¡Pero qué vaina, raza! Resulta que la junta directiva del AyA le puso el freno de mano a la posibilidad de perdonarle la deuda a los cantones de Paraíso y Cartago. Ya se imaginan el rollo… Después de tanta conversación, de ponerle presión al gobierno central, y justo cuando parecía que íbamos a salir de este brete, ¡bam!, nos sacan un jarro de agua fría.
Todo empezó porque el AyA los estaba acusando a los municipios de tener una deuda multimillonaria por el agua. Unos números bien salados, diay. Amenazaron con cortarles el agua a Paraíso, lo cual hubiera dejado varados a más de veinte mil usuarios. Imagínense el revuelo, ¡qué torta!
Por suerte, la Sala Constitucional, esos sí que saben cómo defender los derechos de la gente, metió un recurso de amparo y dijo “alto ahí”. Nadie puede sufrir por culpa de broncas administrativas, así que el servicio de agua tenía que seguir fluyendo mientras se definía el caso. Menos mal que alguien pensó en la gente, porque andar sin agua aquí es un problema de primer mundo.
Para colmo, la Asamblea Legislativa ya había aprobado un proyecto para darle luz verde a la condonación de la deuda. Parecía que todo iba a salir chiva. Pero el presidente ejecutivo del AyA salió a aclarar que la última palabra la tenía la junta directiva. Pues ahora vemos las consecuencias, ¿verdad?
Desde entonces, ha habido varias reuniones entre el AyA y los alcaldes de Paraíso y Cartago buscando una salida al problema. Han estado negociando nuevas formas de cobrar el agua y qué hacer con esas deudas acumuladas desde el 2017 hasta el 2026. La verdad es que parece un chunche complicado de resolver, pero hay que darle crédito a todos los involucrados por seguir intentándolo.
Algunos analistas políticos dicen que esto podría ser parte de una estrategia política mayor, pensando en las próximas elecciones. Que algunos quieren sacar raja de la situación para ganar votos. Otros creen que simplemente hubo un error de cálculo por parte de la junta directiva y que ahora están tratando de arreglar las cosas. Lo cierto es que la incertidumbre sigue volando sobre nuestros cabezas, y eso no le gusta a nadie.
Ahora mismo, la junta directiva está revisando a fondo los temas legales que generaron estas dudas. Dicen que quieren asegurarse de que todo esté perfecto antes de tomar cualquier decisión definitiva. Esperemos que no se alarguen demasiado, porque la paciencia de la gente ya está como el café frío. Esta vara se está poniendo pesada, mándale.
¿Ustedes qué opinan, compas? ¿Creen que al final el AyA va a ceder ante la presión popular y va a perdonar la deuda a estos cantones, o vamos a seguir arrastrando este problema por mucho tiempo? Dejen sus comentarios abajo y cuéntenme qué les parece toda esta movida. ¡Que no haya despiche!
Todo empezó porque el AyA los estaba acusando a los municipios de tener una deuda multimillonaria por el agua. Unos números bien salados, diay. Amenazaron con cortarles el agua a Paraíso, lo cual hubiera dejado varados a más de veinte mil usuarios. Imagínense el revuelo, ¡qué torta!
Por suerte, la Sala Constitucional, esos sí que saben cómo defender los derechos de la gente, metió un recurso de amparo y dijo “alto ahí”. Nadie puede sufrir por culpa de broncas administrativas, así que el servicio de agua tenía que seguir fluyendo mientras se definía el caso. Menos mal que alguien pensó en la gente, porque andar sin agua aquí es un problema de primer mundo.
Para colmo, la Asamblea Legislativa ya había aprobado un proyecto para darle luz verde a la condonación de la deuda. Parecía que todo iba a salir chiva. Pero el presidente ejecutivo del AyA salió a aclarar que la última palabra la tenía la junta directiva. Pues ahora vemos las consecuencias, ¿verdad?
Desde entonces, ha habido varias reuniones entre el AyA y los alcaldes de Paraíso y Cartago buscando una salida al problema. Han estado negociando nuevas formas de cobrar el agua y qué hacer con esas deudas acumuladas desde el 2017 hasta el 2026. La verdad es que parece un chunche complicado de resolver, pero hay que darle crédito a todos los involucrados por seguir intentándolo.
Algunos analistas políticos dicen que esto podría ser parte de una estrategia política mayor, pensando en las próximas elecciones. Que algunos quieren sacar raja de la situación para ganar votos. Otros creen que simplemente hubo un error de cálculo por parte de la junta directiva y que ahora están tratando de arreglar las cosas. Lo cierto es que la incertidumbre sigue volando sobre nuestros cabezas, y eso no le gusta a nadie.
Ahora mismo, la junta directiva está revisando a fondo los temas legales que generaron estas dudas. Dicen que quieren asegurarse de que todo esté perfecto antes de tomar cualquier decisión definitiva. Esperemos que no se alarguen demasiado, porque la paciencia de la gente ya está como el café frío. Esta vara se está poniendo pesada, mándale.
¿Ustedes qué opinan, compas? ¿Creen que al final el AyA va a ceder ante la presión popular y va a perdonar la deuda a estos cantones, o vamos a seguir arrastrando este problema por mucho tiempo? Dejen sus comentarios abajo y cuéntenme qué les parece toda esta movida. ¡Que no haya despiche!
