¡Ay, Dios mío, qué bronca! Resulta que un caballo de la Unidad Montada de la Fuerza Pública terminó incapacitado después de que un perro, aparentemente sin correa, le diera encima en el Parque Metropolitano La Paz. Esto ya parece sacado de una telenovela, pero es tan cierto como que la pipa pasa por Barva. El pobre Coco, así le decían al caballo, ahora está recibiendo atención veterinaria intensiva, y la gente se pregunta quién va a pagar la cuenta de esto.
La escena ocurrió el martes pasado, alrededor de la media tarde, precisamente en medio del parque. Según testigos, el perro, un cachorro inquieto, se lanzó al quite contra el caballo, mordisqueándole las patas hasta que éste, asustado, intentó escapar. Imagínense la patáta: un caballo grande corriendo desesperadamente por el parque, rodeado de gente gritando. ¡Menudo susto!
Cristian Ramírez, un fotógrafo aficionado que estaba por ahí haciendo unas fotos, grabó toda la movida. Él nos contó que vio al perro corretear libremente y que el caballo parecía bastante alterado antes del ataque. "El caballo era de un poli y parecía que el perro estaba suelto. Lo peor era pensar que se iba a tirar al tráfico", nos dijo Ramírez entre lágrimas de angustia. Las imágenes que él capturó se viralizaron rapidito en redes sociales, y la gente anda comentando que esto demuestra la falta de control que existe con los animales en lugares públicos.
Las autoridades de la Fuerza Pública confirmaron el incidente y aseguraron que el caballo necesita reposo absoluto y tratamiento especializado. Pero la verdadera pregunta es: ¿quién va a asumir la responsabilidad por estos gastos? Porque el Coco no eligió meterse en este brete, ¿verdad? Estamos hablando de miles de colones en veterinarios, medicamentos y posiblemente rehabilitación, dependiendo de la gravedad de las lesiones.
Aquí entra el licenciado Tlacatl Kabul Ugalde, un abogado con quien hablamos para aclarar este lío legal. Nos explicó que, según la ley, el dueño del perro podría enfrentar cargos por daños y perjuicios causados al Estado. "Recordemos que los caballos de la Fuerza Pública son bienes públicos, y cualquier daño causado a ellos constituye una pérdida económica para la administración pública". Ugalde recalcó la importancia de cumplir con la Ley Contra las Peleas de Caninos, que exige mantener a los animales controlados con correa o adiestramiento.
Lo curioso de la vaina es que, pese a la conmoción y el daño causado, al hombre al que pertenece el perro solamente recibió un regaño y le pusieron un bozal al can. ¡Imagínense! Un simple regaño, y el pobre Coco sufriendo las consecuencias. Muchos se preguntan si esto no es una señal de la poca seriedad que se toma el tema del control de animales en la capital. ¿Es posible que el dueño del perro se salga con la suya tan fácil?
Este caso resalta la necesidad urgente de reforzar las normas de convivencia con los animales en espacios públicos. No es suficiente con poner carteles diciendo que hay que usar correa; es fundamental hacer cumplir la ley y sancionar a quienes no cumplen con sus responsabilidades. Además, necesitamos crear conciencia en la población sobre la importancia de respetar a los demás y a los animales que comparten nuestros espacios. Porque, díganlo conmigo, ¡esto no puede seguir pasando!
Ahora, quiero saber de ustedes: ¿creen que el dueño del perro debería enfrentarse a consecuencias legales por lo sucedido? ¿Consideran que las sanciones actuales son suficientes para disuadir a la gente de pasear a sus mascotas sin correa en lugares públicos? Dejen sus opiniones en los comentarios, ¡quiero leerlos!”,
La escena ocurrió el martes pasado, alrededor de la media tarde, precisamente en medio del parque. Según testigos, el perro, un cachorro inquieto, se lanzó al quite contra el caballo, mordisqueándole las patas hasta que éste, asustado, intentó escapar. Imagínense la patáta: un caballo grande corriendo desesperadamente por el parque, rodeado de gente gritando. ¡Menudo susto!
Cristian Ramírez, un fotógrafo aficionado que estaba por ahí haciendo unas fotos, grabó toda la movida. Él nos contó que vio al perro corretear libremente y que el caballo parecía bastante alterado antes del ataque. "El caballo era de un poli y parecía que el perro estaba suelto. Lo peor era pensar que se iba a tirar al tráfico", nos dijo Ramírez entre lágrimas de angustia. Las imágenes que él capturó se viralizaron rapidito en redes sociales, y la gente anda comentando que esto demuestra la falta de control que existe con los animales en lugares públicos.
Las autoridades de la Fuerza Pública confirmaron el incidente y aseguraron que el caballo necesita reposo absoluto y tratamiento especializado. Pero la verdadera pregunta es: ¿quién va a asumir la responsabilidad por estos gastos? Porque el Coco no eligió meterse en este brete, ¿verdad? Estamos hablando de miles de colones en veterinarios, medicamentos y posiblemente rehabilitación, dependiendo de la gravedad de las lesiones.
Aquí entra el licenciado Tlacatl Kabul Ugalde, un abogado con quien hablamos para aclarar este lío legal. Nos explicó que, según la ley, el dueño del perro podría enfrentar cargos por daños y perjuicios causados al Estado. "Recordemos que los caballos de la Fuerza Pública son bienes públicos, y cualquier daño causado a ellos constituye una pérdida económica para la administración pública". Ugalde recalcó la importancia de cumplir con la Ley Contra las Peleas de Caninos, que exige mantener a los animales controlados con correa o adiestramiento.
Lo curioso de la vaina es que, pese a la conmoción y el daño causado, al hombre al que pertenece el perro solamente recibió un regaño y le pusieron un bozal al can. ¡Imagínense! Un simple regaño, y el pobre Coco sufriendo las consecuencias. Muchos se preguntan si esto no es una señal de la poca seriedad que se toma el tema del control de animales en la capital. ¿Es posible que el dueño del perro se salga con la suya tan fácil?
Este caso resalta la necesidad urgente de reforzar las normas de convivencia con los animales en espacios públicos. No es suficiente con poner carteles diciendo que hay que usar correa; es fundamental hacer cumplir la ley y sancionar a quienes no cumplen con sus responsabilidades. Además, necesitamos crear conciencia en la población sobre la importancia de respetar a los demás y a los animales que comparten nuestros espacios. Porque, díganlo conmigo, ¡esto no puede seguir pasando!
Ahora, quiero saber de ustedes: ¿creen que el dueño del perro debería enfrentarse a consecuencias legales por lo sucedido? ¿Consideran que las sanciones actuales son suficientes para disuadir a la gente de pasear a sus mascotas sin correa en lugares públicos? Dejen sus opiniones en los comentarios, ¡quiero leerlos!”,
