¡Ay, Dios mío! Resulta que este año, si les alcanza, nos van a regalar unos ocho días de diciembre y principios de enero libres los funcionarios públicos. Sí, así como lo leyeron, mandadito por Don Rodri y compañía, oficialmente se van de pinta mientras nosotros seguimos currando como burros. La noticia salió en La Gaceta, pa’ que nadie diga que no la vieron venir.
Según parece, la idea es ahorrarle unos cuantos colones al Estado – luz, teléfono, agua, hasta el gasofa para los carros oficiales, imagínate. Dicen que también hay muchos funcionarios con vacas pendientes, acumilando días de feriado que necesitan quemar antes de que se les vayan al traste. Supuestamente, también quieren echarle una manito al sector turístico, aunque sinceramente, me da la impresión de que unos pocos días libres no van a hacer milagros para la economía, pero bueno, hay que darle crédito a la intención.
Pero vamos por partes, porque esto tiene más vueltas que un churrito de gallina. El presidente, el Ministro de Mideplan y el Ministro de Trabajo le dieron luz verde a este planazo. En teoría, lo hacen para “facilitar el descanso y disfrute” de los trabajadores de la Administración Pública. Suena bonito, ¿verdad? Pero yo me pregunto, ¿realmente vamos a sentir la diferencia en la calidad de los servicios públicos cuando regresen?
Lo curioso es que sí quedan excepciones. Quiénes tienen que seguir trabajando, pase lo que pase, son los del Ministerio de Educación Pública, la Fiscalía, el Registro Civil, los polis y los encargados de atender emergencias. Imaginen la bronca que tendrán esos pobres diablos: todos de parranda y ellos ahí, echándole duro. Y luego dicen que el país está que arde...
Además, cada jefatura de institución puede decidir qué oficinas tienen que abrir para atender emergencias. Eso deja abierta la puerta a decisiones arbitrarias, ¿no creen? Podríamos terminar con algunas oficinas clausuradas y otras funcionando a medio pulmón. Al final, siempre terminamos pagándonos la jugada nosotros, los ciudadanos comunes y corrientes. Ya sabemos cómo va la cosa, ¿verdad?
Ahora bien, hablando de cosas más agradables, la Navidad en San José promete estar a toda marcha. Más de 400 figuras navideñas iluminarán parques y avenidas, así que, aunque tengamos algunos días sin servicio público, al menos tendremos algo bonito que ver. Aprovechen para ir a tirar unas fotos bonitas y postearlas en Instagram, eso sí. ¡Que no se diga que no sacamos provecho de la situación!
De hecho, hay varios sectores pidiendo cabeza. Pequeños negocios y emprendedores, especialmente, están preocupados porque podrían perder ventas importantes durante esas fechas por la ausencia de funcionarios clave. Muchos dependen de trámites rápidos y eficientes para poder operar, y con las oficinas cerradas, la cosa se pone complicada. Esto podría afectar gravemente la reactivación económica que tanto necesitamos, brete complicado…
En fin, la decisión está tomada y ahora toca esperar a ver cómo se desarrolla todo. Lo importante es recordar que, aunque nuestros servidores públicos tengan derecho a descansar, debemos exigirles eficiencia y transparencia en todo momento. Entonces, dime tú, ¿crees que cerrar tantas oficinas es realmente beneficioso para el país, o estamos sacrificando el servicio público en aras del ahorro y las vacaciones de unos pocos?
Según parece, la idea es ahorrarle unos cuantos colones al Estado – luz, teléfono, agua, hasta el gasofa para los carros oficiales, imagínate. Dicen que también hay muchos funcionarios con vacas pendientes, acumilando días de feriado que necesitan quemar antes de que se les vayan al traste. Supuestamente, también quieren echarle una manito al sector turístico, aunque sinceramente, me da la impresión de que unos pocos días libres no van a hacer milagros para la economía, pero bueno, hay que darle crédito a la intención.
Pero vamos por partes, porque esto tiene más vueltas que un churrito de gallina. El presidente, el Ministro de Mideplan y el Ministro de Trabajo le dieron luz verde a este planazo. En teoría, lo hacen para “facilitar el descanso y disfrute” de los trabajadores de la Administración Pública. Suena bonito, ¿verdad? Pero yo me pregunto, ¿realmente vamos a sentir la diferencia en la calidad de los servicios públicos cuando regresen?
Lo curioso es que sí quedan excepciones. Quiénes tienen que seguir trabajando, pase lo que pase, son los del Ministerio de Educación Pública, la Fiscalía, el Registro Civil, los polis y los encargados de atender emergencias. Imaginen la bronca que tendrán esos pobres diablos: todos de parranda y ellos ahí, echándole duro. Y luego dicen que el país está que arde...
Además, cada jefatura de institución puede decidir qué oficinas tienen que abrir para atender emergencias. Eso deja abierta la puerta a decisiones arbitrarias, ¿no creen? Podríamos terminar con algunas oficinas clausuradas y otras funcionando a medio pulmón. Al final, siempre terminamos pagándonos la jugada nosotros, los ciudadanos comunes y corrientes. Ya sabemos cómo va la cosa, ¿verdad?
Ahora bien, hablando de cosas más agradables, la Navidad en San José promete estar a toda marcha. Más de 400 figuras navideñas iluminarán parques y avenidas, así que, aunque tengamos algunos días sin servicio público, al menos tendremos algo bonito que ver. Aprovechen para ir a tirar unas fotos bonitas y postearlas en Instagram, eso sí. ¡Que no se diga que no sacamos provecho de la situación!
De hecho, hay varios sectores pidiendo cabeza. Pequeños negocios y emprendedores, especialmente, están preocupados porque podrían perder ventas importantes durante esas fechas por la ausencia de funcionarios clave. Muchos dependen de trámites rápidos y eficientes para poder operar, y con las oficinas cerradas, la cosa se pone complicada. Esto podría afectar gravemente la reactivación económica que tanto necesitamos, brete complicado…
En fin, la decisión está tomada y ahora toca esperar a ver cómo se desarrolla todo. Lo importante es recordar que, aunque nuestros servidores públicos tengan derecho a descansar, debemos exigirles eficiencia y transparencia en todo momento. Entonces, dime tú, ¿crees que cerrar tantas oficinas es realmente beneficioso para el país, o estamos sacrificando el servicio público en aras del ahorro y las vacaciones de unos pocos?
