La corriente atea más difundida en la actualidad es el cientificismo. La idea básica del cientificismo es que el único conocimiento verdadero que el hombre puede alcanzar es el que proviene de las ciencias particulares: matemática, física, química, astronomía, geología, biología, etc. (eventualmente incluirán también las ciencias humanas: psicología, sociología, economía, política, historia, etc.). Ahora bien, las ciencias particulares no prueban ni pueden probar que el universo es eterno, sino que lo SUPONEN.
Por consiguiente esta falsa suposición contradice el principio fundamental del positivismo. Esta contradicción es la consecuencia de otra contradicción mayor. El punto de partida oculto del pensamiento positivista es la negación de la existencia de Dios, aunque las ciencias particulares tampoco prueban ni pueden probar la inexistencia de Dios. En realidad, el positivismo está basado en (falsos) postulados no científicos sino filosóficos, cuya verdad se presupone sin ninguna justificación racional. De este modo el cientificismo, que se presenta a sí mismo como la verdad científica, resulta ser solamente una purete (y a menudo inconsciente) filosofía.
La ciencia contemporánea no sólo no prueba que el universo es eterno, sino que incluso sugiere con mucha fuerza la idea de que el universo tuvo un comienzo absoluto en el tiempo. El consenso mayoritario de los científicos actuales apoya la teoría del Big Bang, que implica dicho comienzo absoluto. Es verdad que en rigor, aun suponiendo demostrada la hipótesis del Big Bang, la ciencia no puede demostrar la creación del universo. Lo que pasó "antes" del tiempo cero de la Gran Explosión está más allá de los límites del conocimiento científico, y sólo puede ser escudriñado por medio de la teología y la filosofía, que no son ciencias particulares sino ciencias universales. Esto significa que su indagación, basada en sus propios métodos, diferentes de los métodos de las ciencias particulares, no se limita a las realidades intramundanas sino que pretende alcanzar explicaciones últimas, por tanto trascendentes. Por cierto los ateillos se basan en el Big Bang, teoría que fué propuesta por un sacerdote católico... :screwy: