¡Ay, Dios mío! Parece que la cosa se está poniendo interesante en el mundo tecnológico de Costa Rica. Resulta que los empresarios y los académicos, esos que andan pensando en el futuro del país, han echado andar un buen llamado para impulsar las certificaciones en tecnología, y eso, mi pana, puede cambiarle la vida a muchos jóvenes.
La idea central, y aquí viene lo bueno, es que no todos los jovencitos van a agarrarle la onda a la universidad. Y eso no es malo, ¿eh? Lo que importa es que tengan herramientas para salir adelante. Por eso, proponen abrir espacios para certificaciones en cosas como Inteligencia Artificial, programación y otras actividades tech que están buscando las empresas a rabiar. Como dice Víctor Pérez de Cadexco, “¿pa’ qué mandarlos pa’ la u si les podemos dar un empujón directo pa’ que agarren un brete decente?”
Este llamado surge justo ahora, cuando Costa Rica quiere posicionarse como un centro neurálgico para la industria de semiconductores. ¡Imagínate!, convertirnos en el Silicon Valley tico. Pero claro, pa’ lograrlo necesitamos talento, y mucho. Según Jorge Calderón de la Cámara, “el talento humano es la clave, y si no nos ponemos las pilas ahora, nos van a comer el pastel”. Que alguien le diga al Ministerio de Educación y al INA que hay que espabilarse, ¡ya!
Y aquí es donde entran las universidades, que no se quieren quedar atrás. La Universidad Latina, por ejemplo, ha sacado un portafolio de certificaciones profesionales con el ojo puesto en la demanda del mercado. Hablan de manufactura avanzada, dispositivos médicos, diseño de semiconductores… ¡un montón de vainas interesantes! Van a parar, mi pana, va a estar a todo dar.
Pero no es solo cuestión de aprender a programar. También toca pulir esas habilidades blandas, esas que te ayudan a desenvolverte en el trabajo. Porque llegar a una empresa con conocimientos técnicos, sí, pero sin saber cómo tratar a la gente, es como ir a pescar con una red agujero. Necesitamos chavales bien preparados, con la cabeza clara y el don de gentes. ¡Un capital humano a toda prueba!
Y hablando de preparación, la ULatina anda haciendo conexiones con Procomer, Comex y CINDE, buscando alinear su oferta de cursos con lo que realmente necesita el país. Hasta tienen planes de llevar capacitación a lugares como Grecia y Cartago, ¡pa’ que nadie se quede sin la oportunidad de crecer! Además, están tramando becas, para que hasta el mae más humilde pueda agarrarle la onda a estas nuevas tecnologías.
Lo más chiva de todo es que están armando alianzas con empresas del sector, incluso con la Arizona State University. Esto significa que los estudiantes tendrán acceso a las últimas tecnologías y plataformas, y podrán trabajar en proyectos reales. ¡Eso sí es aprendizaje a carta cabal! El decano Álvaro Solano Mena lo puso clarito: “La academia tiene que ir a la industria, crear ese vínculo directo para que nuestros estudiantes estén listos para el mundo laboral.”
Así que ahí lo tienen, mi pana: un plan ambicioso para transformar a Costa Rica en una potencia tecnológica. Seamos claros, este es un momento histórico, una oportunidad única para darle un giro a la educación y al empleo. Ahora dime tú, ¿crees que Costa Rica tiene el potencial de convertirse en un verdadero hub de innovación en semiconductores y manufactura avanzada, o nos vamos a quedar viendo como pasan la olla?
La idea central, y aquí viene lo bueno, es que no todos los jovencitos van a agarrarle la onda a la universidad. Y eso no es malo, ¿eh? Lo que importa es que tengan herramientas para salir adelante. Por eso, proponen abrir espacios para certificaciones en cosas como Inteligencia Artificial, programación y otras actividades tech que están buscando las empresas a rabiar. Como dice Víctor Pérez de Cadexco, “¿pa’ qué mandarlos pa’ la u si les podemos dar un empujón directo pa’ que agarren un brete decente?”
Este llamado surge justo ahora, cuando Costa Rica quiere posicionarse como un centro neurálgico para la industria de semiconductores. ¡Imagínate!, convertirnos en el Silicon Valley tico. Pero claro, pa’ lograrlo necesitamos talento, y mucho. Según Jorge Calderón de la Cámara, “el talento humano es la clave, y si no nos ponemos las pilas ahora, nos van a comer el pastel”. Que alguien le diga al Ministerio de Educación y al INA que hay que espabilarse, ¡ya!
Y aquí es donde entran las universidades, que no se quieren quedar atrás. La Universidad Latina, por ejemplo, ha sacado un portafolio de certificaciones profesionales con el ojo puesto en la demanda del mercado. Hablan de manufactura avanzada, dispositivos médicos, diseño de semiconductores… ¡un montón de vainas interesantes! Van a parar, mi pana, va a estar a todo dar.
Pero no es solo cuestión de aprender a programar. También toca pulir esas habilidades blandas, esas que te ayudan a desenvolverte en el trabajo. Porque llegar a una empresa con conocimientos técnicos, sí, pero sin saber cómo tratar a la gente, es como ir a pescar con una red agujero. Necesitamos chavales bien preparados, con la cabeza clara y el don de gentes. ¡Un capital humano a toda prueba!
Y hablando de preparación, la ULatina anda haciendo conexiones con Procomer, Comex y CINDE, buscando alinear su oferta de cursos con lo que realmente necesita el país. Hasta tienen planes de llevar capacitación a lugares como Grecia y Cartago, ¡pa’ que nadie se quede sin la oportunidad de crecer! Además, están tramando becas, para que hasta el mae más humilde pueda agarrarle la onda a estas nuevas tecnologías.
Lo más chiva de todo es que están armando alianzas con empresas del sector, incluso con la Arizona State University. Esto significa que los estudiantes tendrán acceso a las últimas tecnologías y plataformas, y podrán trabajar en proyectos reales. ¡Eso sí es aprendizaje a carta cabal! El decano Álvaro Solano Mena lo puso clarito: “La academia tiene que ir a la industria, crear ese vínculo directo para que nuestros estudiantes estén listos para el mundo laboral.”
Así que ahí lo tienen, mi pana: un plan ambicioso para transformar a Costa Rica en una potencia tecnológica. Seamos claros, este es un momento histórico, una oportunidad única para darle un giro a la educación y al empleo. Ahora dime tú, ¿crees que Costa Rica tiene el potencial de convertirse en un verdadero hub de innovación en semiconductores y manufactura avanzada, o nos vamos a quedar viendo como pasan la olla?
