un contrato que puede llegar hasta los 720 mil si se extiende a 12 meses. Imaginen cuántas escuelas podríamos construir con esa plata... o mejorar las carreteras, que ya sabemos cómo van esas. Pero bueno, dicen que es para defender nuestros intereses, ¡qué alivio!
Lo que más me preocupa es la definición de 'intereses nacionales'. Según el registro FARA, de Estados Unidos – que básicamente les pone lupa a los gobiernos extranjeros que andan metiendo mano en sus leyes – esta firma va a estar dando consejos y haciendo contactos con políticos y gente poderosa en Washington. Un poquito alarmante, ¿no creen?
Geoff K. Verhoff, un socio de Akin Gump, escribió en un documento que ellos están listos para "ofrecer asesoría estratégica en temas de comercio y apoyo en relaciones gubernamentales". Suena elegante, pero en cristiano significa que van a estar tratando de convencer a los gringos de que le hagamos caso a Costa Rica. Esperemos que tengan más éxito que nosotros tratando de explicarle a los vecinos que necesitamos más agua para regar los cultivos.
El contrato especifica que no es legal, eh, que no vamos a tener una relación abogado-cliente. Esto parece más bien un trabajo de lobby, tratar de influenciar decisiones políticas y comerciales. Que quede claro, no estoy diciendo que esté mal, pero siempre hay que echarle ojo a estas cosas. Ya saben, porque a veces el carrete se nos va de las manos.
Una de las tareas que les han encomendado es hacer un diagnóstico del ambiente político y comercial de Estados Unidos, mapear a los políticos clave, y diseñar una estrategia para que nos vean como socios confiables. ¡Como si fuera tan fácil! A veces siento que tenemos que esforzarnos demasiado para que nos tomen en serio. Además, tienen que estar atentos a esos cambios en las leyes y regulaciones que nos pueden afectar, ¡imagínate la carga!
Ahora, vayamos a los números. Después de todo este papeleo y reuniones, resulta que hace poco presentamos comentarios oficiales al Departamento de Comercio de Estados Unidos, precisamente en medio de una investigación sobre aranceles a equipos médicos. Ahí el ministro Tovar argumentó que nuestras exportaciones fortalecen la seguridad de Estados Unidos, que somos socios confiables, y todo eso. La verdad, suena bien, pero teniendo en cuenta que antes nos habían puesto aranceles del 15%, da un poco de escalofrío.
Y ahí viene la gran pregunta, mis queridos lectores del Foro: ¿Realmente esta inversión millonaria en una firma extranjera va a traer beneficios reales para Costa Rica, o estamos simplemente pagando por un show mediático? ¿Será que deberíamos enfocarnos en fortalecer nuestras propias capacidades de negociación internacional, o seguir dependiendo de intermediarios externos? ¡Diganme qué piensan ustedes!
La jugada salió a la luz gracias a registros públicos y, ¡ojo!, esto no es barato. Estamos hablando de unos 60 mil dólares al mes, por un contrato que puede llegar hasta los 720 mil si se extiende a 12 meses. Imaginen cuántas escuelas podríamos construir con esa plata... o mejorar las carreteras, que ya sabemos cómo van esas. Pero bueno, dicen que es para defender nuestros intereses, ¡qué alivio!
Lo que más me preocupa es la definición de 'intereses nacionales'. Según el registro FARA, de Estados Unidos – que básicamente les pone lupa a los gobiernos extranjeros que andan metiendo mano en sus leyes – esta firma va a estar dando consejos y haciendo contactos con políticos y gente poderosa en Washington. Un poquito alarmante, ¿no creen?
Geoff K. Verhoff, un socio de Akin Gump, escribió en un documento que ellos están listos para "ofrecer asesoría estratégica en temas de comercio y apoyo en relaciones gubernamentales". Suena elegante, pero en cristiano significa que van a estar tratando de convencer a los gringos de que le hagamos caso a Costa Rica. Esperemos que tengan más éxito que nosotros tratando de explicarle a los vecinos que necesitamos más agua para regar los cultivos.
El contrato especifica que no es legal, eh, que no vamos a tener una relación abogado-cliente. Esto parece más bien un trabajo de lobby, tratar de influenciar decisiones políticas y comerciales. Que quede claro, no estoy diciendo que esté mal, pero siempre hay que echarle ojo a estas cosas. Ya saben, porque a veces el carrete se nos va de las manos.
Una de las tareas que les han encomendado es hacer un diagnóstico del ambiente político y comercial de Estados Unidos, mapear a los políticos clave, y diseñar una estrategia para que nos vean como socios confiables. ¡Como si fuera tan fácil! A veces siento que tenemos que esforzarnos demasiado para que nos tomen en serio. Además, tienen que estar atentos a esos cambios en las leyes y regulaciones que nos pueden afectar, ¡imagínate la carga!
Ahora, vayamos a los números. Después de todo este papeleo y reuniones, resulta que hace poco presentamos comentarios oficiales al Departamento de Comercio de Estados Unidos, precisamente en medio de una investigación sobre aranceles a equipos médicos. Ahí el ministro Tovar argumentó que nuestras exportaciones fortalecen la seguridad de Estados Unidos, que somos socios confiables, y todo eso. La verdad, suena bien, pero teniendo en cuenta que antes nos habían puesto aranceles del 15%, da un poco de escalofrío.
Y ahí viene la gran pregunta, mis queridos lectores del Foro: ¿Realmente esta inversión millonaria en una firma extranjera va a traer beneficios reales para Costa Rica, o estamos simplemente pagando por un show mediático? ¿Será que deberíamos enfocarnos en fortalecer nuestras propias capacidades de negociación internacional, o seguir dependiendo de intermediarios externos? ¡Diganme qué piensan ustedes!