¡Ay, Dios mío, qué alivio! Después de tanto chisme y especulación, Hacienda finalmente soltó la bomba: el aguinaldo del sector público se pagará el viernes 5 de diciembre de 2025. Ya podemos empezar a soñar con esas vacaciones, comprarle cositas a los pajaritos o, bueno, pagar unas deudas pendientes que siempre andan rondando, ¿quién sabe?
La bola mueve unos ¢168.324 millones, suficiente para inyectarle un buen chunche de alegría a ministerios, la Asamblea, el TSE, la Contraloría, la Defensoría… básicamente, a toda la planilla pública y a los jubilados que dependen del erario. Es decir, muchísima gente va a sentir ese dinerito en la cuenta bancaria.
Pero ojo, chavón, que esto no es un milagro caído del cielo. Forma parte del presupuesto nacional, programado desde antes. No es que Hacienda se acordó ahora, sino que simplemente están cumpliendo con lo establecido. Así que no nos hagamos ilusiones de que van a regalar el oro, aunque con estos tiempos, cualquiera agradece un ayudín.
Recordemos para los más despistados, que el aguinaldo es una ley, una obligación que tienen las instituciones públicas de cancelar entre el primero y el veinte de diciembre. No es un favor, es un derecho, y sirve para reconocer el brete que hemos aguantado todo el año y, claro, para echarse unos pesos extras en las fiestas decembrinas, porque díganlo como sea, la Navidad sí que sale cara.
Ahora, la fórmula es sencilla, pero hay que prestarle atención. Se toma el salario bruto de los últimos doce meses, incluyendo todos los pluses, incentivos y recargos normales. Pero tranquilos, no cuentan los viáticos, subsidios raritos ni esos pagos extraordinarios que te dan una ilusión momentánea. La operación matemática es simple: (suma de salarios brutos entre diciembre y noviembre) dividido entre 12. Y si entraste a trabajar a mitad de camino, te pagan proporcionalmente a los meses que laburaste, eso sí, bien clarito.
Aquí viene la parte importante, mi clave: revisen sus colillas de pago. Revisen bien, con lupa si quieren, que todo esté cuadrado. Verifiquen que los aumentos salariales se hayan aplicado correctamenete, que los pluses estén ahí, y que no haya habido ningún periodo raro donde no les hayan metido el salario completo. Porque luego, cuando llegue el día del depósito, si hay algo mal, corrección difícil... hay que ir corriendo a recursos humanos y armar un relajo.
Y hablando de plata, aunque esto aplica para nosotros los servidores públicos, no olvidemos que el sector privado también tiene la obligación legal de pagar el aguinaldo antes del 20 de diciembre. El cálculo es más o menos igual, así que si quieres saber cuánto te tocará, puedes hasta usar las mismas herramientas que Hacienda publicó. Hay varias calculadoras online que te ayudan a tener una idea aproximada, sobre todo si tus ingresos fueron variables a lo largo del año.
En fin, parece que este año tendremos un poco más de motivos para celebrar las fiestas decembrinas. Pero recuerden, mae, que el aguinaldo no es para gastar a lo loco. Planifiquen bien, eviten deudas innecesarias y, sobre todo, disfruten de estas fechas con sus seres queridos. Ahora dime, ¿ya estás pensando en qué vas a hacer con tu aguinaldo o todavía te emociona más encontrar ofertas de última hora para Navidad?
La bola mueve unos ¢168.324 millones, suficiente para inyectarle un buen chunche de alegría a ministerios, la Asamblea, el TSE, la Contraloría, la Defensoría… básicamente, a toda la planilla pública y a los jubilados que dependen del erario. Es decir, muchísima gente va a sentir ese dinerito en la cuenta bancaria.
Pero ojo, chavón, que esto no es un milagro caído del cielo. Forma parte del presupuesto nacional, programado desde antes. No es que Hacienda se acordó ahora, sino que simplemente están cumpliendo con lo establecido. Así que no nos hagamos ilusiones de que van a regalar el oro, aunque con estos tiempos, cualquiera agradece un ayudín.
Recordemos para los más despistados, que el aguinaldo es una ley, una obligación que tienen las instituciones públicas de cancelar entre el primero y el veinte de diciembre. No es un favor, es un derecho, y sirve para reconocer el brete que hemos aguantado todo el año y, claro, para echarse unos pesos extras en las fiestas decembrinas, porque díganlo como sea, la Navidad sí que sale cara.
Ahora, la fórmula es sencilla, pero hay que prestarle atención. Se toma el salario bruto de los últimos doce meses, incluyendo todos los pluses, incentivos y recargos normales. Pero tranquilos, no cuentan los viáticos, subsidios raritos ni esos pagos extraordinarios que te dan una ilusión momentánea. La operación matemática es simple: (suma de salarios brutos entre diciembre y noviembre) dividido entre 12. Y si entraste a trabajar a mitad de camino, te pagan proporcionalmente a los meses que laburaste, eso sí, bien clarito.
Aquí viene la parte importante, mi clave: revisen sus colillas de pago. Revisen bien, con lupa si quieren, que todo esté cuadrado. Verifiquen que los aumentos salariales se hayan aplicado correctamenete, que los pluses estén ahí, y que no haya habido ningún periodo raro donde no les hayan metido el salario completo. Porque luego, cuando llegue el día del depósito, si hay algo mal, corrección difícil... hay que ir corriendo a recursos humanos y armar un relajo.
Y hablando de plata, aunque esto aplica para nosotros los servidores públicos, no olvidemos que el sector privado también tiene la obligación legal de pagar el aguinaldo antes del 20 de diciembre. El cálculo es más o menos igual, así que si quieres saber cuánto te tocará, puedes hasta usar las mismas herramientas que Hacienda publicó. Hay varias calculadoras online que te ayudan a tener una idea aproximada, sobre todo si tus ingresos fueron variables a lo largo del año.
En fin, parece que este año tendremos un poco más de motivos para celebrar las fiestas decembrinas. Pero recuerden, mae, que el aguinaldo no es para gastar a lo loco. Planifiquen bien, eviten deudas innecesarias y, sobre todo, disfruten de estas fechas con sus seres queridos. Ahora dime, ¿ya estás pensando en qué vas a hacer con tu aguinaldo o todavía te emociona más encontrar ofertas de última hora para Navidad?
