Bueno, pues ya cerramos ciclo. La Asamblea Legislativa colgó el cartel de “cerrado” al finalizar las sesiones ordinarias de este año, dejando atrás un periodo que empezó con buen pie el primero de agosto, pero que, sinceramente, tuvo sus altos y bajos. Dicen que lograron aprobar unas 40 leyes, pero ojo, que el camino no fue precisamente un paseo por el parque, ¿me entienden?
Si nos ponemos a analizarlo bien, agosto arrancó con cinco leyes aprobadas, septiembre prácticamente nada –solo dos contaban–, pero octubre vino con toda la fuerza, aprontando unas 33 iniciativas. Un repunte interesante, sí señor, especialmente porque la mayoría de esas leyes salieron a relucir en las últimas dos semanas del mes. Parece que le pusieron turbo para cerrar con broche de oro, o al menos intentándolo.
Y entre tantas cosas que se tramitaron, no podemos olvidarnos de dos presupuestos extraordinarios que fueron clave. Uno, y este es importante, para asegurar que los maestros y profesores del Ministerio de Educación Pública (MEP) reciban sus aguinaldos a tiempo. Ahí sí, tocará ponerle empeño y evitar cualquier problema, porque si hay un sector que merece recibir a tiempo su paga, son estos profesionales. ¡Que no se queden cortos!
Pero no todo fue felicidad, mi gente. También aprobaron un proyecto que endurece las penas por abandono de adultos mayores. Aunque a primera vista suena bien, me pregunto si realmente encarcelar a alguien es la solución. ¿No sería mejor enfocarse en programas de apoyo familiar y prevención? Algo para que los viejitos tengan la tranquilidad de saber que no van a quedar solos a su suerte, diay.
Mientras tanto, el tema de las jornadas laborales siguió siendo un dolor de cabeza, arrastrando consigo una montaña de mociones –más de 2 mil 500 presentaron– y apenas avanzando a paso de tortuga. Seamos honestos, ahí todavía queda mucho por recorrer, y la presión popular no parece disminuir, ¿eh? Al final, le dieron espacio a otras varas, logrando avanzar en 13 iniciativas más en primer debate. Poco a poco, vamos viendo, aunque a veces da la sensación de irnos al traste con tanta burocracia.
Una de las novedades más comentadas de este período fue la aprobación, en tan solo 20 días, de la polémica ley de allanamientos 24/7. Después de un veto presidencial y algunas observaciones de la Sala Constitucional, volvieron a presentarla y, bam!, lista para convertirse en ley con la firma del Presidente. La verdad, un ritmo impresionante, aunque algunos se preguntan si tanto apuro no dejó pasar ciertos detalles importantes... ¿Será que estamos sacrificando garantías individuales en aras de la seguridad?
Ahora, la Asamblea se prepara para entrar en el último período de sesiones extraordinarias de esta administración, el cual estará marcado por la agenda del Poder Ejecutivo y, sobre todo, por la discusión del presupuesto ordinario de 2026. Ya el Gobierno mandó la convocatoria con cerca de 96 proyectos, así que prepárense para ver cómo se desarrolla esto. Parece que el brete aún no ha terminado y que tendremos que estar muy atentos a lo que pase en los próximos meses. Definitivamente, no habrá aburrimiento.
En fin, un cierre de sesiones ordinarias con sabor agridulce. Lograron aprobar varias leyes importantes, pero con avances lentos en temas cruciales como las jornadas laborales. Ahora viene la parte difícil: ver qué tanto rinden en las sesiones extraordinarias y si realmente pueden cumplir con las expectativas ciudadanas. ¿Cree usted que la Asamblea Legislativa aprovechó al máximo este período de sesiones ordinarias, o le quedó mucho camino por recorrer? Déjenos sus opiniones en el foro, ¡queremos escucharlas!
Si nos ponemos a analizarlo bien, agosto arrancó con cinco leyes aprobadas, septiembre prácticamente nada –solo dos contaban–, pero octubre vino con toda la fuerza, aprontando unas 33 iniciativas. Un repunte interesante, sí señor, especialmente porque la mayoría de esas leyes salieron a relucir en las últimas dos semanas del mes. Parece que le pusieron turbo para cerrar con broche de oro, o al menos intentándolo.
Y entre tantas cosas que se tramitaron, no podemos olvidarnos de dos presupuestos extraordinarios que fueron clave. Uno, y este es importante, para asegurar que los maestros y profesores del Ministerio de Educación Pública (MEP) reciban sus aguinaldos a tiempo. Ahí sí, tocará ponerle empeño y evitar cualquier problema, porque si hay un sector que merece recibir a tiempo su paga, son estos profesionales. ¡Que no se queden cortos!
Pero no todo fue felicidad, mi gente. También aprobaron un proyecto que endurece las penas por abandono de adultos mayores. Aunque a primera vista suena bien, me pregunto si realmente encarcelar a alguien es la solución. ¿No sería mejor enfocarse en programas de apoyo familiar y prevención? Algo para que los viejitos tengan la tranquilidad de saber que no van a quedar solos a su suerte, diay.
Mientras tanto, el tema de las jornadas laborales siguió siendo un dolor de cabeza, arrastrando consigo una montaña de mociones –más de 2 mil 500 presentaron– y apenas avanzando a paso de tortuga. Seamos honestos, ahí todavía queda mucho por recorrer, y la presión popular no parece disminuir, ¿eh? Al final, le dieron espacio a otras varas, logrando avanzar en 13 iniciativas más en primer debate. Poco a poco, vamos viendo, aunque a veces da la sensación de irnos al traste con tanta burocracia.
Una de las novedades más comentadas de este período fue la aprobación, en tan solo 20 días, de la polémica ley de allanamientos 24/7. Después de un veto presidencial y algunas observaciones de la Sala Constitucional, volvieron a presentarla y, bam!, lista para convertirse en ley con la firma del Presidente. La verdad, un ritmo impresionante, aunque algunos se preguntan si tanto apuro no dejó pasar ciertos detalles importantes... ¿Será que estamos sacrificando garantías individuales en aras de la seguridad?
Ahora, la Asamblea se prepara para entrar en el último período de sesiones extraordinarias de esta administración, el cual estará marcado por la agenda del Poder Ejecutivo y, sobre todo, por la discusión del presupuesto ordinario de 2026. Ya el Gobierno mandó la convocatoria con cerca de 96 proyectos, así que prepárense para ver cómo se desarrolla esto. Parece que el brete aún no ha terminado y que tendremos que estar muy atentos a lo que pase en los próximos meses. Definitivamente, no habrá aburrimiento.
En fin, un cierre de sesiones ordinarias con sabor agridulce. Lograron aprobar varias leyes importantes, pero con avances lentos en temas cruciales como las jornadas laborales. Ahora viene la parte difícil: ver qué tanto rinden en las sesiones extraordinarias y si realmente pueden cumplir con las expectativas ciudadanas. ¿Cree usted que la Asamblea Legislativa aprovechó al máximo este período de sesiones ordinarias, o le quedó mucho camino por recorrer? Déjenos sus opiniones en el foro, ¡queremos escucharlas!
