¡Ay, Dios mío! Se armó un desmadre en Alajuelita que te va a tocar el corazón. Ayer por la mañana, la tranquilidad de Santa Marta se rompió en pedazos con el macabro descubrimiento de Toño Badilla y Mauren Molina, dueños del querido restaurante Finca Lajas Donde Toño. Una pareja que todos conocíamos, siempre alegres y dispuestos a recibirnos con los brazos abiertos, aparecieron sin vida dentro de su propia casa. ¡Qué sal!
Según nos cuentan, una empleada llegó temprano para abrir el restaurante y se topó con la terrible escena. Se pudo haber espantado, pero rápidamente avisó a las autoridades. El OIJ acordonó toda la zona y ahí siguen trabajando, buscando pistas para entender qué pasó exactamente. Desde el principio, descartaron cualquier robo porque, aparentemente, nada faltaba en la propiedad. ¡Esto pinta feo, pura trama!
Toño, don Antonio Badilla, tenía ochenta añitos y Mauren, Doña Mauren Molina, sesenta y cinco. Ambos eran figuras emblemáticas de la comunidad. No solo porque tenían el restaurante más rifado de la zona, donde la comida casera sabe a gloria, sino también porque siempre estaban metidos en actividades vecinales y apoyando a quien lo necesitaba. Les gustaba andar por los alrededores, organizar paseos para los niños y hasta tenían clases de yoga en la finca los fines de semana. Eran gente sencilla, trabajadora y con un corazón enorme.
Las primeras investigaciones apuntan a que ambos recibieron puñaladas con un arma blanca. Imagínate la sorpresa y el miedo que debe haber sentido la muchacha que entró a la casa y se topó con eso. Los peritos forenses ya recogieron todas las evidencias y ahora toca esperar los resultados de la autopsia para tener claridad sobre la hora exacta de la muerte y otros detalles clave. El OIJ no está dejando piedra sobre piedra para resolver este caso lo más pronto posible.
Y claro, la comunidad está desconsolada. Todos hablan de ellos con mucho cariño, recordando anécdotas y momentos compartidos en la finca. “No tienen ni idea de lo queridos que eran”, me decía doña Rosa, una vecina cercana. “Siempre ayudaban a cualquiera, organizaban rifas para recaudar fondos para la iglesia… ¡Es inimaginable que les haya pasado esto!”
Ahora, la pregunta que todos se hacen es: ¿quién pudo hacerle esto a una pareja tan buena? Las autoridades están revisando todos los antecedentes, entrevistando a familiares, amigos y vecinos, buscando algún indicio que pueda llevarlos al culpable. Dicen que ya están investigando a varias personas, pero por ahora no quieren soltar prenda para no entorpecer la investigación. ¡Esperemos que den con el responsable pronto y que pague por este crimen atroz!
En medio de tanta tristeza y angustia, no podemos dejar pasar la oportunidad de recordar lo lindo que era Finca Lajas Donde Toño. Era un refugio, un lugar donde la gente podía conectarse con la naturaleza, disfrutar de una buena comida y compartir momentos agradables. Ahora, la finca permanece cerrada y se respira un ambiente de luto y preocupación. Muchos se preguntan si volverá a ser el mismo después de esta tragedia. Imagínate, se siente como si te hubieran quitado un pedazo de hogar, una vara importante de nuestra comunidad.
Es un momento triste para Alajuelita, para Costa Rica entera. Que las autoridades hagan lo correcto, que encuentren al responsable y que la memoria de Don Toño y Doña Mauren descanse en paz. Pero, ¿ustedes creen que este tipo de tragedias podría prevenirse fortaleciendo la seguridad en zonas rurales o hay factores más profundos que debemos abordar como sociedad?
Según nos cuentan, una empleada llegó temprano para abrir el restaurante y se topó con la terrible escena. Se pudo haber espantado, pero rápidamente avisó a las autoridades. El OIJ acordonó toda la zona y ahí siguen trabajando, buscando pistas para entender qué pasó exactamente. Desde el principio, descartaron cualquier robo porque, aparentemente, nada faltaba en la propiedad. ¡Esto pinta feo, pura trama!
Toño, don Antonio Badilla, tenía ochenta añitos y Mauren, Doña Mauren Molina, sesenta y cinco. Ambos eran figuras emblemáticas de la comunidad. No solo porque tenían el restaurante más rifado de la zona, donde la comida casera sabe a gloria, sino también porque siempre estaban metidos en actividades vecinales y apoyando a quien lo necesitaba. Les gustaba andar por los alrededores, organizar paseos para los niños y hasta tenían clases de yoga en la finca los fines de semana. Eran gente sencilla, trabajadora y con un corazón enorme.
Las primeras investigaciones apuntan a que ambos recibieron puñaladas con un arma blanca. Imagínate la sorpresa y el miedo que debe haber sentido la muchacha que entró a la casa y se topó con eso. Los peritos forenses ya recogieron todas las evidencias y ahora toca esperar los resultados de la autopsia para tener claridad sobre la hora exacta de la muerte y otros detalles clave. El OIJ no está dejando piedra sobre piedra para resolver este caso lo más pronto posible.
Y claro, la comunidad está desconsolada. Todos hablan de ellos con mucho cariño, recordando anécdotas y momentos compartidos en la finca. “No tienen ni idea de lo queridos que eran”, me decía doña Rosa, una vecina cercana. “Siempre ayudaban a cualquiera, organizaban rifas para recaudar fondos para la iglesia… ¡Es inimaginable que les haya pasado esto!”
Ahora, la pregunta que todos se hacen es: ¿quién pudo hacerle esto a una pareja tan buena? Las autoridades están revisando todos los antecedentes, entrevistando a familiares, amigos y vecinos, buscando algún indicio que pueda llevarlos al culpable. Dicen que ya están investigando a varias personas, pero por ahora no quieren soltar prenda para no entorpecer la investigación. ¡Esperemos que den con el responsable pronto y que pague por este crimen atroz!
En medio de tanta tristeza y angustia, no podemos dejar pasar la oportunidad de recordar lo lindo que era Finca Lajas Donde Toño. Era un refugio, un lugar donde la gente podía conectarse con la naturaleza, disfrutar de una buena comida y compartir momentos agradables. Ahora, la finca permanece cerrada y se respira un ambiente de luto y preocupación. Muchos se preguntan si volverá a ser el mismo después de esta tragedia. Imagínate, se siente como si te hubieran quitado un pedazo de hogar, una vara importante de nuestra comunidad.
Es un momento triste para Alajuelita, para Costa Rica entera. Que las autoridades hagan lo correcto, que encuentren al responsable y que la memoria de Don Toño y Doña Mauren descanse en paz. Pero, ¿ustedes creen que este tipo de tragedias podría prevenirse fortaleciendo la seguridad en zonas rurales o hay factores más profundos que debemos abordar como sociedad?