¡Ay, Dios mío, qué movida la que vivimos este domingo en San José! Uno pensaba que iba a disfrutar de un bruncho tranquilo, pero no, ahí llegó la marea rodrigusta encabezada por Laura Fernández y Don Francisco Gamboa. Se armó un pitazo monumental, banderas por todos lados... ¡parecía partido de fútbol, pero de política!
El Partido Pueblo Soberano (PPSO), buscando revivir ese brío que tuvo el gobierno de Chaves, sacó toda la artillería pesada. Desde Pavas hasta el Paseo Colón, la caravana barrió los barrios más populares, tratando de convencer a la gente de que la continuidad es el camino. Imagínate, le pusieron ganas, mae; parecían que iban a ganar el mundial.
Fernández, con esa labia que le caracteriza, no paró de arengar a la gente. Intentaba quitarle importancia a los problemas, eso sí, pero la verdad es que salió con unas cosas que te dejan pensando. Dijo que el cariño en las calles es ‘enorme’, claro, porque estaban todos sus seguidores gritándole. Pero la cosa es que la oposición anda mordiéndose las uñas, viendo cómo se les complica la situación.
Y ahí vino lo jugoso, pues. En medio de tanta algarabía, la candidata desempolvó los proyectos estrella que nunca lograron despegar durante el gobierno de Chaves: Ciudad Gobierno y la Marina de Limón. Les echó tierra y pedregales, prometiendo que ahora sí van a hacerlos realidad. ¡Como si fuera tan fácil, fiu! Ya sabemos cómo andan las cosas por acá con los trámites y la burocracia.
Pero lo que realmente levantó ampollas fue la promesa de vender el Banco de Costa Rica (BCR) y Bicsa. ¡Imagínate!, meterle mano al patrimonio de los trabajadores. Dicen que quieren inyectarle ese dinero al IVM de la CCSS, pero la gente está escéptica. Ya hemos visto muchas veces cómo esas promesas terminan siendo humo, ¿verdad, mae?
Analizando la cosa, parece que Fernández está apostando a la polarización. Se presenta como la única salvadora, la que puede rescatar a Costa Rica del apuro. Pintando a los otros candidatos como unos detractores que no quieren dejar avanzar al país. Un clásico recurso político, pues… bueno, ya saben, nadie inventa la rueda.
Esta caravana es como el banderazo de salida para una campaña que pinta bien intensa. Van a estar debatiendo sobre la venta de activos estatales, la obra pública y un montón de otras varas que van a poner a la gente a pelear. Parece que vamos a tener semanas de pura controversia, así que prepárense para tomar café cargao y aguantar la tensión.
En fin, entre tanto pitazo y promesa, me pregunto: ¿Realmente creen que la venta de activos estatales es la solución a los problemas de la seguridad social, o es solo una medida desesperada para aparentar?, ¡diganme qué piensan ustedes en los comentarios!
El Partido Pueblo Soberano (PPSO), buscando revivir ese brío que tuvo el gobierno de Chaves, sacó toda la artillería pesada. Desde Pavas hasta el Paseo Colón, la caravana barrió los barrios más populares, tratando de convencer a la gente de que la continuidad es el camino. Imagínate, le pusieron ganas, mae; parecían que iban a ganar el mundial.
Fernández, con esa labia que le caracteriza, no paró de arengar a la gente. Intentaba quitarle importancia a los problemas, eso sí, pero la verdad es que salió con unas cosas que te dejan pensando. Dijo que el cariño en las calles es ‘enorme’, claro, porque estaban todos sus seguidores gritándole. Pero la cosa es que la oposición anda mordiéndose las uñas, viendo cómo se les complica la situación.
Y ahí vino lo jugoso, pues. En medio de tanta algarabía, la candidata desempolvó los proyectos estrella que nunca lograron despegar durante el gobierno de Chaves: Ciudad Gobierno y la Marina de Limón. Les echó tierra y pedregales, prometiendo que ahora sí van a hacerlos realidad. ¡Como si fuera tan fácil, fiu! Ya sabemos cómo andan las cosas por acá con los trámites y la burocracia.
Pero lo que realmente levantó ampollas fue la promesa de vender el Banco de Costa Rica (BCR) y Bicsa. ¡Imagínate!, meterle mano al patrimonio de los trabajadores. Dicen que quieren inyectarle ese dinero al IVM de la CCSS, pero la gente está escéptica. Ya hemos visto muchas veces cómo esas promesas terminan siendo humo, ¿verdad, mae?
Analizando la cosa, parece que Fernández está apostando a la polarización. Se presenta como la única salvadora, la que puede rescatar a Costa Rica del apuro. Pintando a los otros candidatos como unos detractores que no quieren dejar avanzar al país. Un clásico recurso político, pues… bueno, ya saben, nadie inventa la rueda.
Esta caravana es como el banderazo de salida para una campaña que pinta bien intensa. Van a estar debatiendo sobre la venta de activos estatales, la obra pública y un montón de otras varas que van a poner a la gente a pelear. Parece que vamos a tener semanas de pura controversia, así que prepárense para tomar café cargao y aguantar la tensión.
En fin, entre tanto pitazo y promesa, me pregunto: ¿Realmente creen que la venta de activos estatales es la solución a los problemas de la seguridad social, o es solo una medida desesperada para aparentar?, ¡diganme qué piensan ustedes en los comentarios!