¡Buenas, boa! Directamente desde el Foro de Costa Rica, les vengo a contar qué onda con toda la movida energética de diciembre. Ya saben, ese mes donde hasta el güevito se pone sensible y uno anda pensando qué le hizo bien y qué salió rajadiño. Pero tranquilos, que no todo es balance personal ni reflexión profunda – también hay fechas con pura energía pa’ meterle cositas buenas a la vida.
Este diciembre, igual que todos, viene cargadito de significancia. No es solamente diciembre, es el cierre del año, el momento de hacer limpieza, tanto física como mental. Aquí en Costa Rica, aunque no tengamos las cuatro estaciones, sentimos esa vibra de cambio, de prepararnos para lo que viene. Y sí, astrólogos y gurús espirituales dicen que las fases de la luna de diciembre nos dan una claridad especial, un brío pa’ poner las cosas en orden, diay, ¡qué más queres!
Ahora, vamos al grano, porque sé que a ustedes les gusta lo práctico. Hay unas seis fechas súper especiales en diciembre que pueden amplificar sus intenciones. No es magia, eh, pero sí es aprovechar esos momentos de mayor energía para darle un empujoncito a lo que uno quiere. Es como plantar una semilla en tierra fértil, ¿me entienden?
Empezamos con el 1 de diciembre, que es pa’ abrir el camino. Pura energía fresca, un comienzo limpio. Lo ideal es soplar canela a la entrada de la casa, pa’ atraer la prosperidad y que el movimiento esté a todo dar. ¡Que no se te quede ahí, mae! Ponle ganas y visualízate lleno de bendiciones. Después, el 11 de diciembre, entra la fase de cuarto menguante. Ese día, a limpiar to’ lo que ya no aporta, a soltarse de esas ataduras emocionales y a ordenar la casita. Agua con sal, incienso… lo que funcione pa’ liberar energías viejas.
Pero la joya de la corona es el 12 de diciembre. ¡Uf! Esa fecha levanta polvareda, maquina. Dicen que es un portal energético poderoso, un momento pa’ conectar con tus deseos más profundos. Acá no hay pierde, hazte un buen rato de meditación, cierra los ojos y imagínate viviendo la vida que quieres. Sí, así, bien clarito, sintiendo cada detalle. ¡No te presiones, chunche! Relájate y deja que la energía haga su magia. Luego, tenemos el 24 de diciembre, nochebuena, que es pa’ entregar intenciones al cierre del año. Escribe tus deseos en papeles y quémalos, sin leerlos, pa' que la intención vuele libre.
Después viene el 27 de diciembre, el cuarto creciente, que es pa’ actuar. Ahí es cuando tienes que mover el trasero y empezar a hacer realidad esas ideas. Algo pequeño, algo concreto, ¡dale! Empieza a construir tu futuro. Y finalmente, llegamos al 31 de diciembre, el último día del año, el gran cierre. Este día es pa’ sembrar las semillas del próximo año. Escribe tus metas con bolígrafo rojo, enfocándote en lo que quieres fortalecer: salud, trabajo, amor, ¡to’ lo que te haga feliz! Recuerdo que mi abuela decía: 'pa' que florezca, has de regar'.
Y ojo, maes, que esto no es solo seguir recetas mágicas. Manifestar se trata de tener una actitud consciente, de estar agradecido por lo que tienes y de saber qué es lo que ya no necesitas cargar. Es tomarse un respiro, poner las prioridades en orden y avanzar con fe. La energía de diciembre simplemente facilita ese proceso natural, ese ciclo de cierre y apertura que todos vivimos.
Entonces, dime tú, ¿cuál de estas fechas te parece más poderosa para manifestar tus deseos, y qué ritual crees que podrías incorporar a tu rutina de fin de año para darle un empujón extra a tus metas? ¡Déjame tus comentarios abajo, quiero saber qué piensas!
Este diciembre, igual que todos, viene cargadito de significancia. No es solamente diciembre, es el cierre del año, el momento de hacer limpieza, tanto física como mental. Aquí en Costa Rica, aunque no tengamos las cuatro estaciones, sentimos esa vibra de cambio, de prepararnos para lo que viene. Y sí, astrólogos y gurús espirituales dicen que las fases de la luna de diciembre nos dan una claridad especial, un brío pa’ poner las cosas en orden, diay, ¡qué más queres!
Ahora, vamos al grano, porque sé que a ustedes les gusta lo práctico. Hay unas seis fechas súper especiales en diciembre que pueden amplificar sus intenciones. No es magia, eh, pero sí es aprovechar esos momentos de mayor energía para darle un empujoncito a lo que uno quiere. Es como plantar una semilla en tierra fértil, ¿me entienden?
Empezamos con el 1 de diciembre, que es pa’ abrir el camino. Pura energía fresca, un comienzo limpio. Lo ideal es soplar canela a la entrada de la casa, pa’ atraer la prosperidad y que el movimiento esté a todo dar. ¡Que no se te quede ahí, mae! Ponle ganas y visualízate lleno de bendiciones. Después, el 11 de diciembre, entra la fase de cuarto menguante. Ese día, a limpiar to’ lo que ya no aporta, a soltarse de esas ataduras emocionales y a ordenar la casita. Agua con sal, incienso… lo que funcione pa’ liberar energías viejas.
Pero la joya de la corona es el 12 de diciembre. ¡Uf! Esa fecha levanta polvareda, maquina. Dicen que es un portal energético poderoso, un momento pa’ conectar con tus deseos más profundos. Acá no hay pierde, hazte un buen rato de meditación, cierra los ojos y imagínate viviendo la vida que quieres. Sí, así, bien clarito, sintiendo cada detalle. ¡No te presiones, chunche! Relájate y deja que la energía haga su magia. Luego, tenemos el 24 de diciembre, nochebuena, que es pa’ entregar intenciones al cierre del año. Escribe tus deseos en papeles y quémalos, sin leerlos, pa' que la intención vuele libre.
Después viene el 27 de diciembre, el cuarto creciente, que es pa’ actuar. Ahí es cuando tienes que mover el trasero y empezar a hacer realidad esas ideas. Algo pequeño, algo concreto, ¡dale! Empieza a construir tu futuro. Y finalmente, llegamos al 31 de diciembre, el último día del año, el gran cierre. Este día es pa’ sembrar las semillas del próximo año. Escribe tus metas con bolígrafo rojo, enfocándote en lo que quieres fortalecer: salud, trabajo, amor, ¡to’ lo que te haga feliz! Recuerdo que mi abuela decía: 'pa' que florezca, has de regar'.
Y ojo, maes, que esto no es solo seguir recetas mágicas. Manifestar se trata de tener una actitud consciente, de estar agradecido por lo que tienes y de saber qué es lo que ya no necesitas cargar. Es tomarse un respiro, poner las prioridades en orden y avanzar con fe. La energía de diciembre simplemente facilita ese proceso natural, ese ciclo de cierre y apertura que todos vivimos.
Entonces, dime tú, ¿cuál de estas fechas te parece más poderosa para manifestar tus deseos, y qué ritual crees que podrías incorporar a tu rutina de fin de año para darle un empujón extra a tus metas? ¡Déjame tus comentarios abajo, quiero saber qué piensas!