¡Aguántense que esto quema! José Francisco Villegas, un mae común y corriente, se topó con un maje que ni Don Rigo, cuando fue a pagar el marchamo de su moto. Imagínense, más de tres millones de colones por un vehículo que vale, a lo mucho, unos ochocientos mil. ¡Una verdadera torta!
La vaina es que parece que el Ministerio de Hacienda anda con fallitas en sus sistemas otra vez. Según cuentan, le asignaron a la moto de don José un valor fiscal de ¡treinta y dos millones de colones! Treinta y dos millones, diay... ¡por una motito! Él explica que el valor real está más cerca de los seis o setecientos mil, así que el cobro correcto debería estar entre ciento veinte y ciento cuarenta mil.
Pero ojo, que esto no es la primera vez que le pasa a don José. El año pasado vivió lo mismo, con un mes entero de trámites y papeleos pa' que le corrigieran el error. Pensó que ya lo habían arreglado, pero resulta que el sistema seguía pegao'. "Fue exactamente la misma historia", nos cuenta resignado, "creo que voy a tener que llevarle flores al ministerio para que me hagan caso."
Y no solo él está sufriendo. Como recordarán, el año pasado el Ministerio admitió que había un fallo en la base de datos que afectaba a muchos conductores. Pero parece que la falla persistió, obligando a la gente a perder tiempo y dinero tratando de solucionar estos problemas. Qué poca onda, eh… uno trata de poner las cosas en orden y terminas metido en un brete mayor.
Don José, harto de tanto rodeo, tuvo que recurrir a Canal 6 para que le echaran un mano. Dice que en Hacienda “no le quisieron atender bien”, como si estuviera pidiendo prestado. Después de que salió la nota en televisión, sí le contactaron, pero el sistema todavía muestra ese valor fiscal absurdo y el cobro inflado. "Solo quiero pagar lo justo, no más de tres millones por una moto que vale menos de un millón", enfatiza con justa razón.
Ahora, uno se queda pensando: ¿cómo es posible que un ministerio con todos esos recursos siga teniendo estas fallas? Parece mentira que a día de hoy los sistemas informáticos estén tan desactualizados. Ya ni siquiera hablamos de modernización, sino de eficiencia básica. Uno esperaría que, con tanta tecnología, estos procesos fueran ágiles y transparentes, pero parece que seguimos atascados en los tiempos del papel y la pluma.
Es evidente que hay un problema serio con los sistemas del Ministerio de Hacienda, y que afecta directamente al bolsillo de los ciudadanos. Necesitan urgentemente actualizar sus bases de datos y asegurarse de que los cálculos sean correctos. No es pedir mucho, es exigir lo básico. Además, deberían investigar qué pasó con las correcciones que hicieron el año pasado, porque claramente no fueron suficientes.
En fin, la historia de don José es un claro ejemplo de la burocracia que todavía enfrentamos en Costa Rica. Un llamado de atención a las autoridades para que le pongan empeño a mejorar los servicios públicos y evitar que la gente tenga que pasar por estas situaciones embarazosas. Ahora dime, ¿cuánto te has visto obligado a invertir tiempo y esfuerzo extra para resolver algún problema con entidades gubernamentales? ¿Crees que estas fallas son culpa de la tecnología o de la falta de capacitación y supervisión?
La vaina es que parece que el Ministerio de Hacienda anda con fallitas en sus sistemas otra vez. Según cuentan, le asignaron a la moto de don José un valor fiscal de ¡treinta y dos millones de colones! Treinta y dos millones, diay... ¡por una motito! Él explica que el valor real está más cerca de los seis o setecientos mil, así que el cobro correcto debería estar entre ciento veinte y ciento cuarenta mil.
Pero ojo, que esto no es la primera vez que le pasa a don José. El año pasado vivió lo mismo, con un mes entero de trámites y papeleos pa' que le corrigieran el error. Pensó que ya lo habían arreglado, pero resulta que el sistema seguía pegao'. "Fue exactamente la misma historia", nos cuenta resignado, "creo que voy a tener que llevarle flores al ministerio para que me hagan caso."
Y no solo él está sufriendo. Como recordarán, el año pasado el Ministerio admitió que había un fallo en la base de datos que afectaba a muchos conductores. Pero parece que la falla persistió, obligando a la gente a perder tiempo y dinero tratando de solucionar estos problemas. Qué poca onda, eh… uno trata de poner las cosas en orden y terminas metido en un brete mayor.
Don José, harto de tanto rodeo, tuvo que recurrir a Canal 6 para que le echaran un mano. Dice que en Hacienda “no le quisieron atender bien”, como si estuviera pidiendo prestado. Después de que salió la nota en televisión, sí le contactaron, pero el sistema todavía muestra ese valor fiscal absurdo y el cobro inflado. "Solo quiero pagar lo justo, no más de tres millones por una moto que vale menos de un millón", enfatiza con justa razón.
Ahora, uno se queda pensando: ¿cómo es posible que un ministerio con todos esos recursos siga teniendo estas fallas? Parece mentira que a día de hoy los sistemas informáticos estén tan desactualizados. Ya ni siquiera hablamos de modernización, sino de eficiencia básica. Uno esperaría que, con tanta tecnología, estos procesos fueran ágiles y transparentes, pero parece que seguimos atascados en los tiempos del papel y la pluma.
Es evidente que hay un problema serio con los sistemas del Ministerio de Hacienda, y que afecta directamente al bolsillo de los ciudadanos. Necesitan urgentemente actualizar sus bases de datos y asegurarse de que los cálculos sean correctos. No es pedir mucho, es exigir lo básico. Además, deberían investigar qué pasó con las correcciones que hicieron el año pasado, porque claramente no fueron suficientes.
En fin, la historia de don José es un claro ejemplo de la burocracia que todavía enfrentamos en Costa Rica. Un llamado de atención a las autoridades para que le pongan empeño a mejorar los servicios públicos y evitar que la gente tenga que pasar por estas situaciones embarazosas. Ahora dime, ¿cuánto te has visto obligado a invertir tiempo y esfuerzo extra para resolver algún problema con entidades gubernamentales? ¿Crees que estas fallas son culpa de la tecnología o de la falta de capacitación y supervisión?