¡Pero mira tú esto, pura bronca! Resulta que los gringos, pa' variar, han decidido cambiar las reglas del juego en cuanto a la vacuna contra la hepatitis B para los recién nacidos. Sí, leíste bien, la están dejando de recomendar como antes. Un comité de expertos, liderado por Robert F. Kennedy Jr., quien ya sabemos que tiene sus cositas con las vacunas, dio luz verde a este cambio radical que ha dejado a muchos médicos con la boca abierta.
La jugada, aprobada por ocho votos contra tres, pone fin a una política de más de treinta años en Estados Unidos. Antes, todos los bebés recibían la vacuna casi al nacer, como medida preventiva para evitar transmitirle la enfermedad a la madre si estuviera infectada. Era una forma de darle cerito al llanto desde el primer día, ¿me entiendes? Ahora, parece que quieren dejar todo en manos de los padres y unos cuantos doctores que quizás no estén tan convencidos con las vacunas.
Y ojo, porque la nueva norma dice que la vacuna solo se recomendará si la mamá ya sabe que tiene la hepatitis B. Si la prueba sale negativa, pues ahí te toca consultarle al médico si le pinchas la vacuna al bebé o no. ¡Imagínate el rollo! Parece que ahora nos quieren convertir en expertos en inmunología de la noche a la mañana, cuando apenas estamos tratando de digerir la comida del bebé.
Las reacciones no se hicieron esperar, claro. La Academia Americana de Pediatría soltó un comunicado diciendo que esto es “irresponsable y deliberadamente engañoso”. Según ellos, van a aumentar los casos de hepatitis B entre los peques por culpa de esta decisión. Tres miembros del comité también se opusieron, argumentando que no hay ninguna razón sólida para cambiar la recomendación original, así que ahí tienes una buena vara de desacuerdo dentro de la propia comisión.
El Dr. Cody Meissner, uno de los detractores, lanzó una advertencia contundente antes de la votación: “No hacer daño es un imperativo moral. Al cambiar esta recomendación, estamos causando daño”. Suenas duro, doc, pero la verdad es que mucha gente está preocupada. La hepatitis B es una enfermedad muy fea, que ataca el hígado y puede llevar a complicaciones graves como cirrosis o incluso cáncer. No es precisamente un chunche con lo que juegue uno, ¿eh?
Lo que me da más chirria de todo es que este comité, bajo la batuta de Kennedy, está lleno de gente que la comunidad científica ha puesto en entredicho por su poca experiencia o por andar promoviendo ideas que ponen en duda la eficacia de las vacunas. ¡Parece que le están apostando más a las teorías conspirativas que a la ciencia comprobada! Aquí uno empieza a preguntarse quién les paga la cuenta para estar haciendo tanto ruido.
Recordemos que la hepatitis B se transmite por contacto con fluidos corporales, como la sangre y el semen, y puede pasar de madres a hijos durante el parto. Con la antigua recomendación, se evitaban muchísimos casos de transmisión vertical. Ahora, parece que están abriendo la puerta a que más bebés se enfermen, todo por complacer a un grupo de negacionistas que no tienen ni idea de lo que hablan. ¡Es una verdadera torta!
Bueno, dime tú, compa: ¿qué opinas de esta movida? ¿Crees que los padres deberían tener la última palabra sobre la vacunación de sus hijos, aunque eso signifique poner en riesgo su salud? ¿O debería el gobierno seguir imponiendo recomendaciones basadas en evidencia científica, aunque algunos no estén contentos? Déjame saber tu opinión en el foro, ¡quiero leer qué piensa la gente sobre este brete!
La jugada, aprobada por ocho votos contra tres, pone fin a una política de más de treinta años en Estados Unidos. Antes, todos los bebés recibían la vacuna casi al nacer, como medida preventiva para evitar transmitirle la enfermedad a la madre si estuviera infectada. Era una forma de darle cerito al llanto desde el primer día, ¿me entiendes? Ahora, parece que quieren dejar todo en manos de los padres y unos cuantos doctores que quizás no estén tan convencidos con las vacunas.
Y ojo, porque la nueva norma dice que la vacuna solo se recomendará si la mamá ya sabe que tiene la hepatitis B. Si la prueba sale negativa, pues ahí te toca consultarle al médico si le pinchas la vacuna al bebé o no. ¡Imagínate el rollo! Parece que ahora nos quieren convertir en expertos en inmunología de la noche a la mañana, cuando apenas estamos tratando de digerir la comida del bebé.
Las reacciones no se hicieron esperar, claro. La Academia Americana de Pediatría soltó un comunicado diciendo que esto es “irresponsable y deliberadamente engañoso”. Según ellos, van a aumentar los casos de hepatitis B entre los peques por culpa de esta decisión. Tres miembros del comité también se opusieron, argumentando que no hay ninguna razón sólida para cambiar la recomendación original, así que ahí tienes una buena vara de desacuerdo dentro de la propia comisión.
El Dr. Cody Meissner, uno de los detractores, lanzó una advertencia contundente antes de la votación: “No hacer daño es un imperativo moral. Al cambiar esta recomendación, estamos causando daño”. Suenas duro, doc, pero la verdad es que mucha gente está preocupada. La hepatitis B es una enfermedad muy fea, que ataca el hígado y puede llevar a complicaciones graves como cirrosis o incluso cáncer. No es precisamente un chunche con lo que juegue uno, ¿eh?
Lo que me da más chirria de todo es que este comité, bajo la batuta de Kennedy, está lleno de gente que la comunidad científica ha puesto en entredicho por su poca experiencia o por andar promoviendo ideas que ponen en duda la eficacia de las vacunas. ¡Parece que le están apostando más a las teorías conspirativas que a la ciencia comprobada! Aquí uno empieza a preguntarse quién les paga la cuenta para estar haciendo tanto ruido.
Recordemos que la hepatitis B se transmite por contacto con fluidos corporales, como la sangre y el semen, y puede pasar de madres a hijos durante el parto. Con la antigua recomendación, se evitaban muchísimos casos de transmisión vertical. Ahora, parece que están abriendo la puerta a que más bebés se enfermen, todo por complacer a un grupo de negacionistas que no tienen ni idea de lo que hablan. ¡Es una verdadera torta!
Bueno, dime tú, compa: ¿qué opinas de esta movida? ¿Crees que los padres deberían tener la última palabra sobre la vacunación de sus hijos, aunque eso signifique poner en riesgo su salud? ¿O debería el gobierno seguir imponiendo recomendaciones basadas en evidencia científica, aunque algunos no estén contentos? Déjame saber tu opinión en el foro, ¡quiero leer qué piensa la gente sobre este brete!
