¡Buenas tardes, raza! Se acabó el circo de promesas vacías pintadas en vallas y discursos televisivos. El TSE liberó los 20 planes de gobierno para este periodo 2026-2030, así que ya pueden dejar de creerse las canciones y meterle ojo a la letra chica. Digamos que llegó la hora de quitarle la máscara a estos políticos, y eso, mis amigos, es más entretenido que ver un partido de fútbol de esos que nos dejan con cara de pena.
Durante años hemos visto cómo los candidatos llegan a Zapote con el discurso más bonito, llenándonos de esperanzas y promesas que, bueno… muchas veces se van al traste. Pero este año, gracias al TSE, tenemos una herramienta para no caer en el mismo cuento de siempre. Se trata de leer detalladamente los planes de gobierno, entender qué proponen realmente y, sobre todo, analizar si esas propuestas son siquiera factibles. Porque así nomás, decir “voy a hacer esto” no basta, ¡hay que saber cómo!
Desde el 2021, presentando un plan de gobierno es obligatorio para inscribirse como candidato, cosa que parece obvio, pero nunca está demás recordarlo. Ese documento es la hoja de ruta oficial, donde los partidos explican sus prioridades, su visión y, crucialmente, cómo piensan llevarlas a cabo. Así que ya saben, no se dejen engañar por las fotos bonitas y los slogans pegadizos. ¡Revisen el brete completo!
Y para hacerlo más fácil, el TSE puso a disposición dos herramientas súper útiles. Primero, en su página web (tse.go.cr/2026/planes-gobierno.html), donde encontrarán los 20 PDFs organizados alfabéticamente. Segundo, la app “Votante Informado”, que tiene toda la info a mano en su celular, ideal para esos momentos de aburrimiento en la cola del supermercado o mientras esperan el bus. ¡Aprovechen el tiempo!
Ahora bien, la pregunta clave aquí es: ¿realmente vamos a dedicarle el tiempo necesario para analizar estos planes? No digo que tengan que estudiarlos como si fueran tesis doctorales, pero sí es importante comparar algunas propuestas básicas. Por ejemplo, ¿quién va a subir los impuestos? ¿Quién piensa recortarle al INAMU? ¿Cómo financian esos proyectos de infraestructura que prometen a diestra y siniestra? Estas son preguntas fundamentales que debemos hacernos antes de poner nuestra cruz en la papeleta.
Porque seamos honestos, votar es una responsabilidad enorme. No es un juego ni una moda pasajera. Es decidir quién va a manejar nuestro dinero, nuestras escuelas, nuestros hospitales… ¡nuestra vida entera! Entonces, ¿por qué conformarnos con elegir por la pinta o por seguir a la corriente? Mejor informémonos, comparemos y elijamos con conciencia. ¡Que nadie pueda decir que no supieron por qué estaban votando!
Con tanta opción en la mesa, el riesgo es dispersar el voto. Es ahí donde entra la importancia de este ejercicio comparativo. Olvidémonos por un momento de los colores de los partidos o de la popularidad de los candidatos. Lo que realmente importa son las acciones concretas que proponen. Es como comparar carros antes de comprar uno: no te fijas solo en el diseño, sino en el motor, el consumo de gasolina y si realmente se adapta a tus necesidades. En este caso, el carro somos nosotros, y el combustible es el futuro de Costa Rica.
Así que ya lo tienen todo servido. Ahora la pelota está en nuestro tejado. ¿Se animarán a bucear en estos planes de gobierno o prefieren dejarse llevar por la corriente de las emociones? Díganme, ¿qué aspecto de los planes de gobierno les preocupa más y cuál creen que sería el cambio más significativo para nuestro país si se implementara?
Durante años hemos visto cómo los candidatos llegan a Zapote con el discurso más bonito, llenándonos de esperanzas y promesas que, bueno… muchas veces se van al traste. Pero este año, gracias al TSE, tenemos una herramienta para no caer en el mismo cuento de siempre. Se trata de leer detalladamente los planes de gobierno, entender qué proponen realmente y, sobre todo, analizar si esas propuestas son siquiera factibles. Porque así nomás, decir “voy a hacer esto” no basta, ¡hay que saber cómo!
Desde el 2021, presentando un plan de gobierno es obligatorio para inscribirse como candidato, cosa que parece obvio, pero nunca está demás recordarlo. Ese documento es la hoja de ruta oficial, donde los partidos explican sus prioridades, su visión y, crucialmente, cómo piensan llevarlas a cabo. Así que ya saben, no se dejen engañar por las fotos bonitas y los slogans pegadizos. ¡Revisen el brete completo!
Y para hacerlo más fácil, el TSE puso a disposición dos herramientas súper útiles. Primero, en su página web (tse.go.cr/2026/planes-gobierno.html), donde encontrarán los 20 PDFs organizados alfabéticamente. Segundo, la app “Votante Informado”, que tiene toda la info a mano en su celular, ideal para esos momentos de aburrimiento en la cola del supermercado o mientras esperan el bus. ¡Aprovechen el tiempo!
Ahora bien, la pregunta clave aquí es: ¿realmente vamos a dedicarle el tiempo necesario para analizar estos planes? No digo que tengan que estudiarlos como si fueran tesis doctorales, pero sí es importante comparar algunas propuestas básicas. Por ejemplo, ¿quién va a subir los impuestos? ¿Quién piensa recortarle al INAMU? ¿Cómo financian esos proyectos de infraestructura que prometen a diestra y siniestra? Estas son preguntas fundamentales que debemos hacernos antes de poner nuestra cruz en la papeleta.
Porque seamos honestos, votar es una responsabilidad enorme. No es un juego ni una moda pasajera. Es decidir quién va a manejar nuestro dinero, nuestras escuelas, nuestros hospitales… ¡nuestra vida entera! Entonces, ¿por qué conformarnos con elegir por la pinta o por seguir a la corriente? Mejor informémonos, comparemos y elijamos con conciencia. ¡Que nadie pueda decir que no supieron por qué estaban votando!
Con tanta opción en la mesa, el riesgo es dispersar el voto. Es ahí donde entra la importancia de este ejercicio comparativo. Olvidémonos por un momento de los colores de los partidos o de la popularidad de los candidatos. Lo que realmente importa son las acciones concretas que proponen. Es como comparar carros antes de comprar uno: no te fijas solo en el diseño, sino en el motor, el consumo de gasolina y si realmente se adapta a tus necesidades. En este caso, el carro somos nosotros, y el combustible es el futuro de Costa Rica.
Así que ya lo tienen todo servido. Ahora la pelota está en nuestro tejado. ¿Se animarán a bucear en estos planes de gobierno o prefieren dejarse llevar por la corriente de las emociones? Díganme, ¿qué aspecto de los planes de gobierno les preocupa más y cuál creen que sería el cambio más significativo para nuestro país si se implementara?