¡Epa, pura vida, compañeros del Foro! El INES y el INE nos soltaron los datos más recientes sobre cuánto sale mantener la familia acá en Costa Rica. Y pa' que no nos llevemos sorpresas, el gasto promedio mensual llegó a los ¢687.005. Sí, leia bien, casi siete billones, mae... ¡Eso sí duele!
Esta cifra, amigos, viene de la famosa Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), que se hace cada cinco años – ahora sí la actualizaron, porque ya hacía rato estábamos en el 2018. Recogieron información de más de 7 mil viviendas, preguntándoles qué compran, qué pagan…todo lo que se va en el brete del día a día. Un trabajo enorme, ¿eh?
Pero ojo, esto es un promedio. Como sabemos, la realidad es diferente dependiendo de dónde vivamos. En las zonas urbanas, el gasto sube a unos ¢746.538, mientras que en las zonas rurales baja a ¢521.430. Una diferencia considerable, vamos. Y ni hablar si comparamos entre regiones: la Central, donde vive gran parte del país, gasta en promedio ¢804.763, mientras que la Huetar Caribe se queda en unos ¢457.068. Esto demuestra que el costo de vivir varía bastante de un lado a otro del país.
Ahora, si miramos los quintiles de ingreso, la cosa se pone aún más clara. El 20% de la población más humilde gasta apenas ¢304.930 al mes. ¡Imagínate, eso no da ni pa' un café diario! Por otro lado, el quintil más rico – el 20% que gana más – se zampa ¢1.359.839. Una brecha económica brutal, que nos obliga a hacernos algunas preguntas serias sobre equidad.
Y hablando de cambios, parece que nuestros hábitos de consumo han evolucionado. Lo que más nos estamos comprando ahora son vehículos (¡ahora sí se pusieron caros!), servicios de internet y celular (que ya son imprescindibles, diay), cuidado personal, y alquilar casitas. Antes era más común comprar, ahora rentamos, que es la onda. También han crecido los gastos en salud, deportes, jardines para las mascotas, y hasta arreglar la casa. Parece que ya nadie quiere estar aburrido, ¿verdad?
Si analizamos el detalle del gasto, vemos que una buena parte se va en comida fuera del hogar, combustible, servicios de transporte público, carne y pan. Cosas básicas, ¿quién puede prescindir de comer? Pero también nos damos cuenta de que un porcentaje importante se va en cosas que podríamos reducir, como los planes celulares súper cargados o las suscripciones a plataformas de streaming que nunca usamos. Bueno, cada quien decide dónde quiere destinar su plata.
Lo interesante es ver cómo estos cambios reflejan la realidad actual. Más gente trabajando desde casa significa más gasto en internet y electricidad. Mayor conciencia sobre el bienestar implica más inversión en cuidado personal y actividades recreativas. Y la dificultad para acceder a la vivienda propia empuja a muchos a rentar, aun cuando prefieran tener su propio techo. En fin, la economía está cambiando constantemente y nosotros tenemos que adaptarnos.
En resumen, el presupuesto familiar ha cambiado bastante en los últimos años, con nuevos gastos emergiendo y viejos hábitos transformándose. Ahora, me pregunto: ¿Ustedes sienten que sus gastos mensuales se parecen a estos promedios? ¿Qué cosas creen que podrían recortar para aliviar un poquito el bolsillo?
Esta cifra, amigos, viene de la famosa Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), que se hace cada cinco años – ahora sí la actualizaron, porque ya hacía rato estábamos en el 2018. Recogieron información de más de 7 mil viviendas, preguntándoles qué compran, qué pagan…todo lo que se va en el brete del día a día. Un trabajo enorme, ¿eh?
Pero ojo, esto es un promedio. Como sabemos, la realidad es diferente dependiendo de dónde vivamos. En las zonas urbanas, el gasto sube a unos ¢746.538, mientras que en las zonas rurales baja a ¢521.430. Una diferencia considerable, vamos. Y ni hablar si comparamos entre regiones: la Central, donde vive gran parte del país, gasta en promedio ¢804.763, mientras que la Huetar Caribe se queda en unos ¢457.068. Esto demuestra que el costo de vivir varía bastante de un lado a otro del país.
Ahora, si miramos los quintiles de ingreso, la cosa se pone aún más clara. El 20% de la población más humilde gasta apenas ¢304.930 al mes. ¡Imagínate, eso no da ni pa' un café diario! Por otro lado, el quintil más rico – el 20% que gana más – se zampa ¢1.359.839. Una brecha económica brutal, que nos obliga a hacernos algunas preguntas serias sobre equidad.
Y hablando de cambios, parece que nuestros hábitos de consumo han evolucionado. Lo que más nos estamos comprando ahora son vehículos (¡ahora sí se pusieron caros!), servicios de internet y celular (que ya son imprescindibles, diay), cuidado personal, y alquilar casitas. Antes era más común comprar, ahora rentamos, que es la onda. También han crecido los gastos en salud, deportes, jardines para las mascotas, y hasta arreglar la casa. Parece que ya nadie quiere estar aburrido, ¿verdad?
Si analizamos el detalle del gasto, vemos que una buena parte se va en comida fuera del hogar, combustible, servicios de transporte público, carne y pan. Cosas básicas, ¿quién puede prescindir de comer? Pero también nos damos cuenta de que un porcentaje importante se va en cosas que podríamos reducir, como los planes celulares súper cargados o las suscripciones a plataformas de streaming que nunca usamos. Bueno, cada quien decide dónde quiere destinar su plata.
Lo interesante es ver cómo estos cambios reflejan la realidad actual. Más gente trabajando desde casa significa más gasto en internet y electricidad. Mayor conciencia sobre el bienestar implica más inversión en cuidado personal y actividades recreativas. Y la dificultad para acceder a la vivienda propia empuja a muchos a rentar, aun cuando prefieran tener su propio techo. En fin, la economía está cambiando constantemente y nosotros tenemos que adaptarnos.
En resumen, el presupuesto familiar ha cambiado bastante en los últimos años, con nuevos gastos emergiendo y viejos hábitos transformándose. Ahora, me pregunto: ¿Ustedes sienten que sus gastos mensuales se parecen a estos promedios? ¿Qué cosas creen que podrían recortar para aliviar un poquito el bolsillo?