¡Aguante, pura vida! Parece mentira, pero así es la vaina. Dos enfermedades que creíamos extintas, esas que nuestros abuelos contaban con miedo, andan dando guerra otra vez en Costa Rica. Hablo del gusano barrenador, que ya nos había dado unos buenos sustos, y ahora, pa'l colmo, la fiebre amarilla ha decidido volver a asomarse después de casi 72 años de ausencia. ¡Quién lo diría!
Para refrescarle la memoria a los más jóvenes, el gusano barrenador, ese bicho feísimo que le da duro al ganado, fue declarado erradicado allá por el 2000, gracias a un esfuerzo nacional tremendo. Y la fiebre amarilla... bueno, esa ni hablar. La última vez que se registró un caso por acá fue en diciembre de 1952. Pero ahora, resulta que la vida siempre encuentra la forma de echarnos un pare.
Lo peor de todo es que este domingo 12 de octubre, nos cayó la bomba: confirmaron un caso de fiebre amarilla, ¡y con 72 años de silencio! La pobre, una turista americana de 29 años, llegó al país después de visitar la Amazonía peruana, una zona donde este bichito corre peligroso. Según dicen, la mina estaba bien sana, pero ahí nomás, la fiebre amarilla le agarró como un chancho al barro.
Investigando un poquito, me encontré un estudio de 1974 que narra cómo se vivía esa época con la fiebre amarilla. Contaba que en 1951 y 1952, la enfermedad causó quite en Costa Rica. Imagínate, en julio de 1951, en pleno Puerto de Limón, se reportó la primera muerte por fiebre amarilla. ¡Qué horror! Ese año cerraron con 157 casos, repartidos por toda la geografía tica. Pura tragedia, diay.
Pa' que no falte nada, parece que nuestra amiga americana no tenía la vacuna contra la fiebre amarilla. Los estudios ya venían advirtiendo desde 1954 de la importancia de estar vacunado porque, a ver, los que no tienen la vacuna son los que terminan pagando el pato. Ahora, la viceministra de Salud nos explica que, siendo extranjera, no le pidieron la vacuna al entrar al país. Dicen que en el aeropuerto Juan Santamaría la vieron como alguien que estaba de paso por Perú… ¡Pero si la fulana anduvo merodeando la Amazonía, maquina! No saben ni dónde están pisando, ¡qué despiche!
Y hablando del gusano barrenador, aunque ya lo habíamos mandado pa’ lante, parece que quiere regresar a hacernos la vida imposible. Hasta el momento, en 2025, vamos con 79 casos de miasis por este gusano en humanos. Predomina en los varones, especialmente entre los 20 y 64 años, y también hay bastante gente adulta mayor afectada. Alajuela y San José son las provincias que están sufriendo más, así que hay que estar alertas y cuidarnos mucho, ¡porque este bichito no perdona!
Para refrescarle la memoria a los más jóvenes, el gusano barrenador, ese bicho feísimo que le da duro al ganado, fue declarado erradicado allá por el 2000, gracias a un esfuerzo nacional tremendo. Y la fiebre amarilla... bueno, esa ni hablar. La última vez que se registró un caso por acá fue en diciembre de 1952. Pero ahora, resulta que la vida siempre encuentra la forma de echarnos un pare.
Lo peor de todo es que este domingo 12 de octubre, nos cayó la bomba: confirmaron un caso de fiebre amarilla, ¡y con 72 años de silencio! La pobre, una turista americana de 29 años, llegó al país después de visitar la Amazonía peruana, una zona donde este bichito corre peligroso. Según dicen, la mina estaba bien sana, pero ahí nomás, la fiebre amarilla le agarró como un chancho al barro.
Investigando un poquito, me encontré un estudio de 1974 que narra cómo se vivía esa época con la fiebre amarilla. Contaba que en 1951 y 1952, la enfermedad causó quite en Costa Rica. Imagínate, en julio de 1951, en pleno Puerto de Limón, se reportó la primera muerte por fiebre amarilla. ¡Qué horror! Ese año cerraron con 157 casos, repartidos por toda la geografía tica. Pura tragedia, diay.
Pa' que no falte nada, parece que nuestra amiga americana no tenía la vacuna contra la fiebre amarilla. Los estudios ya venían advirtiendo desde 1954 de la importancia de estar vacunado porque, a ver, los que no tienen la vacuna son los que terminan pagando el pato. Ahora, la viceministra de Salud nos explica que, siendo extranjera, no le pidieron la vacuna al entrar al país. Dicen que en el aeropuerto Juan Santamaría la vieron como alguien que estaba de paso por Perú… ¡Pero si la fulana anduvo merodeando la Amazonía, maquina! No saben ni dónde están pisando, ¡qué despiche!
Y hablando del gusano barrenador, aunque ya lo habíamos mandado pa’ lante, parece que quiere regresar a hacernos la vida imposible. Hasta el momento, en 2025, vamos con 79 casos de miasis por este gusano en humanos. Predomina en los varones, especialmente entre los 20 y 64 años, y también hay bastante gente adulta mayor afectada. Alajuela y San José son las provincias que están sufriendo más, así que hay que estar alertas y cuidarnos mucho, ¡porque este bichito no perdona!