¡Ay, Dios mío! El ambiente político está que arde, pura candela. Con la celebración del Día de la Abolición del Ejército, parece que la pelea entre Álvaro Ramos y Laura Fernández se intensificó. Ella soltó unas verdades como cuchillos, acusándolo a él y al PLN de tener un "ejército de corruptos", y ahora él le respondió, sacando a relucir un poquito de historia nacional para apagar el fuego.
Para refrescarles la memoria a los más jóvenes, el 1 de diciembre celebramos la abolición del ejército en Costa Rica, un hito importantísimo que nos distingue a nivel mundial. Fue allá por 1948, cuando Don José Figueres Olsen, con visión de futuro, decidió que el camino hacia el progreso pasaba por la educación, la salud y la seguridad social, y no por los tanques y las balas. Un decisión histórica, diay.
Fernández, desde sus redes sociales, lanzó la bomba diciendo que “ahora toca abolir el ejército de corruptos del PLN”. Una frase dura, sin duda, que encendió las redes y puso a muchos a pensar qué quiso decir exactamente con eso. Algunos dicen que era un ataque directo a algunos personajes cuestionados dentro del partido liberacionista, otros que simplemente quería movilizar a su base política y demostrarle a todos que ella va con ganas de cambiar las cosas. La verdad, ¿quién sabe?
Pero ahí entró Ramos, con una respuesta que tocó fibras sensibles en muchos costarricenses. Recordó que “hace 77 años Costa Rica eligió la paz, no el odio ni las amenazas”. Palabras fuertes, especialmente considerando el clima polarizado que vivimos actualmente. Parecía que estaba llamando a la calma, pidiendo un poco de cordura en medio de tanta agresividad verbal.
Y vaya que necesitamos cordura, chunches. Se siente tensión en el aire, se escuchan discursos violentos en las campañas políticas, y la gente anda preocupada porque nadie quiere volver a tiempos oscuros. El mae Ramos, con su respuesta, intentó recordarnos de dónde venimos y cuáles deberían ser nuestros valores fundamentales: la convivencia pacífica, el respeto mutuo y la búsqueda del bien común. Esa sí que es pura vara.
Más allá de la pelea entre ambos candidatos, lo importante es reflexionar sobre lo que significa realmente la abolición del ejército para nosotros los costarricenses. No es solo una fecha en el calendario, es un compromiso constante con la paz, la justicia y el desarrollo sostenible. Es una forma de vida, una filosofía que debemos defender a capa y espada, especialmente cuando vemos cómo el mundo se derrumba a nuestro alrededor.
La reacción de la gente en redes sociales ha sido variada, claro. Algunos aplaudieron la serenidad de Ramos, mientras que otros criticaron que no se haya atrevido a contraatacar con la misma dureza. Otros, directamente, usaron memes y videos graciosos para burlarse de la situación. Como siempre, internet es un circo, diay. Pero en medio de tanto ruido, vale la pena detenerse un momento a analizar lo que está pasando y preguntarnos si estamos construyendo el país que queremos dejarle a nuestros hijos.
En fin, este brete nos deja pensando... ¿Cree usted que la retórica agresiva en la política actual pone en riesgo los valores de paz y diálogo que definen a Costa Rica, o es solo parte del juego democrático? ¿Y cómo podemos fortalecer nuestra cultura de paz en un mundo cada vez más conflictivo? ¡Déjeme su opinión en los comentarios!
Para refrescarles la memoria a los más jóvenes, el 1 de diciembre celebramos la abolición del ejército en Costa Rica, un hito importantísimo que nos distingue a nivel mundial. Fue allá por 1948, cuando Don José Figueres Olsen, con visión de futuro, decidió que el camino hacia el progreso pasaba por la educación, la salud y la seguridad social, y no por los tanques y las balas. Un decisión histórica, diay.
Fernández, desde sus redes sociales, lanzó la bomba diciendo que “ahora toca abolir el ejército de corruptos del PLN”. Una frase dura, sin duda, que encendió las redes y puso a muchos a pensar qué quiso decir exactamente con eso. Algunos dicen que era un ataque directo a algunos personajes cuestionados dentro del partido liberacionista, otros que simplemente quería movilizar a su base política y demostrarle a todos que ella va con ganas de cambiar las cosas. La verdad, ¿quién sabe?
Pero ahí entró Ramos, con una respuesta que tocó fibras sensibles en muchos costarricenses. Recordó que “hace 77 años Costa Rica eligió la paz, no el odio ni las amenazas”. Palabras fuertes, especialmente considerando el clima polarizado que vivimos actualmente. Parecía que estaba llamando a la calma, pidiendo un poco de cordura en medio de tanta agresividad verbal.
Y vaya que necesitamos cordura, chunches. Se siente tensión en el aire, se escuchan discursos violentos en las campañas políticas, y la gente anda preocupada porque nadie quiere volver a tiempos oscuros. El mae Ramos, con su respuesta, intentó recordarnos de dónde venimos y cuáles deberían ser nuestros valores fundamentales: la convivencia pacífica, el respeto mutuo y la búsqueda del bien común. Esa sí que es pura vara.
Más allá de la pelea entre ambos candidatos, lo importante es reflexionar sobre lo que significa realmente la abolición del ejército para nosotros los costarricenses. No es solo una fecha en el calendario, es un compromiso constante con la paz, la justicia y el desarrollo sostenible. Es una forma de vida, una filosofía que debemos defender a capa y espada, especialmente cuando vemos cómo el mundo se derrumba a nuestro alrededor.
La reacción de la gente en redes sociales ha sido variada, claro. Algunos aplaudieron la serenidad de Ramos, mientras que otros criticaron que no se haya atrevido a contraatacar con la misma dureza. Otros, directamente, usaron memes y videos graciosos para burlarse de la situación. Como siempre, internet es un circo, diay. Pero en medio de tanto ruido, vale la pena detenerse un momento a analizar lo que está pasando y preguntarnos si estamos construyendo el país que queremos dejarle a nuestros hijos.
En fin, este brete nos deja pensando... ¿Cree usted que la retórica agresiva en la política actual pone en riesgo los valores de paz y diálogo que definen a Costa Rica, o es solo parte del juego democrático? ¿Y cómo podemos fortalecer nuestra cultura de paz en un mundo cada vez más conflictivo? ¡Déjeme su opinión en los comentarios!
