¡Ay, Dios mío! La cosa está más caliente que gallo en pedregal. Las encuestas, esas amigas que te dan una idea pero no te aseguran nada, pintan que vamos pa’ balotaje en febrero. Ya saben, así que tendremos que volver a sufrir para elegir al próximo Presidente. Esto lo acaba de soltar el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la UCR, y parece que los números ya no mienten tanto. ¡Imagínate!
Según el analista Ronald Alfaro, que andaba explicando la movida, la posibilidad de que todo se defina en una sola ronda bajó bastante. Antes parecía más factible, pero ahora el panorama está más borroso que café sin leche. Lo bueno es que todavía hay tiempo para cambiar las cosas, como dicen por acá, ‘mientras hay aire hay esperanza’. Ese tipo de situaciones son comunes en nuestra política, donde a veces nos cuesta decidirnos rápido.
Y ojo, porque la candidata del Pueblo Soberano, Laura Fernández, anda ganando terreno. En noviembre estaba con un 25% de apoyo entre los que dijeron que iban a votar, pero ahora llegó al 30%. Eso es un buen respiro para ella, aunque todavía le falta un empujón considerable para alcanzar el 40% que se necesita para ganar en primera. Digamos que todavía le falta un buen trecho, pero no se puede descartar la sorpresa.
Pero, fíjense, la clave está en esos indefinidos, esos que todavía no saben qué hacer con su voto. Son casi el 45% de la población, ¡una barbaridad! Y ahí es donde los candidatos tienen que ponerle empeño, tratar de convencerlos de que su propuesta es la mejor para el país. Como decía mi abu, 'hay que llevar agua al molino', y estos indefinidos son el molino en cuestión.
Alfaro explicó que muchos de estos indefinidos son mujeres, jóvenes y gente que vive fuera del Área Metropolitana. Ahí tenemos un sector importante de la población que todavía no se ha decidido, y que puede inclinar la balanza a favor de uno u otro candidato. Entender sus inquietudes y ofrecer soluciones reales es fundamental para conseguir su voto. Es una tarea no fácil, pero tampoco imposible.
Lo curioso es que, pese a toda la incertidumbre, la gente está interesada en la campaña, al menos eso dice la encuesta. El 56% de los encuestados admitió tener interés, pero a la vez, poca gente habla de política en casa. Rara vez se discute el tema, diay, pero al menos hay curiosidad. Quizás esperan ver más propuestas concretas y debates interesantes antes de tomar una decisión.
Ahora, lo que preocupa es que la campaña haya sido bastante tranquila, como diríamos nosotros, ’de paseo’. Ni el oficialismo ni la oposición han sacado todas las artillerías. Puede que estén guardando energías para enero, cuando habrá más debates y actividades proselitistas. También puede ser que tengan problemas de financiamiento, porque eso siempre es un brete para cualquier campaña.
En fin, compañeros, que las encuestas son solo una foto de cómo estamos hoy, pero la cosa puede cambiar radicalmente en las próximas semanas. Recuerden lo de Rodrigo Chaves en 2022, que apareció de quinto lugar y terminó llegando a la Presidencia. ¡Nada está escrito! Entonces, ¿creen que la alta tasa de indecisos jugará a favor del oficialismo o dará oportunidad a la oposición para sorprender en las votaciones del 1° de febrero?
Según el analista Ronald Alfaro, que andaba explicando la movida, la posibilidad de que todo se defina en una sola ronda bajó bastante. Antes parecía más factible, pero ahora el panorama está más borroso que café sin leche. Lo bueno es que todavía hay tiempo para cambiar las cosas, como dicen por acá, ‘mientras hay aire hay esperanza’. Ese tipo de situaciones son comunes en nuestra política, donde a veces nos cuesta decidirnos rápido.
Y ojo, porque la candidata del Pueblo Soberano, Laura Fernández, anda ganando terreno. En noviembre estaba con un 25% de apoyo entre los que dijeron que iban a votar, pero ahora llegó al 30%. Eso es un buen respiro para ella, aunque todavía le falta un empujón considerable para alcanzar el 40% que se necesita para ganar en primera. Digamos que todavía le falta un buen trecho, pero no se puede descartar la sorpresa.
Pero, fíjense, la clave está en esos indefinidos, esos que todavía no saben qué hacer con su voto. Son casi el 45% de la población, ¡una barbaridad! Y ahí es donde los candidatos tienen que ponerle empeño, tratar de convencerlos de que su propuesta es la mejor para el país. Como decía mi abu, 'hay que llevar agua al molino', y estos indefinidos son el molino en cuestión.
Alfaro explicó que muchos de estos indefinidos son mujeres, jóvenes y gente que vive fuera del Área Metropolitana. Ahí tenemos un sector importante de la población que todavía no se ha decidido, y que puede inclinar la balanza a favor de uno u otro candidato. Entender sus inquietudes y ofrecer soluciones reales es fundamental para conseguir su voto. Es una tarea no fácil, pero tampoco imposible.
Lo curioso es que, pese a toda la incertidumbre, la gente está interesada en la campaña, al menos eso dice la encuesta. El 56% de los encuestados admitió tener interés, pero a la vez, poca gente habla de política en casa. Rara vez se discute el tema, diay, pero al menos hay curiosidad. Quizás esperan ver más propuestas concretas y debates interesantes antes de tomar una decisión.
Ahora, lo que preocupa es que la campaña haya sido bastante tranquila, como diríamos nosotros, ’de paseo’. Ni el oficialismo ni la oposición han sacado todas las artillerías. Puede que estén guardando energías para enero, cuando habrá más debates y actividades proselitistas. También puede ser que tengan problemas de financiamiento, porque eso siempre es un brete para cualquier campaña.
En fin, compañeros, que las encuestas son solo una foto de cómo estamos hoy, pero la cosa puede cambiar radicalmente en las próximas semanas. Recuerden lo de Rodrigo Chaves en 2022, que apareció de quinto lugar y terminó llegando a la Presidencia. ¡Nada está escrito! Entonces, ¿creen que la alta tasa de indecisos jugará a favor del oficialismo o dará oportunidad a la oposición para sorprender en las votaciones del 1° de febrero?