¡Ay, Dios mío! Quién lo iba a decir… Arabia Saudita, sí, esos mismos que hasta hace poco eran conocidos por otras cosas, ahora se están tragando Electronic Arts (EA). Esto, mis panas, es un temblorazo que ha sacudido toda la industria de los videojuegos, desde San José hasta Tokio. Imagínense: Los Sims, Battlefield, FIFA… ¡todo en manos de unos jeques!
Para entender qué onda este movidón, hay que echarle ojo al plan ‘Visión 2030’ de Mohammed bin Salman. El tipo quiere modernizar su país, dejar atrás la obsesión por el petróleo y convertirse en un power player global. ¿Y cómo lo hacen? Invirtiendo a lo loco en todo: turismo, tecnología, y, claro, entretención. Ya tienen pedazos buenos de Activision Blizzard, Nintendo y Take-Two Interactive, así que esto de EA es solo la cereza del pastel.
El acuerdo es millonario, vamos. Unos 55 mil millones de dólares, pa' que se hagan una idea. El Public Investment Fund (PIF), que es el banco personal del rey, lideró la compra junto con unos socios más. Parece que el PIF quiere convertir a Arabia Saudita en el nuevo Silicon Valley del gaming, un lugar donde diseñadores, programadores y jugadores de todo el mundo puedan venir a crear y competir. Suena chivo, ¿verdad?
Pero no todo es color de rosa, mis panas. Hay mucho ruido alrededor de esto. Organismos de derechos humanos están gritando 'sportswashing' y 'entertainment washing'. Dicen que Arabia Saudita está utilizando estos proyectos para lavar su imagen pública, para distraer la atención de sus problemas internos, como esas penas de muerte injustas y la falta de libertades civiles. Recordemos el caso de Newcastle United, el club de fútbol inglés que también cayó en sus manos. Fue un escándalo internacional.
Es que si le preguntas al príncipe, él te dirá que es pura inversión, que quieren crecer económicamente y traer progreso a su pueblo. Inclusive, bromeó diciendo que si el ‘sportswashing’ les da un punto porcentual extra al Producto Interno Bruto (PIB), pues seguirán haciéndolo. Ese mae tiene labia, no hay que negarlo.
Más allá del debate ético, hay que preguntarnos qué significa esto para nosotros, los gamers ticos. ¿Veremos cambios en nuestros juegos favoritos? ¿Se volverán más orientados a mercados árabes? ¿Habrá más contenido cultural árabe en los videojuegos? Algunos expertos dicen que EA podría enfocarse aún más en microtransacciones y modelos de negocio agresivos, buscando maximizar las ganancias a toda costa. Otros creen que podrían invertir más en innovación y nuevas tecnologías, impulsando la creatividad en la industria.
Lo cierto es que Arabia Saudita está jugando un juego muy serio. Están invirtiendo en fútbol, golf, cine, y ahora videojuegos, tratando de construir una imagen de país moderno y atractivo. Quieren ser vistos como líderes globales en entretenimiento, capaces de influenciar tendencias y moldear la opinión pública. No es solo dinero, es poder blando, amigos. Es intentar controlar la narrativa y proyectar una imagen positiva a nivel mundial.
Así que ahí tenemos la cosa: Arabia Saudita, dueña de EA. Un cambio radical en la industria del videojuego con implicaciones políticas, económicas y culturales. Ahora, díganme ustedes, ¿creen que esta compra de EA representa una oportunidad para el desarrollo de la industria de videojuegos en Costa Rica, o simplemente es otro ejemplo de cómo el dinero puede corromper la cultura y los valores? Dejen sus opiniones abajo, ¡quiero saber qué piensan ustedes!
Para entender qué onda este movidón, hay que echarle ojo al plan ‘Visión 2030’ de Mohammed bin Salman. El tipo quiere modernizar su país, dejar atrás la obsesión por el petróleo y convertirse en un power player global. ¿Y cómo lo hacen? Invirtiendo a lo loco en todo: turismo, tecnología, y, claro, entretención. Ya tienen pedazos buenos de Activision Blizzard, Nintendo y Take-Two Interactive, así que esto de EA es solo la cereza del pastel.
El acuerdo es millonario, vamos. Unos 55 mil millones de dólares, pa' que se hagan una idea. El Public Investment Fund (PIF), que es el banco personal del rey, lideró la compra junto con unos socios más. Parece que el PIF quiere convertir a Arabia Saudita en el nuevo Silicon Valley del gaming, un lugar donde diseñadores, programadores y jugadores de todo el mundo puedan venir a crear y competir. Suena chivo, ¿verdad?
Pero no todo es color de rosa, mis panas. Hay mucho ruido alrededor de esto. Organismos de derechos humanos están gritando 'sportswashing' y 'entertainment washing'. Dicen que Arabia Saudita está utilizando estos proyectos para lavar su imagen pública, para distraer la atención de sus problemas internos, como esas penas de muerte injustas y la falta de libertades civiles. Recordemos el caso de Newcastle United, el club de fútbol inglés que también cayó en sus manos. Fue un escándalo internacional.
Es que si le preguntas al príncipe, él te dirá que es pura inversión, que quieren crecer económicamente y traer progreso a su pueblo. Inclusive, bromeó diciendo que si el ‘sportswashing’ les da un punto porcentual extra al Producto Interno Bruto (PIB), pues seguirán haciéndolo. Ese mae tiene labia, no hay que negarlo.
Más allá del debate ético, hay que preguntarnos qué significa esto para nosotros, los gamers ticos. ¿Veremos cambios en nuestros juegos favoritos? ¿Se volverán más orientados a mercados árabes? ¿Habrá más contenido cultural árabe en los videojuegos? Algunos expertos dicen que EA podría enfocarse aún más en microtransacciones y modelos de negocio agresivos, buscando maximizar las ganancias a toda costa. Otros creen que podrían invertir más en innovación y nuevas tecnologías, impulsando la creatividad en la industria.
Lo cierto es que Arabia Saudita está jugando un juego muy serio. Están invirtiendo en fútbol, golf, cine, y ahora videojuegos, tratando de construir una imagen de país moderno y atractivo. Quieren ser vistos como líderes globales en entretenimiento, capaces de influenciar tendencias y moldear la opinión pública. No es solo dinero, es poder blando, amigos. Es intentar controlar la narrativa y proyectar una imagen positiva a nivel mundial.
Así que ahí tenemos la cosa: Arabia Saudita, dueña de EA. Un cambio radical en la industria del videojuego con implicaciones políticas, económicas y culturales. Ahora, díganme ustedes, ¿creen que esta compra de EA representa una oportunidad para el desarrollo de la industria de videojuegos en Costa Rica, o simplemente es otro ejemplo de cómo el dinero puede corromper la cultura y los valores? Dejen sus opiniones abajo, ¡quiero saber qué piensan ustedes!
